¿Qué significa 2 Corintios 6:7?
Pablo continúa compartiendo evidencia para demostrar que tanto él como sus colaboradores del ministerio habían hecho las cosas con integridad, y está enfatizando su ministerio de modo que los corintios pudieran defenderse de los ataques y las acusaciones de las personas que lo estaban criticando.Pablo añade aquí que él y sus colaboradores siempre habían ido con la verdad por delante. De hecho, dijeron la verdad incluso cuando hacerlo supusiera que se pondrían en peligro. Las personas que escucharon o leyeron lo que Pablo dijo en 1 Corintios lo sabrían bien.
Además, el poder de Dios estaba obrando en ellos y a través de ellos. Muchas de las personas de la iglesia de Corinto probablemente recordarían la manera en que Dios había mostrado Su poder entre ellos a través de Pablo. Pablo parece querer recordarles a sus lectores que no solo sufría por Cristo, sino que, parte de su trabajo era mostrar el asombroso poder que tiene Dios a través de su propio ministerio.
Este equipo de evangelistas incluso había blandido las armas de la justicia de Dios "tanto para el ataque como para la defensa". Los eruditos no están de acuerdo exactamente acerca de lo quiere decir Pablo con esto. En Efesios 6:11–17, Pablo habla sobre la armadura espiritual que un cristiano debe usar contra los enemigos espirituales: el escudo de la fe, que normalmente se sostiene con la mano izquierda, y la espada del Espíritu, que normalmente se sostiene con la mano derecha. Pablo no solo soportaba los ataques espirituales, sino que los contraatacaba con el poder de Dios.
En 2 Corintios 6: 1–13 Pablo y sus colaboradores elogian a los corintios. Además, les ofrece evidencia para confirmar que ellos no habían sido falsos apóstoles, sino que habían representado fielmente a Cristo a través de todo tipo de sufrimiento y el poder que Dios había demostrado a través de ellos. Pablo dice que ellos habían sido impecables y anima a los corintios a no perderse el día de la salvación de Dios y a seguir confiando en Cristo. Pablo también dice que su corazón sigue abierto hacia la iglesia de Corinto y les pide que ellos le abran sus corazones a él también.
En este capítulo, Pablo les pide a los corintios que no se pierdan el día de la salvación. Pablo insiste en que tanto él como los que trabajan con él no habían hecho nada para provocar que alguien comenzara a tener dudas sobre Cristo. Pablo comparte una serie de información que confirmaba que él era un verdadero apóstol y representante de Cristo, y les pide a los corintios que le abran nuevamente el corazón. Pablo les ordena que no confíen en los incrédulos ya que Cristo no tiene nada que ver con Satanás o la oscuridad. Dios vivía en ellos a través del Espíritu Santo, por lo que debían separarse de todo lo que se opone a Dios.