¿Qué significa Gálatas 3:18?
Pablo continúa argumentando que la salvación no viene a través de seguir las obras de la ley de Moisés. Específicamente, las bendiciones eternas que Dios le prometió a Abrahán y a su descendencia no se reciben a través de nada de lo que podamos hacer. En cambio, todas las personas que creen por fe en Cristo son las que reciben esas bendiciones. Cristo es el descendiente más importante de Abrahán, y tiene derecho de recibir todo lo que Dios le prometió a Abrahán. Entonces, las personas que están "en Cristo" también tienen derecho a recibir esas promesas a través de Él (Gálatas 3: 10–14).Ahora, Pablo comparte una idea que se fundamenta en una lógica aplastante. Pablo dice que las promesas del pacto que Dios le hizo a Abrahán son como una "herencia", algo que se transmite de una persona a su descendencia. Dios fue quien le hizo esta promesa. Los teólogos dicen que esto es un "pacto unilateral". Dios no le pidió a Abrahán que hiciera nada para recibir Sus promesas, lo único que Abrahán hizo fue creer en Dios. Dios le prometió a Abrahán que recibiría una serie de bendiciones específicas sin ataduras. Entonces, si ahora tuviéramos que seguir la ley de Moisés para recibir las bendiciones que Dios le prometió a Abrahán, ¿qué tipo de promesa sería esa? En resumen, eso provocaría que esas bendiciones, las cuales eran incondicionales, se volvieran condicionales, ya que el regalo de Dios de la salvación se basaría en nuestros méritos, pero eso al mismo lo tiempo lo imposibilitaría, porque no hay nada que podamos hacer para ganarnos la gracia de Dios (Gálatas 3:10; Romanos 3:10).
Esto nos plantea una pregunta obvia, una que los judaizantes debieron haber hecho en voz alta y sarcásticamente: “entonces, ¿para qué sirvió la ley, entonces? Pablo responderá a esta pregunta durante los siguientes versículos.
Gálatas 3:15–22 comienza con Pablo presentando un argumento legal que trata sobre el pacto que Dios hizo con Abrahán, el cual permanecía vigente incluso durante el pacto posterior que la ley de Moisés representó. Pablo continúa hablando sobre cuál fue el objetivo de la ley. La ley nos demuestra qué es el pecado y lo pecadores que somos. A través de la ley, nos damos cuenta de que no podemos cumplir con el estándar que Dios ha establecido, por lo que debemos alcanzar la salvación de otra manera: la fe en Cristo. Una vez que Cristo llegó, esta salvación estuvo disponible para todas las personas, incluidos los gentiles, las personas que no son judías
Pablo dice que los cristianos de Galacia estaban siendo insensatos por el hecho de creer que necesitaban seguir la ley de Moisés para estar bien con Dios. Pablo les ofrece tres argumentos específicos para apoyar su idea. Primero, recibieron el Espíritu de Dios de una manera poderosa después de creer en Jesús, y no a través del cumplimiento de la Ley. En segundo lugar, las Escrituras mismas nos muestran que la bendición de Dios viene por la fe y que la maldición viene por la Ley. Cristo pagó el precio de esa maldición en la cruz. Tercero, el pacto que Dios hizo con Abrahán es como un documento legal y, por lo tanto, no puede ser revocado.