¿Qué significa 2 Corintios 12:16?
Los críticos de Pablo en Corinto estaban diciendo que Pablo no era nada del otro mundo en ningún sentido (2 Corintios 10:10). Los falsos maestros, quienes sí se vanagloriaban a sí mismos, decían esto para admitir que Pablo no era un verdadero mensajero de Dios. Otra manera de atacarlo quizás era decir que él se negaba a aceptar el dinero de los corintios, mientras que los falsos maestros sí lo estaban haciendo (1 Corintios 9:11–12; 2 Corintios 11:7–12). Los creyentes de esa iglesia parecieron haberse tomado esto como algo personal, como si Pablo los estuviera insultando por el hecho de servirlos sin cobrarles ningún dinero (2 Corintios 12:15).Entonces, quizás los corintios comenzaron a pensar que quizás todo esto formaba parte de una estrategia de Pablo. Los falsos maestros de Corinto quizás comenzaron a decir que Pablo no estaba aceptando ningún dinero de ellos para así poder aceptar una cantidad de dinero mucho mayor más tarde, o para al final acabar robando parte de la donación que estaba destinada a ayudar a los cristianos de Jerusalén (2 Corintios 8:10–21). Eso era algo absurdo, tal y como Pablo lo explicará durante los siguientes versículos. Su conducta, y la de sus compañeros, había sido irreprochable.
En 2 Corintios 12:11–21 Pablo dice que se había desilusionado porque los corintios no lo defendieron frente a las acusaciones que recibió por parte de los falsos apóstoles que surgieron en Corinto. De hecho, los creyentes de Corinto incluso llegaron a presenciar varios milagros que Dios realizó a través de Pablo. Pablo dice de nuevo que no quería aceptar dinero de ellos. Un padre provee para sus hijos, no al revés. Además, Pablo desmiente el hecho de que él y Tito pudieran haber estado planeando estafarlos y, finalmente, muestra su preocupación por el hecho de que la próxima vez que los visitara, muchos de ellos siguieran pecando.
Con la mayor humildad posible, Pablo nos describe una de sus mayores experiencias en el ministerio. Fue llevado hasta el "tercer cielo" y recibió una revelación de Dios que no podía revelar en la Tierra. Pablo se niega a alardear de ello, pero lo menciona para así poder hablar de las consecuencias que vinieron después de haber tenido esa experiencia. Para mantener humilde a Pablo, Dios le clavó un "aguijón en el cuerpo", algún tipo de enfermedad que la Biblia no nos específica cuál es. Pablo tuvo que aprender a contentarse con su sufrimiento ya que el poder de Dios se perfeccionaba en su debilidad. Después de eso, Pablo reprende a los corintios por no haberlo apoyado durante los conflictos que surgieron con los falsos maestros de Corinto. Después, les dice que él nunca se aprovechó de nadie y expresa que estaba preocupado de volver a Corinto y ver que algunas personas seguían viviendo en pecado.