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2 Timoteo capitulo 1

La Biblia de las Américas

3Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones, 4deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de alegría. 5Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. 6Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos. 7Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 8Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios, 9quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, 10y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien abolió la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio, 11para el cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro. 12Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo ; porque yo sé en quién he creído, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día. 13Retén la norma de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús. 14Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado.
Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

Biblia del Jubileo

3Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar tengo memoria de ti en mis oraciones noche y día; 4deseando verte (acordándome de tus lágrimas), para ser lleno de gozo; 5trayendo a la memoria la fe no fingida que está en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy cierto que está en ti también. 6Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos. 7Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza. 8Por tanto no te avergüences de dar testimonio del Señor nuestro, ni de mí, que estoy preso por él; antes sé participante de los trabajos del Evangelio por el poder de Dios, 9que nos ha librado, y nos llamó a la santa vocación; no por nuestras obras, sino según el intento suyo y por la gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos; 10mas ahora es manifestada por la venida de nuestro salvador Jesús, el Cristo, el cual asimismo anuló la muerte, y sacó a luz la vida y la incorrupción por el Evangelio; 11del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los gentiles. 12Por lo cual así mismo padezco esto, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 13Retén la forma de las sanas palabras que de mi oíste, en la fe y caridad que es en Cristo Jesús. 14Guarda el buen depósito consignado a ti por el Espíritu Santo que habita en nosotros. 15Ya sabes esto, que me han sido contrarios todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes. 16Dé el Señor misericordia a la casa de Onesíforo; que muchas veces me refrigeró, y no se avergonzó de mi cadena; 17antes, estando él en Roma, me buscó solícitamente, y me halló. 18Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes mejor.

¿Qué significa 2 Timoteo capitulo 1?

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