¿Qué significa 2 Corintios 6:3?
Las Escrituras han animado a los corintios a que se reconciliaran con Dios a través de la fe en Cristo, para aprovecharse del "día de la salvación". Ahora Pablo comienza una vez más a defender y a encomiar la integridad de su propio ministerio frente a los corintios.Pablo dice que tanto él como sus colaboradores no habían puesto ningún obstáculo en el camino de las personas que quieren seguir a Cristo, ya que nadie pudo encontrar ningún defecto en su ministerio. Cuando Pablo dice que no quiere ser un motivo de tropiezo, Pablo se está refiriendo al hecho de que él siempre había actuado con total integridad y, por lo tanto, jamás causó que ninguna persona se cuestionara si podía confiar en el mensaje del evangelio. Si bien ninguna persona es perfecta, es razonable que la gente sospechara de alguien que predicara la moralidad, pero viviera en el pecado.
Pablo insiste en que él y sus colaboradores habían despejado el camino hacia la fe en Cristo permaneciendo irreprensibles en su ministerio, y nadie podía decir que ellos se habían convertido en una piedra de tropiezo para las personas que se acercan a Dios a través de Jesús.
En 2 Corintios 6: 1–13 Pablo y sus colaboradores elogian a los corintios. Además, les ofrece evidencia para confirmar que ellos no habían sido falsos apóstoles, sino que habían representado fielmente a Cristo a través de todo tipo de sufrimiento y el poder que Dios había demostrado a través de ellos. Pablo dice que ellos habían sido impecables y anima a los corintios a no perderse el día de la salvación de Dios y a seguir confiando en Cristo. Pablo también dice que su corazón sigue abierto hacia la iglesia de Corinto y les pide que ellos le abran sus corazones a él también.
En este capítulo, Pablo les pide a los corintios que no se pierdan el día de la salvación. Pablo insiste en que tanto él como los que trabajan con él no habían hecho nada para provocar que alguien comenzara a tener dudas sobre Cristo. Pablo comparte una serie de información que confirmaba que él era un verdadero apóstol y representante de Cristo, y les pide a los corintios que le abran nuevamente el corazón. Pablo les ordena que no confíen en los incrédulos ya que Cristo no tiene nada que ver con Satanás o la oscuridad. Dios vivía en ellos a través del Espíritu Santo, por lo que debían separarse de todo lo que se opone a Dios.