¿Qué significa Proverbios 2:19?
Durante los versículos anteriores se ha usado la metáfora de una mujer ajena para explicarnos el tipo de peligros que acarrea el pecado. De acuerdo con este pasaje, el pecado nos tienta, nos aleja de Dios y finalmente nos ciega ante el peligro de nuestras propias elecciones. Este camino finalmente nos conduce hacia la última consecuencia de todo pecado: la muerte. De hecho, este versículo en particular puede ser muy desalentador si se toma fuera de contexto.Dios es absolutamente amoroso, pero Dios también es absolutamente justo. Dios es perfecto en todos Sus atributos y nada le falta. Por lo tanto, así como Dios, en Su amor infinito, nos proporciona una manera para que podamos salvarnos (Juan 3:16–17), también debe ejercer Su justicia sobre el pecado (Romanos 6:23; Juan 3:18–21). En este versículo se nos presenta la condena final. Todas y todos nosotros seremos responsables y una vez que conozcamos la verdad del evangelio, si deliberadamente nos apartamos de él para pecar, al final Dios nos entregará a nuestra propia depravación para que ella misma se encargue de nosotros (Salmo 81:12; Romanos 1:24–32).
Proverbios 2:16–22 se centra en describirnos la virtud a la que los filósofos como Platón consideraban como la integridad o la templanza. Esta virtud va más allá de simplemente saber hacer lo que correcto incluso cuando nadie está mirando, que es lo que normalmente entendemos cuando escuchamos la palabra integridad. Más bien, la integridad también consiste en mantenernos alejados de ciertas situaciones en las que podríamos sentirnos tentados a hacer algo malo. En la actualidad, la integridad se refiere a lo que haces, mientras que la templanza se caracteriza por el hecho de saber cómo usar otras virtudes para evitar situaciones que podrían dañarnos. Por ejemplo, Pablo nos advierte que la embriaguez conduce hacia el libertinaje (Efesios 5:18). Una persona que exhibe templanza podría decidir beber menos o incluso dejar alcohol para siempre y así evitar la embriaguez y el libertinaje. La templanza es la capacidad que las personas tienen a la hora de controlarse a sí mismas (Santiago 3). Este pasaje hace una comparación entre lo que nos ocurre cuando no nos controlamos y los beneficios de vivir una vida íntegra.
En el capítulo 2 de Proverbios, Salomón destaca varias virtudes, y también nos anima a vivir una vida basada en la virtud. Al igual que en el capítulo 1, Salomón usará conceptos específicos para comunicar sus ideas de una manera específica, conceptos como el coraje, la integridad, la sabi-duría y la justicia. La esencia de este pasaje es enfatizar las cosas positivas que surgen de vivir una vida basada en la virtud y cómo la virtud cambia la vida de las personas. Al contrario, las personas que ignoran la virtud tendrán que sufrir las terribles consecuencias que vendrán a raíz de sus decisiones ellas y ellos mismos toman.