Verso
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2 Tesalonicenses 2:3

LBLA Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición,
NBLA Que nadie los engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición.
NVI No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza.
RV1960 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
JBS No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdicion,

¿Qué significa 2 Tesalonicenses 2:3?

Refiriéndose a las falsas enseñanzas de las que habló en el versículo 2, Pablo les dice a los tesalonicenses que no permitan que nadie los engañe con respecto al día del Señor. Obviamente, algunos de los cristianos de Tesalónica habían sido víctimas de algún falso maestro, quien les había dicho que el día del Señor ya había llegado. Pablo les explica en este versículo que el día del Señor no comenzará hasta que sucedan dos cosas.

Primero, habrá una "apostasía", una revuelta abierta y extrema que irá en contra de la verdad. La palabra "apostasía" también puede traducirse con el término "caída", o "la partida". El uso de un artículo definido - "el" en español, en griego- unido a la palabra "apostasía", nos indica que ocurrirá un evento específico. Quizás esto puede referirse a una rebelión de Israel en contra de las enseñanzas del Antiguo Testamento, momento en el que se dejará llevar por la idolatría. Tal vez se refiera al estado del mundo después de que la iglesia se vaya durante el rapto. Cabe destacar que Pablo describe el rapto en el versículo 1 diciendo "la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él".

El segundo evento que Pablo menciona en el versículo 3 es la aparición del "hombre de pecado", "el hijo de perdición". Basándonos en la descripción de las cosas que hará este hombre, parece probable que se trate de una de las dos figuras infames que aparecen en Apocalipsis 13. Dios castigará al hombre de pecado condenándolo al castigo eterno en el lago de fuego (Apocalipsis 19:20–21).
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