¿Qué significa 2 Timoteo 4:2?
Pablo describe el encargo que le iba a hacer a Timoteo, el cual ya mencionó en el versículo anterior: "predica la palabra". Timoteo debía aferrarse a la sana doctrina y dejar a un lado los mitos (2 Timoteo 4:3–4), y debía centrar su ministerio en comunicar la verdad que Dios mismo nos ha revelado. Luego, Pablo habla sobre siete maneras específicas en las que Timoteo debía predicar la palabra de DiosPrimero, Timoteo debía estar listo para predicar en todo momento y cuando fuera conveniente. La frase "a tiempo" se refiere a los momentos en los que, de acuerdo con nuestro sentido común, "se supone" que deberíamos estar predicando la palabra… situaciones en las que predicar la palabra no provocaría que nos expusiéramos a ningún tipo de peligro.
En segundo lugar, Timoteo también debía estar preparado para predicar la palabra cuando no fuera conveniente hacerlo, "fuera de tiempo", lo cual se refiere a los momentos en los que proclamar la verdad nos podría resultar incómodo, difícil y podría causarnos problemas.
En tercer lugar, Timoteo debía corregir o redargüir a las personas que cometieran errores de compresión o aplicación de las Escrituras. Pablo ya habló sobre la importancia de "reprender" a los demás cuando fuera necesario en 1 Timoteo 5:20 (Proverbios 3:12; 9:8; 19:25).
Cuarto, Timoteo debía hablar en contra del mal. El término griego que se traduce en español con el verbo "reprender" es epitimēson, que en este contexto significa regañar, reprender o corregir.
Quinto, Timoteo debe "exhortar", un término que significa "animar" o "instar" a los demás que proviene del término griego parakaleson, que implica las ideas de apoyar, consolar y ayudar a los demás.
Sexto, Timoteo debía predicar con paciencia. Para las personas que ocupan puestos de liderazgo en la iglesia, y especialmente cuando se enfrentan a cualquier tipo de oposición, la paciencia es una virtud difícil de mantener. Sin embargo, Pablo dice que esto forma parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22–23). La paciencia, a pesar de las frustraciones, debe ser uno de los sellos distintivos de la fe cristiana.
Séptimo, Timoteo debía predicar la palabra mientras se la enseñaba a los demás, y su enseñanza debía centrarse tanto en las emociones como en el intelecto, para así capacitar a los creyentes para que siguieran caminando de acuerdo con la verdad de Dios.