¿Qué significa 1 Corintios 1:10?
Pablo ha fundamentado su carta en dos cosas. Primero, no tenía ninguna duda sobre el hecho de que los cristianos de Corinto habían alcanzado la salvación y habían nacido de nuevo; por lo tanto, estaban completamente seguros en Cristo para siempre. En resumen, la intención de Pablo no era considerar sus pecados y después comenzar a desafiar su salvación. Segundo, Pablo les ha dicho que su seguridad estaba en Cristo mismo. Pablo menciona el nombre de Cristo en este versículo por décima vez durante los primeros diez versículos. Los corintios fueron aceptados por Dios porque estaban en Cristo, y esa era la razón más importante.En el versículo anterior, Pablo escribió que estos creyentes habían sido llamados, cada uno de ellos, a estar en comunión con Cristo. Algo así requería que, al estar en comunión con otros en Cristo, estuvieran en comunión los unos con los otros. En este momento, Pablo comienza a hablar sobre el primero de los muchos problemas que había en la iglesia de Corinto. En lugar de estar unidos porque todos estaban en Cristo, los corintios estaban divididos.
Pablo les insta en el nombre de Cristo a ponerse de acuerdo los unos con los otros. Pablo establece grandes expectativas para esta iglesia y todas las iglesias cristianas: que haya cero divisiones. Debido a que todos estaban en Cristo, Pablo insiste en que debían vivir en unidad. Esta unidad podía y debía ayudarles a alcanzar un nivel de pensamiento y compromiso que les ayudara a pensar en unísono acerca de los temas más importantes de la vida.
Aquí, como en otros pasajes (Romanos 14), Pablo nos aclara lo siguiente: él no estaba exigiendo que todas las personas en la iglesia estuvieran de acuerdo en todo con quien estuviera a cargo de ellos, ni tampoco estaba enseñándoles a los creyentes que nunca debían estar en desacuerdo acerca de ningún tema. El objetivo no era tener la misma opinión siempre, sino que pasara lo que pasase, debían estar unidos. El hecho de que hubiera un desacuerdo no tenía por qué significar que hubiera ninguna división.
Pablo está poniendo a Cristo como el estándar a seguir tanto en pensamiento como en juicio. A medida que cada persona comienza a parecerse más y más a Cristo, todos ellos acabarán alineándose mucho más entre sí. De esta manera, las diferencias de opinión pasarían a un segundo plano, y el tipo de concordancia que surgiría entre ellos se intensificaría aún más, además de desarrollar un nivel de hermandad mucho más profundo entre ellos por medio de Cristo. Cuando los cristianos cometen el error de poner en un pedestal a meros seres humanos, el resultado siempre acaba dividiéndolos, tal y como nos lo mostrarán los siguientes versículos.
1 Corintios 1:10–17 trata sobre la unidad de los cristianos. Después de darle gracias a Dios por los corintios y por el lugar seguro que tenían tanto en Cristo y como en la vida eterna, Pablo comienza a hablar sobre la forma en que se habían dividido en facciones según el maestro cristiano al que seguían. Pablo los animó a que dejaran de hacer eso y se unieran en Cristo. Después de todo, Cristo no estaba dividido. Ninguno de ellos fue bautizado en el nombre de Pablo, aunque él sí que había bautizado a algunos de ellos. Cristo no envió a Pablo a bautizar a las personas, sino que lo envió a predicar el evangelio. Pablo tampoco quería correr el riesgo de vaciar el poder de la cruz a través del uso de palabras elocuentes.
La carta que Pablo les escribió a los cristianos de Corinto comienza dando gracias por los grandes y poderosos dones que Dios les había concedido a través de Su gracia y a través de su fe en Cristo. Todas estas personas serían consideradas como personas justas durante el juicio final. En ese momento, sin embargo, debían dejar de tener conflictos que se basaran en la persona a la que ellos creían que debían seguir y, en cambio, debían unirse en Cristo. El mensaje del evangelio de la muerte de Cristo en la cruz es algo inaudito para el mundo, pero Dios les ha otorgado la fe en Cristo a las personas que creen y encuentran el poder y la sabiduría de Dios.