¿Qué significa 2 Corintios 3:13?
Pablo ha estado comparando la gloria del antiguo pacto que Dios hizo con Israel y el nuevo pacto de la gracia de Dios que reciben todas las personas que se acercan a Él a través de la fe en Cristo. La gloria que vino a través del antiguo pacto se estaba desvaneciendo. La gloria de la revelación de Dios a través de Cristo es eterna. A través de la fe en Cristo, Dios recibe la muerte de Jesús en la cruz como un pago por el pecado humano y a cambio acepta a todas las personas que se acercan a él debido a la vida justa y sin pecado que Jesús vivió en la Tierra.Esto le trajo un sentido de libertad y confianza inmenso a Pablo mientras representaba a Dios ante el mundo. De esta manera, no tenía nada que temer, porque su posición ante Dios no se basaba en sus propias obras o talento, sino que todo se basaba en la justicia de Cristo.
Moisés, por otro lado, no pudo alcanzar ese sentido de libertad al representar a Dios ante los israelitas. Pablo menciona aquí un pasaje de Éxodo 34. Moisés volvió con su pueblo después de haber estado con Dios y su rostro había cambiado, ya que estaba reflejando la gloria de Dios de tal manera que la gente tenía miedo de acercarse a él (Éxodo 34:30). Por lo tanto, no pudieron soportar la gloria de Dios debido a su pecaminosidad. Moisés se cubrió el rostro para poder protegerlos de la gloria de Dios. Por otro lado, Pablo sí que pudo revelarle al mundo la gloria de Dios en la persona de Jesús.
En 2 Corintios 3:7–18 Pablo compara la gloria de Dios tal y como se nos reveló a través dos pactos diferentes. El primero fue el antiguo pacto con Israel, el segundo es la gloria que se reveló en el nuevo pacto de la gracia de Dios a través de la fe en Cristo. La gloria del antiguo pacto se estaba desvaneciendo tal y como lo hizo en el rostro de Moisés después de haber estado con Dios. Las personas que se acercan a Dios a través de la fe en Cristo reciben el perdón de sus pecados y pueden contemplar la gloria de Dios. El Espíritu elimina el velo de la incredulidad a través de Cristo. Las personas que comienzan a observan a Cristo comienzan a volverse como Él.
2 Corintios 3 comienza con Pablo insistiendo de nuevo en el hecho de que la presencia de Cristo moraba en los corazones de los corintios y que esa era toda la evidencia que necesitaban para saber que su ministerio había sido honesto y sincero. Luego, Pablo compara la gloria limitada que Dios compartió con el pueblo de Israel a través del antiguo pacto con la gran gloria que Dios nos ha revelado a todos nosotros a través de la fe en Cristo. Esa gloria se revela solamente cuando el velo de la incredulidad desaparece a través de Cristo gracias al poder del Espíritu Santo. Las personas que se centran en observar la gloria de Dios en Cristo comienzan un proceso de transformación que los lleva a parecerse a Cristo más y más con el paso del tiempo.