¿Qué significa 1 Corintios 2:13?
Pablo nos ha dejado claro que el plan de Dios de ofrecerle la salvación a las personas que creen que Cristo murió para el perdón de sus pecados solo se puede conocer a través del Espíritu Santo. Los sentidos humanos y la razón, por sí solos, no pueden ayudarnos a tener fe en Cristo. En el mejor de los casos, sí que nos pueden ayudar a tener conocimiento acerca de Dios, pero no pueden ayudarnos a confiar y tener fe en Dios (Santiago 2:19; Romanos 1:18–23). El Espíritu Santo es quien debe revelarnos los pensamientos de Dios.Pablo ahora nos muestra, sin embargo, que no todos los creyentes serían capaces de interpretar y comprender completamente todas estas verdades espirituales. Esa fue, de hecho, la razón por la que los demás apóstoles trabajaron como intérpretes, ayudando a las personas que habían escuchado de Dios a través del Espíritu Santo a comprender mejor lo que todo esto significaba realmente. Esto es un aspecto clave del discipulado: los cristianos más experimentados y maduros deben guiar a los nuevos creyentes mientras van creciendo bajo la supervisión del Espíritu.
Pablo sabía que él no fue el que causó que ellos creyeran y tuvieran fe; Dios es quien le revela la verdad a través de Su Espíritu a cada persona que llega a creer. El trabajo de Pablo fue simplemente comunicar el mensaje para que los que llegaran a creer supieran que en realidad no podrían haber creído sin la ayuda del Espíritu.
1 Corintios 2:6–16 nos describe la diferencia que existe entre la sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios. La sabiduría humana se limita a lo que se puede observar y resolver a través de la razón humana. Las Escrituras confirman y enfatizan continuamente que tanto la razón como el conocimiento son muy valiosos (Colosenses 2:8; 2 Timoteo 2:15), al tiempo que demuestran que de hecho existe una diferencia entre lo que la mente de una persona puede lograr y lo que el Espíritu de Dios puede revelarnos. La sabiduría de Dios, incluido Su plan de ofrecernos la salvación a través de la crucifixión de Cristo, debe recibirse y creerse a través del Espíritu Santo de Dios. Sin la ayuda del Espíritu, las personas no pueden creer en lo que es espiritual, y esa es la razón por la que rechazan las verdades espirituales, las cuales consideran un total y absoluto sin sentido. Sin embargo, los cristianos tienen acceso a la mente de Cristo debido al Espíritu Santo de Dios, el cual habita en nosotros.
Cuando Pablo llegó por primera vez a Corinto, no les presentó a lo corintios el evangelio con palabras elocuentes ni con ningún tipo de sabiduría premeditada, sino que les presentó la verdad de una manera simple y directa para que su fe se basara únicamente en el poder de Dios y no en la sabiduría humana. Las personas que tienen el Espíritu de Dios son las únicas que pueden comprender las verdades que Dios nos ha revelado, incluido el hecho de que Cristo fue crucificado para pagar por los pecados de la humanidad. Las personas que no tienen el Espíritu de Dios están limitadas por la razón humana, y al final eso es lo único que acaban teniendo. El Espíritu de Dios hace posible que entendamos y creamos en las cosas espirituales.