¿Qué significa Filipenses 4:3?
En el versículo 2, Pablo les pidió a dos mujeres llamadas Evodia y Síntique que pusieran fin a su desacuerdo. En este versículo, Pablo también le pide a un líder de la iglesia que las ayude, pero no dice quién es. Algunos sugieren que la palabra griega sygyge, traducida como "compañero", es en realidad un nombre propio. Sin embargo, tanto el contexto del pasaje como la gramática griega en cuestión contradicen esta opinión. En su lugar, es probable que todas las personas que estaban implicadas en este problema conocían a este líder de la iglesia al que Pablo decidió no nombrar.Estas dos mujeres discreparon en alguna cuestión, pero habían trabajado juntas con Pablo, Clemente y más personas. Es muy posible que el Clemente que Pablo menciona aquí sea Clemente de Roma, quien escribió 1 Clemente, escrito aproximadamente en el año 95 d.C., aunque no podemos estar seguros de esto. Lo que sí sabemos es que esta persona era conocida por los lectores de Pablo y se encontraba en Filipos durante la época en que Pablo escribió esta carta. En cualquier caso, los nombres de todas estas personas estaban escritos "en el libro de la vida". El libro de la vida sólo se menciona en el Apocalipsis (Apocalipsis 3:5; 13:8; 17:8; 20:12, 15; 21:27), donde se utiliza seis veces para hacer referencia a la lista de personas que vivirán con el Señor en la eternidad (Lucas 10:20).
En Filipenses 4:2–9 Pablo, les habla a los cristianos filipenses sobre cómo lidiar con los desacuerdos que ocurren dentro de la iglesia. A Pablo le preocupaba especialmente un problema que hubo entre dos mujeres, Evodia y Síntique. El consejo de Pablo es que nos centremos en nuestra capacidad de regocijarnos en nuestra comunión con Cristo, lo cual debe provocar en nosotros una actitud razonable que sea evidente para el resto del mundo. Al centrarnos únicamente en las cosas positivas, podemos experimentar la paz a través del poder de Dios.
Pablo les pide específicamente a dos mujeres cristianas, Evodia y Síntique, que resuelvan la disputa personal que tenían entre las dos; anima a los demás cristianos a actuar de una manera razonable y siempre desde el fundamento de Cristo. Pablo señala que su experiencia de vida le había enseñado a contentarse con cualquier bendición material que recibiera, por muy grande o pequeña que fuera. Esta confianza en el poder de Cristo no sólo les permite a los creyentes estar contentos, sino que también trae paz a través de las relaciones que tenemos con otros cristianos. Para ello, también debemos poner nuestra atención en las cosas positivas y tratar de hacerlo continuamente. Pablo les agradece sinceramente a los filipenses todo el apoyo que le habían ofrecido a lo largo de los años.