¿Qué significa Filipenses 3:20?
Al contrario de los falsos maestros que se centraban en "lo terrenal" (Filipenses 3:19), los creyentes deben tener una perspectiva de la vida muy diferente. Tal y como lo señala Pablo aquí una vez más, nuestra ciudadanía está en el cielo, no aquí en la Tierra. Comportarse de una manera cívica en el mundo es importante, pero nuestro destino final no está en este mundo, sino con el Señor en el cielo. Jesús también enseñó que Su reino no es de este mundo (Juan 18:36) y que Él no es de este mundo tampoco (Juan 8:23).En vez de centrarnos en las cosas temporales de la Tierra, los creyentes deben centrarse en Cristo y Su regreso. Por eso debemos olvidarnos de la codicia, el pecado y las cosas de este mundo. En cambio, debemos concentrarnos en agradar a Dios. Los apóstoles creían que Jesús podía regresar en cualquier momento, y afirmaron que Cristo volvería tal y como lo prometió (Juan 14:1–3; 1 Corintios 15:50–58; 1 Tesalonicenses 4:13–18). Los creyentes deben vivir vidas santas, y estar preparados para Su regreso. Además, debemos ayudar a hacer discípulos de todas las naciones, compartiendo las buenas nuevas con otros para que también puedan pasar la eternidad con el Señor (Mateo 28:18–20).
En Filipenses 3:12–4:1, Pablo nos habla sobre la actitud adecuada que los cristianos deben tener en el proceso de ''santificación'', el cual es un camino gradual que dura toda la vida y que tiene el objetivo de parecernos cada vez más a Jesús. Nuestro lugar en la eternidad está asegurado desde el momento en que confiamos en Cristo, pero necesitamos tiempo para ver la manera en que nuestras acciones y actitudes van cambiando para parecerse más y más a las de Jesús. Pablo dice que él no es perfecto, pero anima a los cristianos a imitar su manera de actuar en la forma en que perseveraba para parecerse cada vez más a Jesús. Pablo también llora por los que rechazan el Evangelio, lo cual es una decisión que los llevará hacia su des-trucción.
Pablo nos describe aquí el impresionante currículum que tenía desde el punto de vista judío. De hecho, ninguno de sus críticos o contrincantes podía presumir de la reputación que tenía Pablo. Pablo habla de esto solo para enfatizar el hecho de que nada de esto importaba, sino que lo único que importa es la fe en Cristo. Pablo habla aquí de una manera concisa y directa. Luego, nos explica la manera en que los cristianos deben centrarse únicamente en Cristo, igual que un corredor debe concentrarse en su meta para así correr con eficacia. En lugar de mirar al pasado o mirarnos a nosotros mismos, debemos mirar hacia delante, hacia la eternidad con el Señor.