¿Qué significa 1 Juan capitulo 4?
El capítulo 4 incluye dos ideas principales. La primera es que los creyentes deben "poner a prueba a los espíritus" para ver si son de Dios (1 Juan 4:1–6). El segundo tema es que Dios nos ama y "Dios es amor" (1 Juan 4:7–21), lo cual debe provocar que los creyentes se amen los unos a los otros.1 Juan 4 comienza diciendo que hay que poner a prueba todas las afirmaciones espirituales, ya que no todos los maestros son fieles a la fe. Los cristianos no deben creer todo "solo porque sí". De hecho, debemos considerar cuidadosamente todo lo que oímos y vemos antes de confiar en cualquier mensaje en particular (Hechos 17:11; Colosenses 2:8–10). A Juan le preocupaba que los falsos profetas y sus enseñanzas engañaran a sus lectores. En 1 Juan 4:2, Juan habla de los espíritus que en realidad provienen de Dios, las personas que creen en la encarnación real de Jesucristo.
Juan añade que los creyentes vencen a los poderes de este mundo gracias al Espíritu de Dios que habita dentro de ellos (1 Juan 4:4). Con la expresión "el mundo" Juan se refiere a la humanidad, la cual es impura. Las personas del mundo escuchan a los incrédulos y a los espíritus impíos e ignoran a Dios.
Durante la segunda sección principal de este capítulo, Juan vuelve a hablar de que "Dios es amor". Juan enseña que el amor bíblico indica que una persona ha nacido de Dios y que conoce a Dios. Juan afirma enfáticamente que los creyentes deben mostrar el amor que sienten hacia Dios amándose los unos a los otros (1 Juan 4:7–12). De hecho, el amor no solo demuestra la presencia de Dios en nuestras vidas, sino que sirve como evidencia del amor de Dios para el resto del mundo. El amor es la forma en que el mundo debe "ver" a Dios, incluso aunque no pueda hacerlo físicamente.
Los versículos que van del 13 al 21 se pueden resumir en el versículo final. Cualquiera que diga que ama a Dios debe demostrarlo amando a sus hermanos. Juan enfatiza repetidamente el hecho de que una persona no puede pretender amar a Dios y al mismo tiempo odiar a los demás. Tal y como nos quedó claro en el capítulo 3, el odio siempre es de origen demoníaco. Por tanto, las personas que odian no "permanecen" en Cristo. Los creyentes son hijos de Dios y hermanos y hermanas entre sí y, al ser una familia, deben amarse los unos a los otros de acuerdo con el mandamiento de Dios.
El versículo 18 nos ofrece una perspectiva importante sobre la relación que existe entre el amor y el miedo. Es decir, que el amor de Dios y el temor del mundo son incompatibles. Debido a que Dios nos ama no debemos temer el hecho de si nos acepta como Sus hijos. Hay otros lugares a lo largo de las Escrituras que hablan sobre el concepto de "temer" a Dios en el sentido de sentir asombro o respeto hacia Él. Aquí, sin embargo, Juan se está centrando en el hecho de tener ansiedad sobre si Dios realmente nos amará y perdonará o si justo hará lo contrario. Los creyentes que siguen el ejemplo de amor de Dios no tienen motivos para temer que Dios no los acepte, y que Su amor perfecto elimina la necesidad de tener este tipo de miedo. Dios es amor, nos muestra un amor perfecto y llena de amor los corazones de las personas que creen.