¿Qué significa 2 Tesalonicenses capitulo 2?
La segunda carta que Pablo le escribió a la iglesia de Tesalónica comienza de una manera similar a la primera: alabando a los tesalonicenses debido a su crecimiento espiritual y el amor que dominaba la vida de todos los miembros de la iglesia. Durante el primer capítulo, Pablo les recordó a los cristianos de Tesalónica que su comportamiento era evidencia de que habían alcanzado la salvación. También les habló sobre el destino que les espera a quienes rechazan a Dios. Este capítulo, sin embargo, aborda uno de los puntos débiles dentro de la fe de esta iglesia. A pesar de su crecimiento espiritual y de que Pablo ya les hubiera enviado una carta, parece que la iglesia de Tesalónica estaba muy confundida acerca del "día del Señor", el momento en el que Dios juzgará al mundo: la tribulación. En este segundo capítulo, Pablo intenta aclarar el tema.Primero, Pablo les pide que dejen de preocuparse pensando que ese día ya había llegado. Pablo habla aquí sobre lo que ocurrirá y las cosas que deben pasar y cumplirse antes de que comience el día del Señor. Específicamente, hay dos eventos principales que tendrán lugar antes de que llegue el juicio de Dios. El primero es una apostasía, y el segundo es la llegada del hombre de pecado.
Primero, habrá un período de apostasía, lo cual se describe en griego usando la frase hē apostasia. La frase griega usa un artículo definido, lo cual implica que será algo específico. Por el contrario, si se hubiera utilizado un artículo indefinido, el pasaje estaría hablando de "una" apostasía, en lugar de "la" apostasía, lo cual nos sugiere que Pablo está hablando de un evento particular y específico (2 Tesalonicenses 2:1–3).
En segundo lugar, se dejará de restringir al pecado, y entonces, el hombre de pecado surgirá en el mundo. Dios dejará, hasta cierto punto, de contener el mal y permitirá que el pecado tenga rienda suelta en la Tierra. Esta figura misteriosa, el hombre de pecado, se opondrá a la adoración de Dios, y solo querrá adorarse a sí mismo. En parte, esto significa que el hombre de pecado se sentará en el templo y dirá que él mismo es Dios. Satanás lo fortalecerá, y engañará a los incrédulos mostrándoles señales y prodigios. Sin embargo, durante Su segunda venida, Jesús destruirá al hombre de pecado y a todos los que rechazaron la verdad y se deleitaron en la injusticia (2 Tesalonicenses 2:4–12).
Pablo cierra este capítulo dándole gracias a Dios por los creyentes de Tesalónica, a quienes Dios llamó para alcanzar la gloria del Señor Jesucristo. En vista de esta esperanza, Pablo anima a sus lectores a mantenerse y quedarse firmes en las verdades que les había enseñado. Pablo ora para que Jesús y el Padre animen a los tesalonicenses y los fortalezcan en toda buena obra y palabra (2 Tesalonicenses 2:13–17).
Al final de ese capítulo, Pablo anticipa en cierta manera lo que comenzará a enseñar en el capítulo 3, lo cual se centra en la importancia que tiene el hecho de tener una ética de trabajo sólida.