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Versión de la Biblia
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NVI
RV1960
JBS
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1 Reyes
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Capítulo
3
1
2
3
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5
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11
12
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21
22
Verso
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
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17
18
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28
1 Reyes capitulo 3
La Biblia de las Américas
1
Salomón se emparentó con Faraón, rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón y la trajo a la ciudad de David mientras acababa de edificar su casa, la casa del SEÑOR y la muralla alrededor de Jerusalén.
2
Sólo que el pueblo sacrificaba en los lugares altos, porque en aquellos días aún no se había edificado casa al nombre del SEÑOR.
3
Salomón amaba al SEÑOR, andando en los estatutos de su padre David, aunque sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4
El rey fue a Gabaón a sacrificar allí, porque ese era el lugar alto principal. Salomón ofreció mil holocaustos sobre ese altar.
5
Y en Gabaón el SEÑOR se apareció a Salomón de noche en sueños, y Dios
le
dijo: Pide lo que
quieras que
yo te dé.
6
Entonces Salomón dijo: Tú has usado de gran misericordia con tu siervo David mi padre, según él anduvo delante de ti con fidelidad, justicia y rectitud de corazón hacia ti ; y has guardado para él esta gran misericordia, en que le has dado un hijo que se siente en su trono, como
sucede
hoy.
7
Y ahora, SEÑOR Dios mío, has hecho a tu siervo rey en lugar de mi padre David, aunque soy un muchacho y no sé cómo salir ni entrar.
8
Tu siervo está en medio de tu pueblo al cual escogiste, un pueblo inmenso que no se puede numerar ni contar por
su
multitud.
9
Da, pues, a tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a tu pueblo
y
para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande ?
10
Y fue del agrado a los ojos del Señor que Salomón pidiera esto.
11
Y Dios le dijo: Porque has pedido esto y no has pedido para ti larga vida, ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos, sino que has pedido para ti inteligencia para administrar justicia,
12
he aquí, he hecho conforme a tus palabras. He aquí, te he dado un corazón sabio y entendido, de modo que no ha habido ninguno como tú antes de ti, ni se levantará ninguno como tú después de ti.
13
También te he dado lo que no has pedido, tanto riquezas como gloria, de modo que no habrá entre los reyes ninguno como tú en todos tus días.
14
Y si andas en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos como tu padre David anduvo, entonces prolongaré tus días.
15
Salomón se despertó y vio que había sido un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca del pacto del SEÑOR; ofreció holocaustos e hizo ofrendas de paz, y también dio un banquete para todos sus siervos.
16
Por ese tiempo dos mujeres
que eran
rameras, vinieron al rey y se presentaron delante de él.
17
Y una de las mujeres dijo: Oh, mi señor, yo y esta mujer vivimos en la misma casa; y yo di a luz
estando
con ella en la casa.
18
Y sucedió que al tercer día después de dar yo a luz, esta mujer también dio a luz; estábamos juntas, nadie de fuera estaba con nosotras en la casa, solamente nosotras dos.
19
Y el hijo de esta mujer murió durante la noche, porque ella se durmió sobre él.
20
Entonces ella se levantó a medianoche, tomó a mi hijo de mi lado mientras tu sierva estaba dormida y lo puso en su regazo, y a su hijo muerto lo puso en mi regazo.
21
Cuando me levanté al amanecer para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero cuando lo observé con cuidado por la mañana, vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
22
Entonces la otra mujer dijo: No, pues mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto. Pero la primera mujer dijo : No, tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive. Así hablaban ellas delante del rey.
23
Entonces el rey dijo: Esta dice: “Este es mi hijo que está vivo y tu hijo es el muerto”; y la otra dice: “No, porque tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive.”
24
Y el rey dijo: Traedme una espada. Y trajeron una espada al rey.
25
Entonces el rey dijo: Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a una y la otra mitad a la otra.
26
Entonces la mujer de quien
era
el niño vivo habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, y dijo: Oh, mi señor, dale a ella el niño vivo, y de ninguna manera lo mates. Pero la otra decía: No será ni mío ni tuyo; partid
lo
.
27
Entonces el rey respondió y dijo: Dad el niño vivo a la primera mujer, y de ninguna manera lo matéis. Ella es la madre.
28
Cuando todo Israel oyó del juicio que el rey había pronunciado, temieron al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él para administrar justicia.
Nueva Biblia de las Américas
1
Entonces Salomón se emparentó con Faraón, rey de Egipto, pues tomó
por esposa a
la hija de Faraón y la trajo a la ciudad de David mientras acababa de edificar su casa, la casa del SEÑOR y la muralla alrededor de Jerusalén.
2
Sólo que el pueblo sacrificaba en los lugares altos, porque en aquellos días aún no se había edificado casa al nombre del SEÑOR.
