¿Qué significa Efesios 6:17?

Los cascos son esenciales para la batalla. Un casco puede protegernos contra las piedras, armas de mano, proyectiles, puños, impactos contra el suelo y muchos otros tipos de ataques. Los soldados sabían que un golpe en la cabeza siempre tenía el potencial de convertirse en el fin de la batalla para ellos. Por esta razón, el casco ayuda mucho a tranquilizar al soldado, más que casi cualquier otra pieza de la armadura. Pablo dice que el casco de la armadura de Dios está conectado con la salvación. La salvación es, en última instancia, la mejor protección que tenemos en contra de Satanás, ya que no hay nada, ni siquiera Satanás, que pueda separarnos del amor de Dios en Cristo (Romanos 8:37–39).

Además de esto, Pablo habla sobre "la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios". Esta es la primera arma ofensiva que Pablo menciona en este pasaje. La espada se utilizaba para matar y derrotar a los enemigos durante el ataque. La típica espada romana no era un arma larga y engorrosa. Más bien, eran de hoja corta, eran fáciles de desenvainar y rápidas en el combate. Pablo utiliza aquí el término machairan, un término que se refiere específicamente a una espada de hoja corta de este tipo. De la misma manera, la Palabra de Dios nos ayuda a derrotar a nuestros enemigos durante los ataques espirituales. Durante el período en el que Satanás tentó a Jesús, Jesús utilizó las Escrituras en tres ocasiones para vencer la tentación (Mateo 4:1–11). Las personas que estudian y conocen las Escrituras pueden "contraatacar" mejor a la tentación y evitar que el Diablo los derribe de su puesto.

También hay que tener en cuenta que las espadas, debido a que son armas poderosas, pueden usarse de mala manera. Una espada bien blandida, sí se sabe utilizar bien, es una herramienta muy útil. Sin embargo, si un soldado blande la espada a lo loco o sin cuidado puede llegar a hacerse daño a sí mismo y a los demás. Lo mismo ocurre con la Biblia, la "espada del Espíritu". Cuando usamos la Biblia de una manera incorrecta o descuidada podemos causarles mucho dolor, daño y perjuicio espiritual a las personas que nos rodean.