¿Qué significa Efesios 5:13?
Pablo vuelve a hablar de la "luz" para comunicarnos un principio espiritual importante (Efesios 3:9; 5:8, 9, 14). Los creyentes deben denunciar el pecado, y saber distinguir entre el bien y el mal (Efesios 5:11). La luz revela lo que la oscuridad intenta ocultar. La idea de "exponer" el pecado aparece con frecuencia durante el Antiguo Testamento (Éxodo 20:26; Proverbios 26:26; Lamentaciones 2:14; Ezequiel 28:17) y a menudo se usa para hacer referencia al hecho de estar "desnudos" espiritualmente (Éxodo 20:26; Apocalipsis 16:15). Cuando Adán y Eva pecaron, se dieron cuenta de que estaban desnudos e intentaron taparse (Génesis 3).El pecado, sin embargo, necesita ser expuesto para que así podamos derrotarlo. En Juan 3:20, Jesús nos enseña que las personas que hacen el mal no quieren que la luz exponga sus malos deseos y acciones. La oscuridad y la maldad se relacionan estrechamente entre sí en las Escrituras, al igual que lo hacen los conceptos de la luz y la bondad. Los creyentes deben caminar en la luz (1 Juan 1:7) ya que "Dios es luz, y en él no hay tiniebla alguna" (1 Juan 1:5).
En Efesios 5:1–21, Pablo continúa compartiendo una serie de valiosas enseñanzas acerca de cómo deben vivir su fe los cristianos. En lugar de imitar al mundo o dejarse dominar por las cosas mundanas, los cristianos deben estar llenos del Espíritu. Pablo los anima a desechar la inmoralidad sexual, las palabras groseras y la pérdida de tiempo. En cambio, los creyentes deben someterse los unos a los otros debido al respeto que le tenemos Cristo, para así poder ofrecerle un poderoso testimonio al mundo sobre quién es Dios y lo que ha hecho.
El capítulo 5 comienza con Pablo pidiéndoles a los efesios que imiten a Cristo. Para ello, los cristianos deben evitar la inmoralidad sexual, el lenguaje vulgar, la necedad y otras actitudes inapropiadas. Pablo les advierte que los que persisten en este tipo de comportamientos no forman parte del reino de Dios. Después de esto, Pablo habla sobre la importancia de que los cristianos se sometan los unos a los otros en Cristo, lo mismo que deben hacer los maridos con sus esposas y viceversa. Las esposas deben someterse a sus maridos y respetarlos. Los maridos deben amar a sus mujeres tal y como nos amó Cristo, con sacrificio y humildad.