3
Salomón amaba al SEÑOR, andando en los estatutos de su padre David, aunque sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4
El rey fue a Gabaón a sacrificar allí, porque ése era el lugar alto principal. Salomón ofreció mil holocaustos sobre ese altar.
5
Y en Gabaón el SEÑOR se apareció a Salomón de noche en sueños, y Dios
le
dijo: “Pide lo que
quieras que
Yo te dé.”
6
Entonces Salomón le respondió: “Tú has mostrado gran misericordia a Tu siervo David mi padre, según él anduvo delante de Ti con fidelidad, justicia y rectitud de corazón hacia Ti; y has guardado para él esta gran misericordia, en que le has dado un hijo que se siente en su trono, como
sucede
hoy.
7
Ahora, SEÑOR Dios mío, has hecho a Tu siervo rey en lugar de mi padre David, aunque soy un muchacho y no sé cómo salir ni entrar (estoy sin experiencia).
8
Tu siervo está en medio de Tu pueblo al cual escogiste, un pueblo inmenso que no se puede numerar ni contar por
su
multitud.
9
Da, pues, a Tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a Tu pueblo
y
para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?”
10
Fue del agrado a los ojos del Señor que Salomón pidiera esto.
11
Y Dios le dijo: “Porque has pedido esto y no has pedido para ti larga vida, ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos, sino que has pedido para ti inteligencia para administrar justicia,
12
he hecho, pues, conforme a tus palabras. Te he dado un corazón sabio y entendido, de modo que no ha habido ninguno como tú antes de ti, ni se levantará ninguno como tú después de ti.
13
También te he dado lo que no has pedido, tanto riquezas como gloria, de modo que no habrá entre los reyes ninguno como tú en todos tus días.
14
Y si andas en Mis caminos, guardando Mis estatutos y Mis mandamientos como tu padre David anduvo, entonces prolongaré tus días.”
15
Salomón se despertó y vio que había sido un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca del pacto del SEÑOR. Ofreció holocaustos e hizo ofrendas de paz y también dio un banquete para todos sus siervos.
16
Por ese tiempo dos mujeres
que eran
rameras, vinieron al rey y se presentaron delante de él.
17
Y una de las mujeres dijo: “Oh, mi señor, yo y esta mujer vivimos en la misma casa; y yo di a luz
estando
con ella en la casa.
18
Y sucedió que al tercer día después de dar yo a luz, esta mujer también dio a luz; estábamos juntas, nadie de fuera estaba con nosotras en la casa, solamente nosotras dos.
19
Y el hijo de esta mujer murió durante la noche, porque ella se durmió sobre él.
20
Entonces ella se levantó a medianoche, tomó a mi hijo de mi lado mientras su sierva estaba dormida y lo puso en su regazo (junto a ella), y a su hijo muerto lo puso en mi regazo (junto a mí).
21
Cuando me levanté al amanecer para dar el pecho a mi hijo, vi que estaba muerto; pero cuando lo observé con cuidado por la mañana, vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.”
22
Entonces la otra mujer dijo: “No, pues mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto.” Pero la primera mujer dijo: “No, tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive.” Así hablaban ellas delante del rey.
23
Entonces el rey dijo: “Esta dice: ‘Este es mi hijo que está vivo y tu hijo es el muerto’; y la otra dice: ‘No, porque tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive.’”
24
Y el rey dijo: “Tráiganme una espada.” Y trajeron una espada al rey.
25
Entonces el rey dijo: “Partan al niño vivo en dos, y den la mitad a una y la otra mitad a la otra.”
26
Entonces la mujer de quien
era
el niño vivo habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, y dijo: “Oh, mi señor, déle a ella el niño vivo, y de ninguna manera lo mate.” Pero la otra decía: “No será ni mío ni tuyo; pártan
lo
.”
27
Entonces el rey respondió: “Den el niño vivo a la primera mujer, y de ninguna manera lo maten. Ella es la madre.”
28
Cuando todo Israel oyó del juicio que el rey había pronunciado, temieron (respetaron) al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él para administrar justicia.
Nueva Versión Internacional
1
Salomón entró en alianza con el faraón, rey de Egipto, casándose con su hija, a la cual llevó a la Ciudad de David mientras terminaba de construir su palacio, el templo del SEÑOR y el muro alrededor de Jerusalén.
2
Como aún no se había construido un templo en honor del SEÑOR, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los santuarios paganos.
3
Salomón amaba al SEÑOR y cumplía los decretos de su padre David. Sin embargo, también iba a los santuarios paganos para ofrecer sacrificios y quemar incienso.
4
Como en Gabaón estaba el santuario pagano más importante, Salomón acostumbraba ir allá para ofrecer sacrificios. Allí ofreció mil holocaustos;
5
y allí mismo se le apareció el SEÑOR en un sueño, y le dijo: ?Pídeme lo que quieras.
