¿Qué significa Marcos 8:7?
"Bendecir" viene de la raíz griega de la palabra eulogeo, y significa "celebrar con alabanzas", "consagrar algo", o "pedirle a Dios que le dé Su favor a algo o alguien". Esta es la palabra desde donde obtenemos nuestra palabra en español "elogio".Jesús está agradecido por haber recibido unos pocos peces pequeños y secos. Para una multitud hambrienta a punto de desmayarse, estos peces son una bendición de Dios. Sin lugar a duda, muchas de las personas tienen raciones más suculentas en casa, entre las que se incluyen el cordero, la cabra y el tocino. Pero aquí, un poco de proteína salada es todo lo que necesitan, y Jesús está apropiadamente agradecido por ello, por lo que él mismo se convierte en un ejemplo para todos una vez más.
Cuando éramos niños, a algunos de nosotros nos daba vergüenza rechazar nuestros guisantes cuando alguien nos decía que había niños hambrientos en países del tercer mundo. A medida que crecemos, nos lamentamos cuando no ingresamos en la universidad que queremos, no obtenemos el trabajo o el salario que sentimos que merecemos, o tenemos la casa y el automóvil que esperábamos. A menudo, no tenemos las cosas que queremos debido a las malas elecciones que tomamos. Otras veces, no tiene nada que ver con nuestras elecciones, sino que nos faltan cosas simplemente porque vivimos en un mundo que está "roto". De todos modos, es posible ser felices sin buscar nada más, y solo apreciando más lo que ya tenemos.
Hoy en día, existe una verdadera desesperación en el mundo, pero hay suficientes bienes como para cubrir nuestras necesidades. Es importante darse cuenta de la diferencia. La brecha que existe entre "apenas suficiente" y "no lo suficiente" es enorme. Los creyentes podemos regocijarnos, sin importar cuán desesperados podamos estar, y también podemos reconocer que conseguir lo que necesitamos es más importante que conseguir lo que queremos.
Marcos 8:1–10 es la tercera de una serie de historias acerca del pan y el lugar apropiado para la limpieza ceremonial. En Marcos 7:1–5, los fariseos condenan a los discípulos de Jesús por comer pan con manos impuras. En Marcos 7:24–30, una mujer sirofenicia solicita con valentía las ''migajas'' metafóricas de la provisión de Dios. Aquí, Jesús le ofrece pan a una gran multitud de gentiles y judíos. Más tarde, Jesús equiparará las falsas e insidiosas enseñanzas de los fariseos con la levadura (Marcos 8:14–21). Este relato también se encuentra en Mateo 15:32–39.
Este capítulo describe a Jesús alimentando milagrosamente a miles de personas otra vez. También nos muestra a Jesús contrarrestando la hipocresía egoísta y despiadada de los fariseos, quienes buscan señales aún más milagrosas. Jesús reprende a los discípulos sobre su corta memoria y les recuerda que la intención de Dios es ayudar a Sus seguidores. Después de sanar a un ciego, Jesús acepta la proclamación de Pedro de que él es el Mesías. Sin embargo, casi de inmediato, Jesús reprende a Pedro por resistirse a la idea de que el Mesías debe sufrir y morir.