¿Qué significa Hebreos 7:22?
Este versículo usa una palabra griega interesante, que se encuentra solo aquí en todo el Nuevo Testamento: engyos; se traduce de diversas formas como "garante", "fianza", "garantía", "patrocinador" o "promesa". Todo el libro de Hebreos está destinado a asegurarles a los cristianos perseguidos que Cristo, y no la Ley del Antiguo Testamento, es el plan supremo de Dios para nuestra salvación. Parte de esta tranquilidad es explicar cómo el sacerdocio de Cristo, según el orden de Melquisedec, es superior al del sacerdocio levítico del Antiguo Testamento. Los sacerdotes del Antiguo Testamento son mortales (Hebreos 7:23), pecadores (Hebreos 7:27) y simplemente heredan su posición (Hebreos 7:20). Cristo, por otro lado, no tiene pecado (Hebreos 4:15), es eterno (Hebreos 7:16) y Su posición está garantizada por Dios (Hebreos 7:21). Por lo tanto, como dice este versículo directamente, "Jesús garantiza un pacto mejor".Uno de los argumentos más poderosos que se ofrecen en cuanto a esto es el del juramento: el cual indica que Dios ha prometido explícitamente el sacerdocio de Jesús. Esto es algo que los sacerdotes levitas nunca podrían afirmar, por lo que solo sobre esa base, se podría decir que Jesús es la figura clave en un pacto "mejor".
Algunos comentarios resumen el libro de Hebreos con la frase "bueno contra perfecto". La Ley del Antiguo Testamento era limitada e imperfecta, por lo que no podía ser nuestra salvación definitiva. En realidad, no era algo "mala", ya que formaba parte del plan de Dios para orientar a la humanidad hacia Cristo (Gálatas 3:19—4:7). Sin embargo, el pacto que tenemos con Jesús es "perfecto" de una manera que el Antiguo Pacto nunca podría llegar a serlo. Esto es algo clave para el propósito del autor: alentar a los cristianos judíos, en particular, a no ceder a la presión para volver al sistema limitado y defectuoso del judaísmo.
Hebreos 7:11–28 amplía los argumentos anteriores relacionados con el sacerdocio de Jesucristo. Aquí, el autor muestra cómo el sacerdocio de Jesús es superior al de la Ley del Antiguo Testamento. Éste usa la figura de Melquisedec como modelo. El sacerdocio de Cristo es impecable, perfecto, interminable y como tal lo ha decretado Dios. El sacerdocio levítico era temporal, defectuoso, imperfecto y no podía durar para siempre. Esta mejor promesa, en Cristo, está ligada a la confianza que tenemos en Él como creyentes.
Cuando Abrahán se reunió con Melquisedec en el Antiguo Testamento, lo honró con diezmos. Esto muestra que Abrahán reconoció la superioridad de Melquisedec. Dado que el Antiguo Pacto no era perfecto, el cual estaba basado en sacerdotes y sacrificios de carácter limitado, es inferior al sacerdocio de Melquisedec, el cual es interminable. Jesucristo cumple la promesa de Dios de establecer un sacerdote "eterno" de una manera que satisfaga perfectamente nuestras necesidades.