¿Qué significa Hebreos 6:20?
Los versículos anteriores combinaron tres imágenes distintas para comunicar una sola idea, una idea alentadora. La obra que Cristo hizo por nosotros combina conceptualmente la idea de un refugio, un ancla y el Lugar Santísimo del templo del Antiguo Testamento. Al mezclar todo esto, el mensaje es que Cristo nos ha precedido, convirtiéndose así en nuestro ejemplo y nuestro Sumo Sacerdote, y ha anclado definitivamente nuestra esperanza. Esa ancla no se echa en este mundo, en nuestras circunstancias actuales, sino en la fuente última de verdad y santidad. Por esta razón, podemos tener confianza en las promesas de Dios (Hebreos 6:18) y mantenernos firmes (Hebreos 3:6; 4:14) a una madurez espiritual segura y creciente, tanto en la verdad como en el amor.Este versículo usa el término griego prodromos, el cual se traduce al español como "precursor". Esto es similar a la referencia que se hace en Hebreos 2:10, donde se usaba la palabra archēgon para llamar a Jesús el "capitán", o "autor" o "fundador" de nuestra salvación. Esto ayuda a combinar la referencia que se hace aquí sobre un ancla con la entrada de Cristo al Lugar Santísimo; los marineros solían llevar el ancla de un barco a un punto más seguro para sujetar el ancla de la manera más sólida posible.
La frase final de este versículo continúa y acaba un mensaje gradual que nos llevado a escuchar una advertencia (Hebreos 5:11–6: 8), una alabanza (Hebreos 6:9–12), pasando por el ánimo (Hebreos 6:13–19) y que finalmente regresa al tema original: el sacerdocio de Melquisedec. Magistralmente, el escritor hace esto refiriéndose a otra promesa de Dios, y una que ya se ha usado en este libro: la del Salmo 110:4. Esta misma promesa se le aplicó previamente al sacerdocio de Cristo (Hebreos 5:6), justo antes de las advertencias que se comparten en el capítulo 6, poniendo así un broche de oro a todo su argumento.
Hebreos 6:13–20 completa una transición que va desde una advertencia seria hasta un pasaje que busca animar a los lectores de la carta, lo cual vuelve de regreso al tema anterior. Las secciones anteriores hicieron una advertencia seria contra los creyentes que "se apartan" debido a una fe inmadura y superficial. El pasaje inmediatamente anterior animaba a los lectores a hacer buenas obras, ya que estas demuestran sinceridad. Aquí, el escritor describe el tipo de seguridad que les permite a los cristianos crecer en su fe a pesar de la persecución. Utilizando a Abrahán como ejemplo (un excelente ejemplo) estos versículos explican que los cristianos tienen una fuente de esperanza fundamental y asegurada: el perfecto sumo sacerdocio de Jesucristo.
El capítulo 6 sigue explorando los peligros de tener una fe superficial e inmadura. En lugar de intentar volver a explicar los conceptos más básicos, el autor tiene la intención de seguir adelante. Según este pasaje, una fe superficial abre los riesgos de la duda, el desánimo y la desobediencia, y también nos pueden conducir hacia una situación en la que la única esperanza de restauración se diera a través del juicio, tal y como lo experimentó Israel durante sus cuarenta años deambulando por el desierto. Dado que nuestra esperanza está anclada en la naturaleza demostrada, inmutable, perfecta y absoluta de Dios, debemos tener confianza y paciencia, en lugar de tener miedo.