¿Qué significa Proverbios 29:4?
Las Escrituras nos indican que la corrupción y la justicia son totalmente incompatibles (Proverbios 15:27; 17:23; 29:7). Un rey, o cualquier gobierno, que aplica correctamente la justicia contribuye a la estabilidad y a la paz de su reino. Sin embargo, los líderes que son codiciosos y que aceptan sobornos u otros medios de corrupción hacen que la nación se vuelva más inestable. Una nación gobernada por gente egoísta y codiciosa es propensa a acabar en la ruina total. La frase hebrea que se usa aquí implica la idea de algo así como impuestos o tarifas que se imponen a través de la extorsión, algo que enfatiza aún más la idea de que los líderes gubernamentales de esa nación son personas inmorales.Salomón fue un rey justo cuyo reino prosperó durante un largo período de paz. Su hijo Roboán convocó un consejo de ancianos y pidió que le aconsejaran. El consejo le dijo que fuera un siervo del pueblo y los tratara bien. Sin embargo, él rechazó su consejo y convocó a un grupo de jóvenes para que lo aconsejaran en su lugar, quienes le dijeron que aumentara la carga que Salomón le había impuesto a su pueblo: "a esa gente que te habló de esa manera, y que dijo: "tu padre fue muy duro con nosotros. Disminuye un poco esa dureza", diles: "mi dedo meñique es más grueso que el miembro viril de mi padre. Así que, si mi padre fue duro con ustedes, yo lo seré más todavía; si mi padre los castigó con azotes, yo los azotaré con látigos" (1 Reyes 12:10–11).
Proverbios 29:1–11 comienza haciéndonos una advertencia muy seria. Salomón (Proverbios 25:1) hace un contraste entre el gobierno justo y el gobierno de los malvados. Este pasaje también nos habla sobre el engaño y señala que la justicia se muestra a través del hecho de ser caritativo con los pobres. Discutir con necios no tiene sentido, y siempre debemos controlar nuestro temperamento.
Gran parte de este pasaje nos habla sobre las consecuencias negativas de las actitudes o comportamientos que son pro-vocados a raíz de nuestra imprudencia: la terquedad siempre nos lleva hacia el desastre. La falta de autocontrol hace que pasemos vergüenza. Los gobernantes que son ignorantes e impíos propagan el pecado y la corrup-ción. El orgullo nos lleva hacia la humillación. La mayoría de estas declaraciones siguen el patrón de dos partes que ya se estableció en otra parte del libro de Proverbios. La lección final hace un resumen entre la profunda diferencia que existe entre las personas que son bondadosas y las únicamente se dedican a perseguir sus propios deseos.