¿Qué significa 1 Corintios 2:8?
Pablo ha dicho que la sabiduría secreta que Dios había preparado para el mundo, la cual estableció antes de que comenzara el tiempo mismo, incluía Su plan de sacrificar a Su Hijo por los pecados de la humanidad. En el versículo anterior, Pablo escribió que Dios decretó esto para nuestra gloria.Nuestros pecados hicieron que fuera imposible compartir la gloria de Cristo, ya que hemos sido destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). El plan de Dios, Su sabiduría secreta, hizo posible que nuestro pecado fuera perdonado a través de la muerte de Cristo, quien murió en nuestro lugar por nuestros pecados. Todo esto se basa en la justicia de Cristo y no en la nuestra.
La crucifixión de Jesús fue crucial para que todo esto ocurriera. Pablo se refiere a Jesús usando el título "Señor de la gloria". Los gobernantes de esa época, los líderes religiosos judíos y el gobierno romano que decidió asesinar a Jesús, por supuesto, no entendieron nada de esto; no sabían que, de hecho, formaban parte del plan que Dios había ideado desde el principio. Si lo hubieran sabido, nunca habrían matado a Jesús.
En realidad, no está claro si Pablo quiere decir que no habrían querido llevar a cabo el plan de Dios o que no se habrían atrevido a matar al Hijo de Dios. En cualquier caso, su incapacidad a la hora de discernir la sabiduría secreta de Dios fue lo que provocó que acabaran haciendo exactamente lo que Dios había ideado desde el principio.
1 Corintios 2:6–16 nos describe la diferencia que existe entre la sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios. La sabiduría humana se limita a lo que se puede observar y resolver a través de la razón humana. Las Escrituras confirman y enfatizan continuamente que tanto la razón como el conocimiento son muy valiosos (Colosenses 2:8; 2 Timoteo 2:15), al tiempo que demuestran que de hecho existe una diferencia entre lo que la mente de una persona puede lograr y lo que el Espíritu de Dios puede revelarnos. La sabiduría de Dios, incluido Su plan de ofrecernos la salvación a través de la crucifixión de Cristo, debe recibirse y creerse a través del Espíritu Santo de Dios. Sin la ayuda del Espíritu, las personas no pueden creer en lo que es espiritual, y esa es la razón por la que rechazan las verdades espirituales, las cuales consideran un total y absoluto sin sentido. Sin embargo, los cristianos tienen acceso a la mente de Cristo debido al Espíritu Santo de Dios, el cual habita en nosotros.
Cuando Pablo llegó por primera vez a Corinto, no les presentó a lo corintios el evangelio con palabras elocuentes ni con ningún tipo de sabiduría premeditada, sino que les presentó la verdad de una manera simple y directa para que su fe se basara únicamente en el poder de Dios y no en la sabiduría humana. Las personas que tienen el Espíritu de Dios son las únicas que pueden comprender las verdades que Dios nos ha revelado, incluido el hecho de que Cristo fue crucificado para pagar por los pecados de la humanidad. Las personas que no tienen el Espíritu de Dios están limitadas por la razón humana, y al final eso es lo único que acaban teniendo. El Espíritu de Dios hace posible que entendamos y creamos en las cosas espirituales.