1 Corintios 14:3

LBLA Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
NBLA Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
NVI En cambio, el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos.
RV1960 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
JBS Mas el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.

¿Qué significa 1 Corintios 14:3?

Pablo está comparando el don de la profecía con el don de hablar en lenguas. Quizás algunas personas de la iglesia de Corinto habían puesto un énfasis demasiado excesivo en el don de las lenguas y las personas que lo tenían, y esto había creado algo división o desequilibrio entre los cristianos en Corinto. Pablo ya les ha dicho que debían desear el don de profecía más que el don de las lenguas.

Ahora, Pablo nos revela que el don de profecía tiene un propósito específico en la vida de la iglesia. Dios quiere que este don se use para edificar a los demás: para exhortarlos y consolarlos. En otras palabras, Dios les revela alguna verdad, idea o conocimiento especial a los creyentes que tienen este don. Entonces, esa persona debe comunicarles esa revelación a los demás para edificarlos y ayudarlos. Los dones "proféticos" no siempre tenían la intención de revelarles información de Dios que de otro modo no podrían haber conocido.

Pablo escribe algo similar acerca de los dones de hablar en público en Efesios 4:11–12: "Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo".
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Resumen de contexto
1 Corintios 14:1–25 nos describe la razón por la que el don de la profecía es superior al don de las lenguas en los servicios de la iglesia, especialmente cuando no hay nadie que tenga el don de la interpretación de lenguas que esté presente. La profecía beneficia a todas las personas reunidas con una revelación de Dios. Sin embargo, cuando se ora en una lengua desconocida, si no hay nadie que pueda interpretarla, solo beneficia al que ora. De hecho, exhibir el don de lenguas sin que haya nadie que lo interprete puede hacer más daño que bien, ya que puede generar confusión y divisiones. Por el contrario, el uso de la profecía les brinda a los incrédulos la oportunidad de escuchar a Dios, de que se convenzan del pecado, y de que lleguen a la fe en Cristo y comiencen a adorar a Dios de una manera genuina.
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Resumen del capítulo
Pablo anima a los corintios a que intenten alcanzar el don de profecía con más fuerza que el resto de los dones. En los servicios de la iglesia, el don de la profecía es superior al uso del don de lenguas si no hay nadie disponible que pueda interpretar esas lenguas. Sin embargo, la profecía beneficia a todos, pero orar en lenguas sin que nadie las interprete beneficia solo al que las está hablando. Además, solo debería haber dos o tres hablantes de lenguas que contribuyan a cualquier servicio, y tienen que hacerlo por turnos y con intérpretes que le comuniquen sus mensajes al resto de la iglesia. De hecho, lo mismo se les aplica a la profecía y al don del discernimiento de espíritus. El orden y la edificación de la iglesia son principios importantes para cualquier reunión de adoración en la iglesia. En la actualidad, las iglesias modernas están divididas sobre la medida en que estos dones están o no presentes en la vida de los cristianos y sobre cómo deberían practicarse.
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