¿Qué significa Gálatas 3:23?
Un grupo conocido como los judaizantes estaba intentando de convencer a los cristianos de Galacia de que debían circuncidarse y seguir la ley de Moisés, además de creer en Cristo, para así poder alcanzar la salvación (Gálatas 2:4). Pablo está intentando mostrarles los motivos por los que eso no era cierto (Gálatas 3:1).Pablo está compartiendo cuál fue el verdadero propósito de la ley. Durante los versículos anteriores, nos mostró que la ley no puede ofrecerles la vida a las personas porque las personas no pueden guardar la ley perfectamente, sino que tiene el propósito de mostrarnos lo pecaminosos que somos una vez que entendemos lo que Dios requiere de nosotros para vivir de acuerdo con Sus estándares de justicia. La ley nos muestra que esto es imposible, ¡ya que no podemos dejar de pecar!
De esta manera, la ley hizo que Israel, y todos aquellos que querían estar bien con Dios, vivieran en un estado de cautiverio, ya que se dieron cuenta de que eran prisioneros de su propio pecado. Sin embargo, este estado fue un estado temporal, porque al final llegó la fe. Específicamente, Cristo vino y murió para pagar por el pecado del que nosotros no pudimos escaparnos. A través de la fe en Cristo, podemos encontrar una salida del cautiverio en el que nos encontrábamos bajo la ley. El siguiente versículo nos revelará que la ley cumplió un propósito vital en la historia de Israel, pero ese propósito llegó a su fin cuando se reveló la oportunidad de poner nuestra fe en Cristo.
Gálatas 3:23–29 resume la idea de que Dios nunca tuvo la intención de que la ley fuera la solución final para el problema del pecado. En cambio, estaba destinada a "proteger" a la humanidad hasta la llegada de Cristo. Esta libertad que nos ofrece Cristo más allá de la ley también trasciende todas las demás barreras, ya que la raza, el género, la riqueza, la salud y la cultura son irrelevantes en lo que se refiere a la relación que comenzamos a tener con nuestro Salvador. Cualquiera que pertenece a Cristo, por la fe, recibe la promesa de convertirse en uno de Sus herederos.
Pablo dice que los cristianos de Galacia estaban siendo insensatos por el hecho de creer que necesitaban seguir la ley de Moisés para estar bien con Dios. Pablo les ofrece tres argumentos específicos para apoyar su idea. Primero, recibieron el Espíritu de Dios de una manera poderosa después de creer en Jesús, y no a través del cumplimiento de la Ley. En segundo lugar, las Escrituras mismas nos muestran que la bendición de Dios viene por la fe y que la maldición viene por la Ley. Cristo pagó el precio de esa maldición en la cruz. Tercero, el pacto que Dios hizo con Abrahán es como un documento legal y, por lo tanto, no puede ser revocado.
