Verso
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2 Pedro capitulo 3

La Biblia de las Américas

Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

1Amados, ésta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, 2para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; 3sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5Éstos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 6por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; 7pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 8Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Biblia del Jubileo

1Carísimos, yo os escribo ahora esta segunda carta, por la cual despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento; 2para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y de nuestro mandamiento, que somos apóstoles del Señor y Salvador; 3sabiendo primero esto, que en los postrimeros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4y diciendo: ¿Dónde está la Promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5Cierto, ellos ignoran voluntariamente, que los cielos fueron creados en el tiempo antiguo y la tierra salido del agua y en el agua, por la palabra de Dios; 6por lo cual el mundo de entonces pereció anegado por agua; 7pero los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos. 8Mas, oh amados, no ignoréis una cosa: y es que un día delante del Señor es como mil años y mil años son como un día. 9El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; pero es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo, serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están, serán quemadas. 11Pues como sea así que todas estas cosas han de ser deshechas, ¿no conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones, 12esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendidos, serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán? 13Pero esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus Promesas, en los cuales mora la justicia. 14Por lo cual, oh amados, estando en esperanza de estas cosas, procurad con diligencia que seáis hallados de él sin mácula, y sin reprensión, en paz. 15Y tened por salud la paciencia de nuestro Señor; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito también; 16casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos. 17Así que vosotros, oh amados, pues estáis amonestados, guardaos que por el error de los abominables no seáis juntamente con los otros engañados, y caigáis de vuestra firmeza. 18Mas creced en la gracia, y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

¿Qué significa 2 Pedro capitulo 3?

En 2 Pedro 3, Pedro se centra en desmantelar los argumentos que estaban compartiendo los falsos maestros. El propósito de Pedro es animar a los cristianos a no vacilar en sus creencias, sino a continuar viviendo en lo que sabían que era verdad.

Los falsos maestros estaban diciendo que Cristo nunca regresaría. En algunos casos, también rechazaban la idea de que Dios juzgaría los pecados de la humanidad, y se burlaban de esas ideas preguntando: "¿Cuándo vendrá Jesús?" Según ellos, ya había pasado demasiado tiempo y, como había pasado tanto tiempo (demasiado, en su opinión) y el mundo parecía seguir como siempre, creían que nada cambiaría. Los falsos maestros creían que Dios nunca alteraría el curso del mundo físico natural para así cumplir Su voluntad.

Pedro responde de esta manera: Dios hizo el mundo, y por eso puede alterarlo cuando quiera. Las leyes y patrones del universo son suyos y puede hacer con ellos lo que quiera. Estos falsos maestros también se habían olvidado del diluvio de Noé. Durante ese evento, Dios provocó una catástrofe en la Tierra para enjuiciar los pecados de la humanidad a través de un acto sobrenatural, y Dios usó medios físicos del mundo natural para llevarlo a cabo. Para ese juicio, Dios usó agua. Para el próximo juicio final, Dios usará fuego.

Pedro también dice que Dios no está limitado por el tiempo tal y como lo estamos nosotros. Para Él, lo que la gente percibe como un día y mil años representan la misma cantidad de tiempo. Por tanto, el hecho de que no entendamos o no estemos de acuerdo con el tiempo de Dios no quiere decir que Dios esté de brazos cruzados sin hacer nada, o que Él no volverá a actuar en absoluto. La demora de Dios, tal como algunos la ven, debe considerarse como evidencia de la paciencia y la misericordia de Dios. Dios desea que muchas personas se arrepientan y pongan su fe en Cristo. Por tanto, este tiempo adicional es una oportunidad para salvar a más personas.

Sin embargo, nos recuerda Pedro, el juicio de Dios llegará un día. El día del Señor llegará inesperadamente. Cristo regresará y, entonces, arderán los cielos y los elementos: la Tierra y todo lo que hay en ella quedará al descubierto y todo será destruido.

Luego, Pedro hace una pregunta esencial: debido a que las profecías de las Escrituras son ciertas y los falsos maestros están equivocados, ¿cómo deberían vivir los cristianos en este momento? En lugar de caer en el pecado sin temerle a sus consecuencias, tal y como lo sugerían los falsos maestros, debemos llevar una vida santa y piadosa; debemos vivir como personas que esperan con ansias un cielo nuevo y una Tierra nueva. Eso significa que debemos seguir esforzándonos para dejar de lado nuestro pecado y vivir en paz con Dios.

Pedro dice que Pablo habló sobre la "supuesta demora" del juicio de Dios en una de sus cartas. El hecho de que todavía estemos esperando el día del Señor se debe a la paciencia y la misericordia de Dios. Al decir esto, Pedro también afirma que las palabras de Pablo se consideraban como parte de las Escrituras, ya que su sabiduría venía de Dios.

Los falsos maestros, por otro lado, solo querían tergiversar las Escrituras. Los cristianos que conocen la Palabra de Dios tienen la responsabilidad de resistirse ante las mentiras y las falsas enseñanzas de los falsos maestros y quedarse firmes en la verdad del evangelio. Los cristianos debemos seguir esforzándonos para crecer en la gracia y el conocimiento de Jesús.
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