¿Qué significa Filipenses 3:8?
Para Pablo, no había nada que se pudiera comparar con Cristo: ni la religión, ni su familia, ni su carrera, ni nada de lo que pudiera haber conseguido hacer por sí mismo (Filipenses 3:5–6). Su única meta era Cristo. Pablo enfatiza esto aún más cuando habla de todo lo que había renunciado por el evangelio. Pablo se había olvidado completamente de todo lo que había conseguido durante los versículos anteriores. Pablo dejó Jerusalén y el templo a cambio de Roma y la cárcel, y no tenía libertad ni para viajar ni para vivir a su antojo. Sin embargo, todas esas "libertades" las consideraba como "basura" cuando las comparaba con Cristo.El término basura se deriva del griego skubalon, y solo se utiliza aquí en todo el Nuevo Testamento. Esta palabra significa "excremento". De hecho, los escritos no bíblicos de la época utilizan esta palabra casi exclusivamente para referirse a las heces de los seres vivos. Sin embargo, aunque la terminología de Pablo no es vulgar, sí es extremadamente fuerte. Por tanto, el término "basura" no nos expresa exactamente lo que Pablo quiso comunicarnos con la palabra skubalon en griego.
En la gran mayoría de las ciudades antiguas había un lugar donde se desechaba la basura que producía la comunidad, y era allí donde quemaban toda la basura, la inmundicia y los desperdicios. Esta, de hecho, es la misma analogía que Jesús utilizó al describir el destino que les espera a los malvados según Mateo 5:22 y 10:28. El término de Cristo fue "Gehenna", el valle que se utilizaba para tirar la basura y la inmundicia que se situaba fuera de Jerusalén.
En resumen, Pablo habla de todos sus logros como si fueran lo peor que su audiencia podía imaginarse. En realidad, lo único que le importaba a Pablo era Cristo; todo lo demás no tenía importancia.