6
Salomón respondió: ?Tú trataste con mucho amor a tu siervo David, mi padre, pues se condujo delante de ti con lealtad y justicia, y con un corazón recto. Y, como hoy se puede ver, has reafirmado tu gran amor al concederle que un hijo suyo lo suceda en el trono.
7
»Ahora, SEÑOR mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy más que un muchacho, y apenas sé cómo comportarme.
8
Sin embargo, aquí me tienes, un siervo tuyo en medio del pueblo que has escogido, un pueblo tan numeroso que es imposible contarlo.
9
Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?»
10
Al Señor le agradó que Salomón hubiera hecho esa petición,
11
de modo que le dijo: ?Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos, sino discernimiento para administrar justicia,
12
voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después.
13
Además, aunque no me lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo.
14
Si andas por mis sendas y obedeces mis decretos y mandamientos, como lo hizo tu padre David, te daré una larga vida.
15
Cuando Salomón despertó y se dio cuenta del sueño que había tenido, regresó a Jerusalén. Se presentó ante el arca del pacto del Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego ofreció un banquete para toda su corte.
16
Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey.
17
Una de ellas le dijo: ?Su Majestad, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz,
18
y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos.
19
Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió.
20
Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y, tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado.
21
Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero, al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz.
22
?¡No es cierto! —exclamó la otra mujer—. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo! ?¡Mientes! —insistió la primera—. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío. Y se pusieron a discutir delante del rey.
23
El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo”. Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío”».
24
Entonces ordenó: ?Tráiganme una espada. Cuando se la trajeron,
25
dijo: ?Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a esta y la otra mitad a aquella.
26
La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: ?¡Por favor, Su Majestad! ¡Déle usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate! En cambio, la otra exclamó: ?¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!
27
Entonces el rey ordenó: ?No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.
28
Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.
Reina-Valera 1960
1
Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor.
2
Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque no había casa edificada al nombre de Jehová hasta aquellos tiempos.
3
Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4
E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar.
5
Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.
6
Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día.
7
Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir.
8
Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.
9
Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?
10
Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.
11
Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio,
12
he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
13
Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.
14
Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.
15
Cuando Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.
16
En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él.
17
Y dijo una de ellas: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa.
18
Aconteció al tercer día después de dar yo a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.
19
Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.
20
Y se levantó a medianoche y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso al lado mío su hijo muerto.
21
Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
22
Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.
23
El rey entonces dijo: Ésta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.
24
Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada.
25
En seguida el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra.
26
Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo.
27
Entonces el rey respondió y dijo: Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre.
28
Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.
Biblia del Jubileo
1
Y Salomón hizo parentesco en Faraón rey de Egipto, porque tomó
por mujer
la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa del SEÑOR, y los muros de Jerusalén alrededor.
2
Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los altos; porque
aún
no había casa edificada al nombre del SEÑOR hasta aquellos tiempos.
3
Mas Salomón amó al SEÑOR, andando en la institución de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba perfumes en los altos.
4
E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el alto principal, y sacrificaba allí, mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar.
5
Y se
le
apareció el SEÑOR a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que
quisieres que yo
te dé.
6
Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, según la manera que él anduvo delante de ti con verdad, con justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has guardado ésta tu grande misericordia, que le diste hijo que se sentase en su trono, como
sucede
en este día.
7
Ahora pues, el SEÑOR Dios mío, tú has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo
soy
joven, que no sé cómo entrar ni salir.
8
Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú elegiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.
9
Da pues a tu siervo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para que pueda juzgar entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar éste tu pueblo tan grande?
10
Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.
11
Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, mas demandaste para ti inteligencia para oír juicio;
12
he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido,
tanto
que no haya habido antes de ti
otro
como tú, ni después de ti se levantará
otro
como tú.
13
Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria; tal, que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.
14
Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre,
yo
alargaré tus días.
15
Y cuando Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto del SEÑOR, y sacrificó holocaustos, e hizo pacíficos; hizo
también
banquete a todos sus siervos.
16
En aquella sazón vinieron dos mujeres rameras al rey, y se presentaron delante de él.
17
Y dijo una mujer: ¡Ruego, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz
estando
con ella en la casa.
18
Y aconteció al tercer día después que yo di a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.
19
Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.
20
Y se levantó a medianoche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando
yo
tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y me puso a mi lado su hijo muerto.
21
Y cuando
yo
me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí
que estaba
muerto; mas le observé a la luz del día, y vi que no era mi hijo, que yo había dado a luz.
22
Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo
es
el que vive, y tu hijo
es
el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive.
Así
hablaban delante del rey.
23
El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.
24
Entonces dijo el rey: Traedme un cuchillo. Y trajeron al rey un cuchillo.
25
Y el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra.
26
Entonces la mujer cuyo era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ruego, señor mío! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti;
sino
partidlo.
27
Entonces el rey respondió, y dijo: Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis: ella
es
su madre.
28
Y todo Israel oyó aquel juicio que había juzgado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.
¿Qué significa 1 Reyes capitulo 3?
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