¿Qué significa Hebreos 7:27?
Este versículo, como todas las partes de las Escrituras, debe leerse en contexto para que se entienda correctamente. De hecho, ninguna oración en la Biblia debe interpretarse como una galleta de la fortuna: superficialmente y como una frase que no tiene relación con nada de lo que haya a su alrededor sin contexto alguno. Un error clave aquí, donde algunos lectores acaban tropezando, es la frase "sus propios pecados". Este versículo hace referencia a Jesús, como parte de una explicación de por qué Su sacerdocio es superior al del Antiguo Pacto. Hasta ahora se han compartido diferentes ideas, como el hecho de que Jesús tiene vida eterna, mientras que los sacerdotes humanos son mortales (Hebreos 7:16, 23), y que el sacerdocio de Cristo está garantizado con un juramento (Hebreos 7:17, 21), mientras que los sacerdotes levitas heredaban sus títulos (Hebreos 7:20).Aquí, la idea que se comparte es una continuación del versículo 26. Allí, el autor de Hebreos señala que tiene sentido que Dios instale un sumo sacerdote "santo, inocente y sin mancha". La idea aquí, entonces, es que Jesús no necesita hacer lo que hacen los sacerdotes humanos: ofrecer sacrificio por sus propios pecados, y luego sacrificarse por los pecados de la gente. Jesús no ofrece sacrificios por sus propios pecados porque no tiene pecados de los que deba ser absuelto (2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15).
Este versículo también enfatiza la naturaleza eterna, perfecta y única del sacrificio de Jesús. Esta es otra forma en la que Jesús es el verdadero cumplimiento del plan de salvación de Dios. Mientras que los esfuerzos humanos son insuficientes (Hebreos 7:18–19; Romanos 3:20), y los sacrificios de animales no son suficientes (Hebreos 9:11–14), la muerte de Jesús en la cruz nos salva "para siempre" de nuestros pecados. (Hebreos 7:25).
Hebreos 7:11–28 amplía los argumentos anteriores relacionados con el sacerdocio de Jesucristo. Aquí, el autor muestra cómo el sacerdocio de Jesús es superior al de la Ley del Antiguo Testamento. Éste usa la figura de Melquisedec como modelo. El sacerdocio de Cristo es impecable, perfecto, interminable y como tal lo ha decretado Dios. El sacerdocio levítico era temporal, defectuoso, imperfecto y no podía durar para siempre. Esta mejor promesa, en Cristo, está ligada a la confianza que tenemos en Él como creyentes.
Cuando Abrahán se reunió con Melquisedec en el Antiguo Testamento, lo honró con diezmos. Esto muestra que Abrahán reconoció la superioridad de Melquisedec. Dado que el Antiguo Pacto no era perfecto, el cual estaba basado en sacerdotes y sacrificios de carácter limitado, es inferior al sacerdocio de Melquisedec, el cual es interminable. Jesucristo cumple la promesa de Dios de establecer un sacerdote "eterno" de una manera que satisfaga perfectamente nuestras necesidades.