¿Qué significa 2 Pedro 2:1?
Pedro terminó el capítulo anterior afirmando la validez de las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías. En gran medida, la confianza de Pedro se basaba en las propias experiencias personales que tuvo con Jesús. Pedro ahora comienza a hacerles algunas advertencias a sus lectores acerca de los falsos maestros.Pedro reconoce que los falsos profetas siempre estuvieron presentes en Israel, incluso durante los días en los que los auténticos profetas de Dios estuvieron presentes. Esos hombres intentaron hacerse un nombre y engañar al pueblo de Dios afirmando que Dios les había dado un mensaje para Israel sabiendo que eso no era cierto. De hecho, a menudo sus falsas profecías contradecían directamente los mensajes que los verdaderos profetas de Dios le comunicaron a Su pueblo.
Pedro nos describe aquí un problema similar que les iba a suceder a los cristianos. En lugar de falsos profetas, habría falsos maestros que surgirían desde dentro del cristianismo para engañar a los creyentes. ¿Qué enseñarían? Bíblicamente, una "herejía" es cualquier enseñanza que contradice la verdad. Estas doctrinas son destructivas para el cristianismo, simplemente porque intentan cambiar algo que es verdad por algo que es falso. Además, estas cosas también son perjudiciales para los cristianos porque pueden alejarlos de la Palabra de Dios.
Pedro dice que estos falsos maestros atacarán al cristianismo "con disimulo". Su objetivo, en última instancia, será convencer a los cristianos de que se unan a ellos para negar a Jesús, el "Maestro" o "Señor soberano". Los siguientes versículos nos revelarán las razones por las que alguien haría esto. Independientemente de la motivación, el resultado siempre será el mismo para las personas que intentan engañar a los cristianos con el objetivo de que nieguen la deidad y la señoría de Jesús: su propia destrucción.
Por ejemplo, en la actualidad, hay "cristianos" que niegan el señorío o la deidad de Jesús, y enseñan ideas que son contrarias a las Escrituras diciendo que ellos son quienes saben la verdad. Algunos incluso niegan que las palabras y las advertencias que Pedro comparte en esta carta sean la verdadera Palabra de Dios.