Verso

Gálatas 3:11

LBLA Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque EL JUSTO VIVIRA POR LA FE.
NBLA Y que nadie es justificado ante Dios por la Ley es evidente, porque “EL JUSTO VIVIRA POR LA FE.”
NVI Ahora bien, es evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque «el justo vivirá por la fe».
RV1960 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
JBS Además por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.

¿Qué significa Gálatas 3:11?

Pablo continúa argumentando que seguir la ley no puede salvar a nadie, y está tratando de ayudar a los cristianos de Galacia a comprender que las Escrituras siempre han señalado que la fe, confiar en Dios, es el único camino para estar bien con Dios. Pablo está compartiendo todo esto para contrarrestar las acusaciones y las creencias de los judaizantes, quienes estaban afirmando que seguir la ley, incluida la circuncisión, era necesaria para que una persona pudiera alcanzar la salvación (Gálatas 2:4).

En el versículo anterior, Pablo citó Deuteronomio para señalar que vivir bajo la ley es como vivir bajo la amenaza de una maldición debido a que siempre quebrantamos la ley de alguna manera. Ahora, Pablo cita algo que escribió Habacuc: "…el justo vivirá por su fe" (Habacuc 2:4). Después de esto, Pablo declara que Cristo nos ha redimido de la maldición de la ley, pero Pablo está ansioso de que los gálatas escuchen que Dios siempre quiso que todo el mundo pusiera su fe en Él. Dios nunca tuvo la intención de que alcanzáramos Su salvación al adherirnos a la ley, sino que su intención siempre fue usar el ministerio de Jesucristo.
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Resumen de contexto
En Gálatas 3:10–14 Pablo argumenta que la bendición de Dios no se alcanzar siguiendo la ley de Moisés. De hecho, las reglas que se describen en la ley, si no se cumplen a la perfección, provocan la maldición de Dios sobre las personas. Puesto que todos fallan a la hora de seguirla perfectamente, nadie puede ser justificado—declarado justo ante Dios—a través de la ley. Pablo cita tres pasajes del Antiguo Testamento para demostrar que esto es cierto, y que Cristo tomó esta maldición sobre sí mismo cuando murió por nuestros pecados en la cruz. Así fue la manera en que la bendición de Abrahán les había llegado a los gentiles debido a que pusieron su fe en Cristo
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Resumen del capítulo
Pablo dice que los cristianos de Galacia estaban siendo insensatos por el hecho de creer que necesitaban seguir la ley de Moisés para estar bien con Dios. Pablo les ofrece tres argumentos específicos para apoyar su idea. Primero, recibieron el Espíritu de Dios de una manera poderosa después de creer en Jesús, y no a través del cumplimiento de la Ley. En segundo lugar, las Escrituras mismas nos muestran que la bendición de Dios viene por la fe y que la maldición viene por la Ley. Cristo pagó el precio de esa maldición en la cruz. Tercero, el pacto que Dios hizo con Abrahán es como un documento legal y, por lo tanto, no puede ser revocado.
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¿Qué es el evangelio?
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