1 Corintios capitulo 15
La Biblia de las Américas
1Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, 2por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano. 3Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí : que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras ; 4que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras ; 5que se apareció a Cefas y después a los doce ; 6luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen ; 7después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles, 8y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí. 9Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. 10Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. 11Sin embargo, haya sido yo o ellos, así predicamos y así creísteis.
12Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos ? 13Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; 14y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe. 15Aún más, somos hallados testigos falsos de Dios, porque hemos testificado contra Dios que El resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16Pues si los muertos no resucitan, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; 17y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa ; todavía estáis en vuestros pecados. 18Entonces también los que han dormido en Cristo han perecido. 19Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima.
20Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron. 21Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23Pero cada uno en su debido orden : Cristo, las primicias ; luego los que son de Cristo en su venida ; 24entonces vendrá el fin, cuando El entregue el reino al Dios y Padre, después que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder. 25Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26Y el último enemigo que será abolido es la muerte. 27Porque DIOS HA PUESTO TODO EN SUJECION BAJO SUS PIES. Pero cuando dice que todas las cosas le están sujetas, es evidente que se exceptúa a aquel que ha sometido a El todas las cosas. 28Y cuando todo haya sido sometido a El, entonces también el Hijo mismo se sujetará a aquel que sujetó a El todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
29De no ser así, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos? Si de ninguna manera los muertos resucitan, ¿por qué, entonces, se bautizan por ellos? 30Y también, ¿por qué estamos en peligro a toda hora ? 31Os aseguro, hermanos, por la satisfacción que siento por vosotros en Cristo Jesús nuestro Señor, que cada día estoy en peligro de muerte. 32Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS. 33No os dejéis engañar : “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.” 34Sed sobrios, como conviene, y dejad de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para vergüenza vuestra lo digo.
35Pero alguno dirá : ¿Cómo resucitan los muertos ? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen? 36¡Necio ! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere ; 37y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino el grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie. 38Pero Dios le da un cuerpo como El quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. 39No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra la de las bestias, otra la de las aves y otra la de los peces. 40Hay, asimismo, cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, pero la gloria del celestial es una, y la del terrestre es otra. 41Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. 42Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible ; 43se siembra en deshonra, se resucita en gloria ; se siembra en debilidad, se resucita en poder; 44se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. 45Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida. 46Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. 47El primer hombre es de la tierra, terrenal ; el segundo hombre es del cielo. 48Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. 49Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
50Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios ; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. 51He aquí, os digo un misterio : no todos dormiremos, pero todos seremos transformados 52en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria. 55¿DONDE ESTA, OH MUERTE, TU VICTORIA? ¿DONDE, OH SEPULCRO, TU AGUIJON ? 56El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley ; 57pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 58Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Nueva Biblia de las Américas
1Ahora les hago saber, hermanos, el evangelio que les prediqué (anuncié), el cual también ustedes recibieron, en el cual también están firmes, 2por el cual también son salvos, si retienen la palabra que les prediqué (anuncié), a no ser que hayan creído en vano.
3Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo (el Mesías) murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5que se apareció a Cefas (Pedro) y después a los doce.
6Luego se apareció a más de 500 hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen (murieron). 7Después se apareció a Jacobo (Santiago), luego a todos los apóstoles. 8Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
9Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. 10Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. 11Sin embargo, haya sido yo o ellos, así predicamos y así creyeron ustedes.
12Ahora bien, si se predica que Cristo (el Mesías) ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre ustedes que no hay resurrección de muertos? 13Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; 14y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes. 15Aún más, somos hallados testigos falsos de Dios, porque hemos testificado contra Dios que El resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
16Porque si los muertos no resucitan, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; 17y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es falsa; todavía están en sus pecados. 18Entonces también los que han dormido (han muerto) en Cristo están perdidos. 19Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima.
20Pero ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron (murieron). 21Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
23Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en Su venida. 24Entonces vendrá el fin, cuando El entregue el reino al Dios y Padre, después que haya terminado con todo dominio y toda autoridad y poder. 25Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies. 26Y el último enemigo que será eliminado es la muerte.
27Porque DIOS HA PUESTO TODO EN SUJECION BAJO SUS PIES. Pero cuando dice que todas las cosas están sujetas a El, es evidente que se exceptúa a Aquél que ha sometido a El todas las cosas. 28Y cuando todo haya sido sometido a El, entonces también el Hijo mismo se sujetará a Aquél que sujetó a El todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
29De no ser así, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos? Si de ninguna manera los muertos resucitan, ¿por qué, entonces, se bautizan por ellos? 30Y también, ¿por qué estamos en peligro a toda hora? 31Les aseguro, hermanos, por la satisfacción (gloria) que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor, que cada día estoy en peligro de muerte.
32Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS. 33No se dejen engañar: “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.” 34Sean sobrios, como conviene, y dejen de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para vergüenza de ustedes lo digo.
35Pero alguien dirá: “¿Cómo resucitan los muertos? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen?” 36¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere. 37Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino el grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie. 38Pero Dios le da un cuerpo como El quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
39No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra la de las bestias, otra la de las aves y otra la de los peces. 40Hay, asimismo, cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, pero la gloria del celestial es una, y la del terrestre es otra. 41Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.
42Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible; 43se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; 44se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual.
45Así también está escrito: “El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE.” El último Adán, espíritu que da vida. 46Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. 47El primer hombre es de la tierra, terrenal (hecho del polvo); el segundo hombre es del cielo.
48Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. 49Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
50Esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. 51Así que les digo un misterio: no todos dormiremos (moriremos), pero todos seremos transformados 52en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: “DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria. 55¿DONDE ESTA, OH MUERTE, TU VICTORIA? ¿DONDE, OH SEPULCRO, TU AGUIJON?”
56El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; 57pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 58Por tanto, mis amados hermanos, estén firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano.
Nueva Versión Internacional
1Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. 2Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
3Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, 4que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, 5y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. 6Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. 7Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles, 8y, por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
9Admito que yo soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. 10Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. 11En fin, ya sea que se trate de mí o de ellos, esto es lo que predicamos, y esto es lo que ustedes han creído.
12Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección? 13Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. 14Y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes. 15Aún más, resultaríamos falsos testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, lo cual no habría sucedido si en verdad los muertos no resucitan. 16Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. 17Y, si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados. 18En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo. 19Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera solo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales.
20Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron. 21De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos. 22Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir, 23pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, cuando él venga, los que le pertenecen. 24Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. 25Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26El último enemigo que será destruido es la muerte, 27pues Dios «ha sometido todo a su dominio». Al decir que «todo» ha quedado sometido a su dominio, es claro que no se incluye a Dios mismo, quien todo lo sometió a Cristo. 28Y, cuando todo le sea sometido, entonces el Hijo mismo se someterá a aquel que le sometió todo, para que Dios sea todo en todos.
29Si no hay resurrección, ¿qué sacan los que se bautizan por los muertos? Si en definitiva los muertos no resucitan, ¿por qué se bautizan por ellos? 30Y nosotros, ¿por qué nos exponemos al peligro a todas horas? 31Que cada día muero, hermanos, es tan cierto como el orgullo que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor.
33No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». 34Vuelvan a su sano juicio, como conviene, y dejen de pecar. En efecto, hay algunos de ustedes que no tienen conocimiento de Dios; para vergüenza de ustedes lo digo.
35Tal vez alguien pregunte: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vendrán?» 36¡Qué tontería! Lo que tú siembras no cobra vida a menos que muera. 37No plantas el cuerpo que luego ha de nacer, sino que siembras una simple semilla de trigo o de otro grano. 38Pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a cada clase de semilla le da un cuerpo propio. 39No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces. 40Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro. 41Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.
42Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción resucita en incorrupción; 43lo que se siembra en oprobio resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad resucita en poder;
44se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual. 45Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; el último Adán, en el Espíritu que da vida. 46No vino primero lo espiritual, sino lo natural, y después lo espiritual. 47El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo. 48Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo. 49Y, así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.
50Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal no puede heredar el reino de Dios, ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible. 51Fíjense bien en el misterio que les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados, 52en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados. 53Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad.
54Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: «La muerte ha sido devorada por la victoria». 55«¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?»
Reina-Valera 1960
1Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
3Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. 9Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. 10Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 11Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
12Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. 14Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 17y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 18Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 19Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 27Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. 28Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
29De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? 30¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora? 31Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. 32Si como hombre batallé en Éfeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos. 33No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. 34Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.
35Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 36Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. 37Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; 38pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. 39No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves. 40Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. 41Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.
42Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 45Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 46Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 50Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
51He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Biblia del Jubileo
1Además os declaro, hermanos, el Evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también estan firmes; 2por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, estáis siendo salvos, si no creisteis en vano. 3Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo yo aprendí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6Después apareció a más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos viven aún, y otros son muertos. 7Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles. 8Y a la postre de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. 9Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la Iglesia de Dios. 10Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia hacía mí no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que fue conmigo. 11Porque, o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. 12Y si el Cristo es predicado que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó; 14y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él haya levantado al Cristo; al cual empero no levantó, si los muertos no resucitan. 16Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. 17Y si el Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; y aún estáis en vuestros pecados. 18Entonces también los que durmieron en el Cristo son perdidos. 19Si en esta vida solamente esperamos en el Cristo, somos los más miserables de todos los hombres. 20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron (es hecho). 21Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22Porque de la manera que en Adán todos mueren, así también en el Cristo todos serán vivificados. 23Mas cada uno en su orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24Luego el fin; cuando entregará el Reino al Dios y al Padre, cuando quitará todo imperio, y toda potencia y potestad. 25Porque es necesario que él reine, hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte. 27Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas a él, claro está exceptuado aquel que sujetó a él todas las cosas. 28Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. 29De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos? 30¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora? 31Cada día trago la muerte por mantenerme en la gloriación de haberlos enseñado, la cual tengo en Cristo Jesús Señor nuestro. 32Si como hombre batallé en Efeso contra las bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos. 33No erréis; los malos compañeros corrompen el buen carácter. 34Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra hablo. 35Mas dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 36Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes. 37Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, o de otro grano; 38mas Dios le da el cuerpo como quiso, y a cada simiente su propio cuerpo. 39Toda carne no es la misma carne; mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves. 40Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. 41Una es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas; porque una estrella es diferente de otra en gloria. 42Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción; se levantará en incorrupción; 43se siembra en vergüenza, se levantará con gloria; se siembra en flaqueza, se levantará con potencia; 44se siembra cuerpo animal, se levantará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 45Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán en alma viviente; el postrer Adán, en Espíritu vivificante. 46Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47El primer hombre, es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es el Señor, del cielo. 48Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49Y como trajimos la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 50Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción. 51He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente resucitaremos, mas no todos seremos transformados. 52En un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción; mas nosotros seremos transformados. 53Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad. 54Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces será cumplida la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley. 57Mas a Dios gracias, que nos dio la victoria por el Señor nuestro Jesús, el Cristo. 58Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.