¿Qué significa Colosenses 4:6?
Hasta ahora, Pablo ha estado describiéndonos el proceso de evangelización como algo que se basa irremediablemente en la oración (Colosenses 4:2–3), que el evangelio debe comunicarse con claridad (Colosenses 4:4) que debemos ser sabios y debemos aprovecharnos al máximo cada oportunidad (Colosenses 4:5). Aquí, Pablo nos presenta un quinto e importante principio para que la evangelización sea eficaz: que hablemos de una manera amable y agradable.En la RV1960, la expresión "de buen gusto" se traduce con la expresión "sazonada con sal". En la época de Pablo, la sal servía principalmente como conservante, y ayudaba a que la carne no se pudriera. De hecho, la sal era lo suficientemente valiosa como para usarse como moneda de cambio. Además, la sal tiene la capacidad de cambiarle el sabor a todo lo que se le añade. En ese sentido, el uso que hace Pablo de esta metáfora cobra un sentido mucho más profundo. Las palabras del creyente tienen como objetivo preservar el mensaje de Cristo, para que así ese mensaje les llegue con efectividad a tantas personas como sea posible. Por tanto, lo que dice un cristiano debería añadirle valor a la conversación; nuestras palabras deben ser edificantes y útiles. Finalmente, la verdad de nuestra vida cristiana debe quedarle clara al mundo debido al "sabor" diferente que tenemos de acuerdo con la manera en que hablamos y actuamos.
Otro aspecto importante a la hora de comunicarnos con amabilidad es tener la capacidad de responder las preguntas de los incrédulos. Pedro también dijo algo importante sobre esto: "al contrario, honren en su corazón a Cristo, como Señor, y manténganse siempre listos para defenderse, con mansedumbre y respeto, ante aquellos que les pidan explicarles la esperanza que hay en ustedes" (1 Pedro 3:15). Por lo tanto, para comunicar la verdad de Cristo con eficacia, debemos presentarla de una manera positiva y también tener la capacidad de defenderla (Tito 1:9). De esta manera, el mero conocimiento no es lo único que se requiere, ya que para responder de una manera que sea verdaderamente "cristiana", una persona debe presentar la verdad usando tanto la actitud como las palabras adecuadas.