¿Qué significa Efesios 2:19?
Pablo habla en este versículo sobre dos aspectos negativos que son paralelos a dos aspectos positivos. Antes de que viniera Cristo, los lectores gentiles de Pablo eran extranjeros: no tenían ningún tipo de conexión con Dios, estaban espiritualmente muertos y no formaban parte de la nación elegida de Israel. Sin embargo, todo esto cambió debido a las bendiciones que recibieron en el momento de la salvación.En primer lugar, los gentiles son "conciudadanos". En el Imperio Romano, la ciudadanía romana era muy importante (Hechos 16:37–38; 21:39; 22:25–29; 23:27). Los ciudadanos de una nación tienen derechos y reciben beneficios de los que los no ciudadanos no pueden disfrutar. Una persona podía nacer siendo ciudadano o ganarse la ciudadanía pagando un precio específico. A través de la salvación en Jesús, estos gentiles ahora podían formar parte de la familia de Dios junto con todos los demás creyentes. Pablo también habla sobre la ciudadanía celestial del creyente en Filipenses 3:20.
En segundo lugar, los gentiles ya eran miembros de la familia de Dios. Aunque la palabra griega para miembros puede referirse tanto a miembros de una familia como a los sirvientes del hogar, Pablo está hablando aquí sobre el hecho de llegar a ser miembros valiosos de una misma familia. Los gentiles que alcanzaron la salvación se convirtieron en ciudadanos oficiales del reino de Dios y eran miembros de Su familia al igual que el resto de los creyentes, sin importar quienes fueran.
Efesios 2:11–22 nos explica la manera en que las personas que han alcanzado la salvación por gracia mediante la fe en Cristo han llegado a formar parte de una sola familia. Antes de que Jesús viniera, el pueblo judío consideraba a los gentiles como si fueran personas impuras e inferiores. Aquí, Pablo nos explica la manera en que el evangelio también permite que los gentiles, no solo los judíos, puedan tener esperanza, recibir las promesas de Dios y llegar a tener una relación con Dios. Seguramente, la mayor parte de la iglesia de Éfeso era gentil, y esa es la razón por la que Pablo tuvo que hablar sobre lo que algunos judíos pensaban erróneamente: que los gentiles no podían formar parte de la familia de Dios.
Pablo enfatiza repetidamente que la salvación se logra en base a la gracia de Dios, a través de la fe. Las buenas obras, el esfuerzo humano y nuestras mejores intenciones nunca serán suficientes como para ganarnos la salvación. Todo el mundo está marcado por el pecado, tanto el pecado que se comete de manera deliberada como de manera accidental, y por esta razón merecemos estar separados de Dios. Por tanto, la única manera de alcanzar la salvación es a través de Su misericordia y gracia, por lo que no hay lugar a la jactancia. Esto también significa que todas las personas que han alcanzado la salvación, tanto judíos como gentiles, forman parte de una misma familia espiritual, y no hay motivo para que haya ningún tipo de hostilidad entre los creyentes. De hecho, todos somos indignos de la bondad de Dios y hemos alcanzado la salvación gracias a esa misma bondad y gracia de Dios.