¿Qué significa 1 Corintios 14:30?
Pablo está dándoles instrucciones a los corintios sobre cómo llevar a cabo sus servicios de adoración, y ha insistido en dos cosas: los servicios deben hacerse de manera ordenada, y sólo deben incluirse los dones y recursos que edifiquen al resto de la iglesia.Un tercer principio era el dominio propio sobre los dones espirituales. De todas las personas que tenían el don de hablar en lenguas, solo dos o tres personas debían usarlo turnándose entre sí, y solo si hubiera alguien con el don de la interpretación que pudiera explicarles a los demás lo que se estaba diciendo. De lo contrario, los que tenían el don de las lenguas debían permanecer en silencio.
Las personas que tenían el don de la profecía debían hablar también por turnos, los demás debían juzgar lo que estaban diciendo para saber si esas revelaciones procedían verdaderamente de Dios y no de otro "espíritu" (1 Juan 4:1); quizás, con esto, Pablo se estaba refiriendo a las personas que tenían el don de discernir entre espíritus (1 Corintios 12:10), o quizás debían tener a mano las Escrituras de Dios (Hechos 17:11) para asegurarse de que lo que estaban diciendo era cierto.
Ahora, Pablo añade que el profeta que esté hablando debe detenerse y sentarse si otra persona recibiera una revelación de Dios mientras la primera persona estuviera hablando. De nuevo, Pablo dice que las personas que usan estos dones siempre deben hacerlo bajo el dominio del Espíritu y Su autoridad, siendo conscientes de que el objetivo de usarlos es la edificación de la iglesia en su conjunto.
1 Corintios 14:26–40 incluye instrucciones específicas para los corintios sobre cómo deberían ordenarse los servicios. Estas reuniones deben reflejar el carácter de Dios. Todos deben tener la oportunidad de compartir un himno, una enseñanza, una revelación profética de Dios, e incluso hablar en una lengua si alguien pudiera interpretarla. Las personas deben hablar por turnos, y solo dos o tres hablantes de lenguas o profetas debían contribuir durante los servicios. Las esposas deben permanecer en silencio y respetar a sus maridos. Por último, solo se debe dar pie a todo lo que pueda edificar la iglesia en su conjunto.
Pablo anima a los corintios a que intenten alcanzar el don de profecía con más fuerza que el resto de los dones. En los servicios de la iglesia, el don de la profecía es superior al uso del don de lenguas si no hay nadie disponible que pueda interpretar esas lenguas. Sin embargo, la profecía beneficia a todos, pero orar en lenguas sin que nadie las interprete beneficia solo al que las está hablando. Además, solo debería haber dos o tres hablantes de lenguas que contribuyan a cualquier servicio, y tienen que hacerlo por turnos y con intérpretes que le comuniquen sus mensajes al resto de la iglesia. De hecho, lo mismo se les aplica a la profecía y al don del discernimiento de espíritus. El orden y la edificación de la iglesia son principios importantes para cualquier reunión de adoración en la iglesia. En la actualidad, las iglesias modernas están divididas sobre la medida en que estos dones están o no presentes en la vida de los cristianos y sobre cómo deberían practicarse.