¿Qué significa 2 Corintios 12:17?
Pablo está respondiendo aquí a una acusación que unos maestros falsos de Corinto le hicieron tanto a él como a sus colaboradores. La acusación parecía ser esta: Pablo se estaba negando a aceptar donaciones personales de los corintios para hacer que se sintieran mal y más tarde le dieran mucho más dinero. Otra posible explicación era que quizás Pablo estaba planeando robar una parte o la totalidad de la contribución que habían preparado para los cristianos que vivían en Jerusalén (2 Corintios 8:10–21). Los falsos maestros de Corinto estaban diciéndole a la congregación que Pablo no quería ser una carga para ellos para poder engañarlos con más facilidad más tarde (2 Corintios 12:16).Por supuesto, Pablo no estaba haciendo nada de eso. Su conducta, y la de sus compañeros de ministerio, había sido impecable. Seguramente, esos falsos maestros estaban acusándolo de esto porque ellos mismos sí que recibían dinero de los corintios, y el hecho de que Pablo no lo hiciera les hacía sentirse mal.
Ahora Pablo les pregunta directamente: ¿acaso los engañé mediante alguno de los que he enviado a ustedes? Pablo seguramente tuvo en mente a Tito y a otro hombre al que mencionará durante el siguiente versículo. Pablo les está preguntando si tenían algún tipo de evidencia para corroborar que él y sus colaboradores los estaban engañando. Sin embargo, Pablo sabía que no tenían ninguna.
En 2 Corintios 12:11–21 Pablo dice que se había desilusionado porque los corintios no lo defendieron frente a las acusaciones que recibió por parte de los falsos apóstoles que surgieron en Corinto. De hecho, los creyentes de Corinto incluso llegaron a presenciar varios milagros que Dios realizó a través de Pablo. Pablo dice de nuevo que no quería aceptar dinero de ellos. Un padre provee para sus hijos, no al revés. Además, Pablo desmiente el hecho de que él y Tito pudieran haber estado planeando estafarlos y, finalmente, muestra su preocupación por el hecho de que la próxima vez que los visitara, muchos de ellos siguieran pecando.
Con la mayor humildad posible, Pablo nos describe una de sus mayores experiencias en el ministerio. Fue llevado hasta el "tercer cielo" y recibió una revelación de Dios que no podía revelar en la Tierra. Pablo se niega a alardear de ello, pero lo menciona para así poder hablar de las consecuencias que vinieron después de haber tenido esa experiencia. Para mantener humilde a Pablo, Dios le clavó un "aguijón en el cuerpo", algún tipo de enfermedad que la Biblia no nos específica cuál es. Pablo tuvo que aprender a contentarse con su sufrimiento ya que el poder de Dios se perfeccionaba en su debilidad. Después de eso, Pablo reprende a los corintios por no haberlo apoyado durante los conflictos que surgieron con los falsos maestros de Corinto. Después, les dice que él nunca se aprovechó de nadie y expresa que estaba preocupado de volver a Corinto y ver que algunas personas seguían viviendo en pecado.