¿Qué significa Filipenses 3:18?
Después de pedirles a sus lectores que siguieran su ejemplo y el de otros cristianos, el hecho de que Pablo se pare hablar de las personas que no eligieron seguir a Cristo es bastante emotivo. Pablo confiaba en la verdad y estaba dispuesto a predicarla pasara lo que pasase. Al mismo tiempo, sentía compasión por las personas que rechazan el Evangelio o se desviven por el pecado. En 2 Corintios 2:4, Pablo dijo: "era tanto el dolor y la angustia de mi corazón que, al escribirles, lo hice con muchas lágrimas". Pablo expresaba a menudo emociones muy profundas debido a los temas sobre los que tenía que hablar y, en ocasiones, todo esto también le hacía llorar.En este contexto, las lágrimas de Pablo fueron derramadas por las personas que no habían alcanzado la salvación, quienes eran "enemigos de la cruz de Cristo". Estas palabras nos demuestran que Pablo no se dedicaba a defender sus opiniones de una manera fría y arrogante, sino que se preocupaba sincera y amorosamente por las almas de las personas que estaban perdidas. El objetivo de Pablo era la salvación. El hecho de que no conocieran a Cristo le causaba mucho dolor. Probablemente, Pablo no solo lloraba por sus almas perdidas, sino también por el hecho de que el cristianismo tuviera tantos enemigos. Incluso en la actualidad, los creyentes debemos orar por nuestros enemigos (Mateo 5:44) y cuidar de los pecadores (Santiago 5:20), con la esperanza de que Dios cambie sus corazones y todas y todos ellos se vuelvan hacia Jesús.
En Filipenses 3:12–4:1, Pablo nos habla sobre la actitud adecuada que los cristianos deben tener en el proceso de ''santificación'', el cual es un camino gradual que dura toda la vida y que tiene el objetivo de parecernos cada vez más a Jesús. Nuestro lugar en la eternidad está asegurado desde el momento en que confiamos en Cristo, pero necesitamos tiempo para ver la manera en que nuestras acciones y actitudes van cambiando para parecerse más y más a las de Jesús. Pablo dice que él no es perfecto, pero anima a los cristianos a imitar su manera de actuar en la forma en que perseveraba para parecerse cada vez más a Jesús. Pablo también llora por los que rechazan el Evangelio, lo cual es una decisión que los llevará hacia su des-trucción.
Pablo nos describe aquí el impresionante currículum que tenía desde el punto de vista judío. De hecho, ninguno de sus críticos o contrincantes podía presumir de la reputación que tenía Pablo. Pablo habla de esto solo para enfatizar el hecho de que nada de esto importaba, sino que lo único que importa es la fe en Cristo. Pablo habla aquí de una manera concisa y directa. Luego, nos explica la manera en que los cristianos deben centrarse únicamente en Cristo, igual que un corredor debe concentrarse en su meta para así correr con eficacia. En lugar de mirar al pasado o mirarnos a nosotros mismos, debemos mirar hacia delante, hacia la eternidad con el Señor.