Capítulo
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Verso
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Hebreos 5:3

LBLA y por esa causa está obligado a ofrecer sacrificios por los pecados, tanto por sí mismo como por el pueblo.
NBLA Por esa causa está obligado a ofrecer sacrificios por los pecados, tanto por sí mismo como por el pueblo.
NVI Por tal razón se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como también por los del pueblo.
RV1960 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
JBS por causa de la cual debe, así también por sí mismo, como por el pueblo, ofrecer por los pecados.

¿Qué significa Hebreos 5:3?

Los primeros versículos del capítulo 5 se refieren directamente a un sumo sacerdote humano, con el fin de hacer un comentario sobre Jesús. El versículo 3 resume los detalles que se ofrecieron con mayor profundidad en los versículos 9 y 10. El contexto es una continuación del capítulo 4. En este pasaje, el escritor de Hebreos explica cómo la humanidad de Jesús lo hace apto para convertirse en el Sumo Sacerdote supremo de todos los creyentes. Parte de la responsabilidad de un sacerdote es ofrecer sacrificios por los pecados de las personas. En el caso de un sumo sacerdote humano, esto también incluye el hecho de ofrecer sacrificios por sus propios defectos morales. El reconocimiento de su propio pecado es parte de cómo un sacerdote puede ser compasivo y gentil con aquellos a quienes sirve (Hebreos 5:2).

El escritor de Hebreos no tiene duda alguna sobre si Jesús pecó o no pecó. Tal y como muestran los versículos anteriores, Jesús jamás pecó, por lo que nunca tuvo que ser perdonado (Hebreos 4:15), aunque sí experimentó la tentación humana para simpatizar con la nuestra. Esta misma idea se tratará más adelante en la carta de los Hebreos, reconociendo esto como la única característica en la que Jesús se diferencia del típico sumo sacerdote (Hebreos 7:27).

Cristo se compadece de nosotros en base a la experiencia que ha tenido a través de las tentaciones, no en base a Su pecado, ya que Él nunca pecó. De hecho, la vida perfecta y sin pecado de Jesús, frente a la tentación, hace que Su comprensión del pecado sea aún mayor que la de una persona falible; solo aquellos que pueden levantar un gran peso aprecian realmente lo pesado que puede llegar a ser. Aquellos que no tienen mucha fuerza solo experimentan el peso hasta el momento junto antes de rendirse y dejarlo caer. A menos que alguien pueda sostener un peso específico sin tener que rendirse, una persona jamás podrá experimentar realmente toda su fuerza. Jesús experimentó nuestras tentaciones más allá del punto en el que nosotros mismos acabamos rindiéndonos y pecando. Esto significa que Cristo, al no tener pecado, ¡verdaderamente puede afirmar haber experimentado la tentación mucho más que nosotros!
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