¿Qué significa Proverbios 15:31?
Para que a una persona se le considere sabia, esa persona necesita escuchar los buenos consejos que les ofrecen los demás, consejos procedentes de la piedad y todo tipo de correcciones (Proverbios 1:7; 3:11). La corrección que proviene de la sabiduría divina es vivificante (Proverbios 10:17; 13:14). En realidad, cuando alguien nos corrige no nos sentimos bien, pero sabemos que es esencial para vivir una vida justa.Pablo le ordena a Timoteo "que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Timoteo 4:2). Por supuesto, cuando reprendemos a una persona, debemos usar las Escrituras para hacerlo. Pablo dice en 2 Timoteo 3:16: "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia". Una persona adquiere sabiduría cuando vive su vida a la luz de las Escrituras y luego usa la Palabra de Dios para corregir sus pasos según el estándar establecido por la Palabra de Dios.
Los creyentes que son más maduros a nivel espiritual tratan de guiar a las personas de regreso a la voluntad de Dios (2 Timoteo 2:25). Normalmente, esta tarea la realizan los hermanos y las hermanas en la fe, quienes reprenden a sus otros hermanos y hermanas con el objetivo de que dejen de hacer el mal y se centren en cumplir la voluntad de Dios. Gálatas 6:1 dice: "hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, ustedes, que son espirituales, restáurenlo con espíritu de mansedumbre. Piensa en ti mismo, no sea que también tú seas tentado". A veces, este principio también se aplica cuando un creyente que es menos maduro espiritualmente reprende a un creyente que es más maduro pero que está haciendo algo malo con su vida.
Proverbios 15:31–33 cierra el capítulo enfocándose en los beneficios que vienen de recibir las instrucciones sabias de las personas que hacen todo lo posible para seguir la voluntad de Dios en sus vidas. Este tipo de elogios se repiten varias veces en otras partes del libro de Proverbios, y a menudo se hace hincapié en la instrucción, la reprensión y el temor reverente hacia el Señor.
Salomón comienza este capítulo de Proverbios abordando temas como la ira y el dominio propio y la manera en que esas actitudes provocan problemas en las relaciones que tenemos con los demás. Es importante pensarse más de una vez lo que decimos o dejamos de decir. Las personas sabias buscan la sabiduría y la aceptan con humildad. Las personas necias son descuidadas, perezosas y arrogantes. Salomón destaca la importancia que tiene todo esto, y una vez más elogia a las personas que buscan sinceramente la sabiduría de Dios.