¿Qué significa Romanos 13:5?

Este versículo trata sobre la motivación más importante que como cristianos debemos considerar al someternos a las autoridades humanas en nuestras vidas, incluidas las del gobierno. Pablo ha dicho durante los dos versículos anteriores que Dios usa a los que tienen la autoridad del gobierno para expresar Su ira contra las personas que hacen cosas malas. El mal que Pablo está describiendo se refiere a una actividad criminal que pueda hacerles daño a otras personas: robar, asesinar, etc. Esta es una de las formas en la que todos los líderes, incluso los líderes malvados, sirven a la voluntad de Dios: frenando el mal en la tierra (2 Tesalonicenses 2:7). Los cristianos también deberían tenerles miedo a las autoridades gubernamentales cuando hagan algo malo ellos mismos.

Sin embargo, Pablo dice que temer a las autoridades no es la única razón para obedecer la ley, sino que debemos hacerlo por el bien de nuestra propia conciencia. Con eso, Pablo quiere decir que debemos someternos a las autoridades humanas porque sabemos, como cristianos, que es lo correcto…es la voluntad que Dios ha planeado para nuestras vidas. En un sentido general, esto es parte del sentido cristiano de la humildad; los cristianos no somos la autoridad suprema, por lo que debemos ser sumisos a quienes tienen poder sobre nosotros.

De hecho, no hace falta decir que ciertamente hay algunas excepciones, ya que no todos los gobiernos hacen lo que deberían; de hecho, Pablo sabía esto perfectamente, ya que pasó gran parte de su vida en las cárceles romanas, y lo hizo sin intentar dañar o derrocar a sus captores. Eso es un ejemplo claro de sumisión. Sin embargo, Pablo no fue "obediente" a las partes impuras de la ley romana, y se negó a dejar de predicar acerca de Jesús, incluso cuando las autoridades se lo dijeron. Pablo comprendía que él mismo era responsable de obedecerle a Dios primero si se tratara de elegir entre eso u obedecer las leyes humanas (Hechos 5:27–29).

Sin embargo, Pablo elige no mencionar eso en este pasaje. A decir verdad, esta es la excepción y no la regla. En casi todos los casos de leyes y autoridades humanas, someternos a los gobiernos forma parte de la voluntad que Dios tiene para sus hijos durante nuestro corto tiempo en este lado de la eternidad. La sumisión y la obediencia normalmente son lo mismo, pero no siempre son lo mismo.