¿Qué significa Marcos 5:30?

Los estudiosos de la Biblia han debatido durante generaciones cuánto "sabía" Jesús durante su tiempo en la tierra. ¿Jesús, siendo completamente Dios, tenía la omnisciencia de Dios (Marcos 2:8)? O, como hombre, ¿solo era consciente de lo que sus sentidos determinaban y de lo que el Espíritu Santo lo inspiraba a saber? Si el conocimiento de Jesús es limitado, la pregunta que le plantea a la multitud se explica por sí misma. Sin embargo, incluso si ya lo sabe, esto es consistente con el uso que Dios hace de las preguntas a lo largo de las Escrituras.

En Génesis 3:9, mientras Adán y Eva se esconden de su pecado al haber comido del fruto del árbol del conocimiento, Dios dice: "¿Dónde andas?" La pregunta no pretende llegar a saber información que Dios no tiene; su objetivo es dirigir la conversación, permitir que Adán y Eva se presenten a Dios por ellos mismos y tengan una discusión honesta. Dios repite esta estrategia con Caín cuando le pregunta: "¿Dónde está Abel tu hermano?" (Génesis 4:9). Los padres usan deliberadamente el mismo tipo de preguntas todo el tiempo para intentar sacar una verdad honesta de sus hijos.

Entonces, más allá del hecho de que Jesús sepa o no sepa si la mujer lo ha tocado, la pregunta tiene el efecto deseado. La multitud se detiene, quizás incluso retrocediendo para darles espacio. En realidad no está claro si otras personas en la multitud ya habían sido sanadas como en Mateo 14:34–36 y Lucas 6:17–19. Lo que está claro es que Jesús siente la necesidad de dirigirse específicamente a esta mujer.

Aunque la Biblia no dice abiertamente mucho acerca de la fuente de conocimiento de Jesús, los Evangelios parecen indicar que Su poder curativo milagroso proviene del Espíritu Santo. Lucas 4:14 dice que Jesús comenzó Su ministerio "con el poder del Espíritu", y el Espíritu autoriza Su ministerio (Lucas 4:18). Mateo 12:28 parece indicar que el poder de Jesús para expulsar demonios proviene del Espíritu Santo, aunque puede querer decir que Su obra coincide con la voluntad del Espíritu Santo.

Aun así, cuando leemos que Jesús siente algo de poder saliendo de él, no necesitamos inferir que Su poder está limitado de alguna manera. Por lo tanto, esto no quiere decir que Su poder se está reduciendo, o que Su poder se puede acabar.