¿Qué significa 1 Corintios 14:5?
Las Escrituras nos dicen que el don de profecía es más útil para la iglesia que el don de las lenguas. Pablo ha escrito que el que ora a Dios en un idioma desconocido, gracias al poder del Espíritu Santo, es "edificado". Probablemente, esto hacía que la fe de aquellos a quienes se les daba este regalo se volviera mucho más profunda.El problema era que, cuando se ponía en práctica en las reuniones de la iglesia, hablar en idiomas desconocidos para otros no edificaba a los demás porque nadie podía entender lo que estaba sucediendo. Pablo no quería desanimar a ninguno de los cristianos de Corinto hasta el punto en el que dejaran de orarle en lenguas al Señor si habían recibido ese don. De hecho, el deseo de Pablo era que todos tuvieran ese don, y lo describe como algo enormemente positivo para esas personas.
Sin embargo, para la iglesia cuando se reunía, el don de la profecía era mejor, ya que con la profecía se edifica a toda la iglesia y además nos ayuda a comunicarnos con Dios al mismo tiempo.
Pablo dijo que todos los dones son necesarios para la iglesia, el cuerpo de Cristo. Ahora, él dice que el que profetiza es más importante que la persona que habla en un idioma desconocido mientras ora. La única excepción sería si alguien que tuviera el don de interpretación estuviera presente y pudiera interpretar lo que el hablante de lenguas estuviera diciendo para que todo el mundo se beneficiara de ello.
Al colocar la profecía por encima del don de las lenguas que no se pueden interpretar, Pablo está revelando nuevamente el propósito último de todos los dones espirituales: la edificación de la iglesia.
1 Corintios 14:1–25 nos describe la razón por la que el don de la profecía es superior al don de las lenguas en los servicios de la iglesia, especialmente cuando no hay nadie que tenga el don de la interpretación de lenguas que esté presente. La profecía beneficia a todas las personas reunidas con una revelación de Dios. Sin embargo, cuando se ora en una lengua desconocida, si no hay nadie que pueda interpretarla, solo beneficia al que ora. De hecho, exhibir el don de lenguas sin que haya nadie que lo interprete puede hacer más daño que bien, ya que puede generar confusión y divisiones. Por el contrario, el uso de la profecía les brinda a los incrédulos la oportunidad de escuchar a Dios, de que se convenzan del pecado, y de que lleguen a la fe en Cristo y comiencen a adorar a Dios de una manera genuina.
Pablo anima a los corintios a que intenten alcanzar el don de profecía con más fuerza que el resto de los dones. En los servicios de la iglesia, el don de la profecía es superior al uso del don de lenguas si no hay nadie disponible que pueda interpretar esas lenguas. Sin embargo, la profecía beneficia a todos, pero orar en lenguas sin que nadie las interprete beneficia solo al que las está hablando. Además, solo debería haber dos o tres hablantes de lenguas que contribuyan a cualquier servicio, y tienen que hacerlo por turnos y con intérpretes que le comuniquen sus mensajes al resto de la iglesia. De hecho, lo mismo se les aplica a la profecía y al don del discernimiento de espíritus. El orden y la edificación de la iglesia son principios importantes para cualquier reunión de adoración en la iglesia. En la actualidad, las iglesias modernas están divididas sobre la medida en que estos dones están o no presentes en la vida de los cristianos y sobre cómo deberían practicarse.