¿Qué significa 1 Corintios 14:34?
El papel de la mujer en la iglesia es uno de los temas más controversiales en la iglesia moderna. Este y el siguiente versículo juegan un papel importante en esa conversación, junto con 1 Timoteo 2:11–15.El pensamiento de Pablo comienza en el versículo anterior, donde afirma rotundamente que esa es la práctica de todas las iglesias de los santos. En otras palabras, les estaba insistiendo a los corintios que lo que les iba a decir se hacía en todas las iglesias cristianas. Por lo tanto, no se trataba solo de Corinto y su caso especial, sino que todas las iglesias seguían esas mismas reglas.
Pablo dice que las mujeres deben permanecer en silencio en las iglesias. De hecho, no se les permite hablar, pero deben estar en sumisión, en contexto, es decir, en relación con sus esposos específicos, tal y como lo hicieron las mujeres que vivían bajo la Ley.
Esto hace que nos hagamos algunas preguntas y que incluso surjan algunos malentendidos. Es importante recordar lo que Pablo había enseñado anteriormente durante esta carta (1 Corintios 11:2–16) acerca de que las mujeres podían orar o profetizar durante los servicios de adoración siempre que sus cabezas estuvieran debidamente cubiertas. De hecho, se puede correr el peligro de pensar que este versículo parece contradecir ese pasaje.
Los estudiosos sugieren tres posibles explicaciones. Algunos creen que estos versículos fueron insertados más tarde por alguien que no era Pablo, aunque sí es cierto que aparecen incluso en los manuscritos más antiguos que se conocen. Otros sugieren que Pablo estaba citando a alguien más en estos dos versículos con el fin de rechazar sus declaraciones en el versículo 36. Sin embargo, eso no parece encajar con el patrón que se presenta durante el resto de la carta.
La mayoría de los eruditos entienden que estas instrucciones se les dan a las esposas, específicamente, y no a todas las mujeres. Esto se basa en los usos de la palabra y la referencia que se hace sobre los maridos en el siguiente versículo. Tomado de esta manera, muchos creen que el mandamiento de "permanecer en silencio" se refiere a la conversación general que había entre la congregación, tal vez mientras se evaluaba una profecía en conjunto, a diferencia de la oración o la profecía, las cuales sí que fueron permitidas por Pablo durante el capítulo 11.
1 Corintios 14:26–40 incluye instrucciones específicas para los corintios sobre cómo deberían ordenarse los servicios. Estas reuniones deben reflejar el carácter de Dios. Todos deben tener la oportunidad de compartir un himno, una enseñanza, una revelación profética de Dios, e incluso hablar en una lengua si alguien pudiera interpretarla. Las personas deben hablar por turnos, y solo dos o tres hablantes de lenguas o profetas debían contribuir durante los servicios. Las esposas deben permanecer en silencio y respetar a sus maridos. Por último, solo se debe dar pie a todo lo que pueda edificar la iglesia en su conjunto.
Pablo anima a los corintios a que intenten alcanzar el don de profecía con más fuerza que el resto de los dones. En los servicios de la iglesia, el don de la profecía es superior al uso del don de lenguas si no hay nadie disponible que pueda interpretar esas lenguas. Sin embargo, la profecía beneficia a todos, pero orar en lenguas sin que nadie las interprete beneficia solo al que las está hablando. Además, solo debería haber dos o tres hablantes de lenguas que contribuyan a cualquier servicio, y tienen que hacerlo por turnos y con intérpretes que le comuniquen sus mensajes al resto de la iglesia. De hecho, lo mismo se les aplica a la profecía y al don del discernimiento de espíritus. El orden y la edificación de la iglesia son principios importantes para cualquier reunión de adoración en la iglesia. En la actualidad, las iglesias modernas están divididas sobre la medida en que estos dones están o no presentes en la vida de los cristianos y sobre cómo deberían practicarse.