¿Qué significa 2 Pedro 3:11?
Durante los versículos anteriores, Pedro ha dicho que el juicio de Dios vendrá en su momento perfecto, y traerá consigo una destrucción masiva y catastrófica. Aquí, Pedro les pide a sus lectores que consideren lo que eso significa para sus vidas en el momento en el que leyeran esta carta. Los falsos maestros habían estado diciendo que Cristo no regresaría, por lo que no habría ningún juicio. Si eso fuera cierto, decían, ¿por qué no deberíamos dejarnos llevar por la inmoralidad? ¿Por qué deberíamos resistir nuestros deseos apasionados? Si a Dios realmente no le importa, entonces nuestros pecados no tendrán ninguna consecuencia.Pedro insiste, sin embargo, en que el juicio de Dios está muy cerca. El día del Señor es real y cada día estamos más cerca de que ocurra y, en ese día, todo será destruido. Si eso es cierto, ¿cómo deberíamos vivir ahora? ¿Cómo deberíamos vivir mientras el cielo sigue siendo azul y el sol sigue brillando? ¿Quiénes deberíamos ser y cómo deberíamos comportarnos? Pedro dice que solo hay una respuesta para estas preguntas, y su respuesta contrasta fuertemente con la respuesta que ofrecían los falsos maestros: debemos llevar una vida santa y piadosa.
Con esto, Pedro quiere decir que debemos ser "apartados" (o continuar dejando a un lado, o continuar esforzándonos para dejar a un lado) todo tipo pecados e inmoralidades. En realidad, esto no es solo una cuestión de lo que hacemos con nuestros cuerpos, sino que es una cuestión de quiénes somos y el tipo de personas que deberíamos ser.
Tal y como nos los dijo Pedro en 1 Pedro, los cristianos somos "santos", es decir, "apartados". Por tanto, deberíamos vivir en consecuencia. Dios nos ha apartado para cumplir Sus propósitos específicos, y por eso debemos vivir una vida santa, tomando decisiones diferentes a las de los incrédulos en la manera en que usamos nuestro cuerpo, nuestras palabras e incluso en la manera en que pensamos. En realidad, no se trata de un tipo de superación personal ni de observar reglas religiosas, sino que se trata de vivir como el pueblo de Dios en un planeta caído al que ya no le queda mucho tiempo antes de que llegue la destrucción de Dios.