¿Qué significa 2 Pedro 1:6?

Durante los versículos 3 y 4, Pedro dijo que los cristianos, por la fe, llegar a formar parte de la naturaleza divina y Dios nos equipa con todo lo que necesitamos para cumplir Sus propósitos. Luego, en el versículo 5, Pedro dijo que debemos esforzarnos para añadirle una serie de cualidades a nuestra fe. En conjunto, esta lista de cualidades nos sirve para identificar la vida de los cristianos que verdaderamente están participando en la naturaleza de Dios. Tal y como se nos muestra en esta lista, existe un orden lógico para estas características, y cada uno de estos requisitos es necesario para obtener el siguiente.

Primero, debido a que hemos sido equipados para vivir como Jesús, debemos añadirle bondad o "virtud" a nuestra fe: debemos esforzarnos a la hora de hacer el bien en el mundo por el poder de Dios, tal y como lo haría Jesús en nuestro lugar. Esta bondad o "virtud" se convierte en la base del resto de estas cualidades.

También debemos adquirir conocimiento para así comprender de una manera más profunda a nuestro Dios, a través de Su Palabra, la oración, etc., algo para lo que necesitamos virtud. Por tanto, no basta con querer hacer el bien, sino que también debemos saber qué es el bien a través del conocimiento de Dios.

A continuación, debemos tener dominio propio, ya que, si no tenemos la capacidad de controlarnos a nosotros mismos, nuestro conocimiento del bien y el deseo de hacerlo acaban siendo inútiles. El dominio propio nos ayuda a restringir nuestros impulsos, y nos ayuda a tomar la decisión correcta en los momentos en los que nos asalta la tentación.

Luego, a eso hay que sumarle la paciencia, la capacidad de tener dominio propio durante largos períodos de tiempo, ya que hacer el bien no es una simple carrera, sino un maratón. Todas las decisiones que tomamos a diario se convierten en un estilo de vida. La paciencia es la capacidad de mantener nuestro dominio propio incluso cuando la presión de la tentación continúa atacándonos.

A todo esto, le debemos añadir piedad. Esa piedad no es humana, sino divina. Este tipo de excelencia moral o piedad nos ayuda a reflejar la naturaleza de Dios mismo, en lugar de la "piedad" temporal y terrenal que a veces muestran los seres humanos.

En el siguiente versículo, Pedro continúa añadiéndoles más cualidades a la fe de los cristianos.