¿Qué significa 1 Corintios 8:11?
Los creyentes de Corinto que desafiaron las enseñanzas de Pablo acerca de los alimentos que se les hubiera ofrecido a los ídolos dijeron que ya tenían conocimiento al respecto, porque sabían que esos dioses eran falsos, y sabían que Dios es el único Dios. Saber eso, por tanto, les daba la libertad de comer comida que se les hubiera ofrecido a los ídolos. Pablo estaba de acuerdo en que la comida de los ídolos, en sí misma, no era mala, así como en el hecho de que esos dioses no existían. Pablo, sin embargo, no estaba de acuerdo con la cantidad de conocimiento que los corintios decían poseer, pero sí con la aplicación de su conocimiento (1 Corintios 8:1–6).El problema es que no todos los cristianos sabían lo mismo. Pablo dijo que los cristianos que todavía dudaban de la existencia de esos dioses debido a su pasado eran cristianos de conciencia "débil", ya que no tenían una conciencia limpia en lo que respecta a ese tipo de comida. Para ellos, alimentarse con esa comida era pecado. De acuerdo con las Escrituras, violar la conciencia de otros cristianos sí es pecado (Romanos 14:23).
La preocupación de Pablo era que algunos de los cristianos que tuvieran un conciencia "fuerte", al comer de este tipo de comida dentro de templos de ídolos, podían provocar que los hermanos y hermanos con una conciencia más débil acabaran haciendo lo mismo. Esto es lo que Pablo quiso decir en el versículo 9, donde usó el término proskomma, una "piedra de tropiezo".
Por tanto, los corintios corrían el riesgo de usar ese conocimiento que los hacía libres para comer de lo que quisieran de manera que acabara perjudicando espiritualmente a los hermanos y a las hermanas que no tuvieran ese conocimiento. De hecho "se perderían", una expresión que viene de la raíz griega apollumi, lo cual significa que algo se ha arruinado o se ha perdido. Esta "ruina" viene de pecar en contra de su propia conciencia, pero eso no significa que perderán su salvación (Juan 10:28).
Pablo les recuerda a los corintios, enfáticamente, que Cristo también murió por esas personas que tenían conciencias débiles. ¿Era demasiado pedir que los corintios dejaran de comer comida de ídolos por el bien de sus hermanos? Incluso si el acto en sí estuviera permitido, debían tener en cuenta la conciencia de los creyentes "más débiles". Esos compañeros y compañeras creyentes necesitaban ser discipulados con amor para crecer hasta llegar a tener una conciencia más "fuerte", en lugar de ser expuestos descuidadamente a situaciones para las que no estaban preparados.
1 Corintios 8:1–13 comienza con la respuesta más larga que Pablo ofreció en todas sus cartas sobre la cuestión de asistir a las funciones en los templos de los ídolos o comer alimentos que se les hubiera ofrecido a los ídolos. Pablo parece mezclar sus comentarios con los propios comentarios que le hicieron los corintios. Parece ser que los corintios le habían escrito previamente a Pablo diciendo que no estaban "adorando" a los ídolos. Sabían que los ídolos en realidad no existían y que solo Dios es real. Pablo responde que el problema aquí no era la falta de conocimiento sino la falta de amor. Algunos hermanos y hermanas en Cristo no podían comer comida que se les hubiera ofrecido a los ídolos con la conciencia limpia. Los cristianos con una fe más fuertes corrían el riesgo de inducir al pecado a los más cristianos con una fe más débil y, de ese modo, ellos también corrían el riesgo de pecar.
Pablo responde a las objeciones que le presentaron los corintios acerca de las restricciones sobre comer en los templos de ídolos o de comer alimentos que se les hubiera ofrecido a esos mismos ídolos. Esas actividades estaban profundamente integradas en la sociedad corintia y en la vida cotidiana de las personas. Pablo estaba de acuerdo en que los ídolos no eran nada y que la comida era solo comida. El problema es que algunos cristianos que habían formado parte de la adoración a ídolos no podían comer comida que se les hubiera ofrecido a esos ídolos con la conciencia tranquila. Para ellos, hacer eso era pecado. Si los cristianos que eran más fuertes a nivel de conciencia, los que comprendían mejor la verdad, indujeran al pecado a sus hermanos más débiles, ellos también serían culpables de pecar en contra de sus hermanos y en contra de Cristo.