¿Qué significa Proverbios 11:26?
Las personas que son generosas y amables con los demás acaban teniendo una buena reputación, lo cual les sirve para continuar sirviendo a los demás más y mejor (Proverbios 11:24–25). Sin embargo, la gente no tiene paciencia con las personas que son codiciosas.En este versículo se está hablando de una crisis alimentaria de algún tipo, un desastre o una hambruna. Las personas que se dejan llevar por la codicia se dedican a acumular suministros, para después aprovecharse de la desesperación de los demás. Esas personas acaban cobrándoles a las personas el doble o el triple por el producto que desean obtener. Al final, la gente acaba maldiciéndolos. Sin embargo, la gente respeta a los agricultores que venden su grano sin añadirle muchos intereses incluso a quienes más lo necesitan durante una crisis. José hizo muchos preparativos en Egipto para poder alimentar a todo el pueblo egipcio durante una hambruna, y eso provocó que la gente lo acabará respetando mucho (Génesis 41:56–57).
Espiritualmente, esto se le puede aplicar a los creyentes y al Pan de Vida. A los cristianos se les ha encargado compartir el Pan de Vida con el mundo. Si no lo hacemos, entonces estaríamos privando a las personas de la oportunidad de saciar su hambre espiritual. Sin embargo, si lo compartimos, la gente tendrá la oportunidad de saciarse espiritualmente y nos acabarán bendiciendo. Al igual que Pablo, debemos ayudar a los demás y compartir el evangelio tanto como nos sea posible (Romanos 1:14–15).
Proverbios 11:23–31 es la sección final de este capítulo. Salomón analiza los beneficios que trae la justicia y la generosidad en oposición a la tacañería y la confianza de las personas que se centran únicamente en las riquezas. Las personas justas prosperarán y vivirán eternamente, pero los impíos acabarán sufriendo tribulaciones y castigos.
Muchos de los proverbios que aparecen en esta sección hacen comparaciones entre los justos y los impíos. Los justos siguen la voluntad de Dios, son honrados, bendicen a los demás y tienen esperanza. Las personas mal-vadas desobedecen a Dios, les causan problemas a los demás, son odiadas y sus vidas se dirigen inevitablemente hacia el desastre.