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Capítulo
1
1
2
3
4
5
Verso
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
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21
22
Lamentaciones capitulo 1
La Biblia de las Américas
1
¡Cómo yace solitaria la ciudad de tanta gente ! Se ha vuelto como una viuda la grande entre las naciones; la princesa entre las provincias se ha convertido en tributaria.
2
Amargamente llora en la noche, y las lágrimas
corren
por sus mejillas; no hay quien la consuele entre todos sus amantes. Todos sus amigos la han traicionado, se le han convertido en enemigos.
3
Judá ha ido al destierro bajo aflicción y bajo dura servidumbre. Ella habita entre las naciones,
mas
no halla descanso ; todos sus perseguidores la han alcanzado en medio de la angustia.
4
Los caminos de Sion están de luto, porque nadie viene a las fiestas solemnes. Todas sus puertas están desoladas, gimen sus sacerdotes, sus vírgenes están afligidas, y ella misma está amargada.
5
Sus adversarios se han convertido en sus amos, sus enemigos prosperan, porque el SEÑOR la ha afligido por la multitud de sus transgresiones ; sus niños han ido cautivos delante del adversario.
6
De la hija de Sion se ha ido todo su esplendor. Sus príncipes son como ciervos que no hallan pasto, y huyen sin fuerzas delante del perseguidor.
7
Jerusalén recuerda en los días de su aflicción y de su vagar todos sus tesoros que existían desde los tiempos antiguos, cuando su pueblo cayó en mano del adversario sin que nadie la ayudara. Al verla sus adversarios, se burlaron de su ruina.
8
En gran manera ha pecado Jerusalén, por lo cual se ha vuelto cosa inmunda. Todos los que la honraban la desprecian porque han visto su desnudez, y ella gime y se vuelve de espaldas.
9
Su inmundicia está en sus faldas ; no consideró su futuro, y ha caído de manera sorprendente; no hay quien la consuele. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque se ha engrandecido el enemigo.
10
El adversario ha extendido su mano a todos sus tesoros; ciertamente ella ha visto a las naciones entrar en su santuario, a las que tú ordenaste que no entraran en tu congregación.
11
Todo su pueblo gime buscando pan ; han dado sus tesoros a cambio de comida para restaurar sus vidas. Mira, oh SEÑOR, y observa que me están despreciando.
12
Vosotros, todos los que pasáis por el camino, ¿no os importa esto? Observad y ved si hay dolor como mi dolor, con el que fui atormentada, con el que el SEÑOR
me
afligió el día de su ardiente ira.
13
Desde lo alto El envió fuego que penetró en mis huesos. Ha tendido una red a mis pies, me ha hecho volver atrás, me ha dejado desolada, desfallecida todo el día.
14
Atado ha sido el yugo de mis transgresiones, por su mano han sido entrelazadas, han caído sobre mi cuello. El ha hecho que me falten las fuerzas; el Señor me ha entregado en manos
contra las cuales
no puedo resistir.
15
A todos mis valientes ha rechazado el Señor de en medio de mí ; ha convocado contra mí un tiempo determinado para quebrantar a mis jóvenes ; el Señor ha hollado
como en
un lagar a la virgen hija de Judá.
16
Por estas cosas lloro yo; mi ojo, mi ojo derrama agua, porque lejos de mí está el consolador, el que reanima mi alma. Mis hijos están desolados porque ha prevalecido el enemigo.
17
Sion extiende sus manos, no hay quien la consuele. El SEÑOR ha ordenado contra Jacob que los que lo rodean sean sus adversarios ; Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos.
18
El SEÑOR es justo, pues me he rebelado contra su mandamiento. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor : mis vírgenes y mis jóvenes han ido al cautiverio.
19
Llamé a mis amantes,
mas
ellos me han engañado. Mis sacerdotes y mis ancianos han perecido en la ciudad, cuando buscaban alimento para sí a fin de restaurar sus fuerzas.
20
Mira, oh SEÑOR, que estoy angustiada; hierven mis entrañas, mi corazón se revuelve dentro de mí, porque he sido muy rebelde. En la calle la espada
me
deja sin hijos, en la casa es como la muerte.
21
Han oído que gimo, y no hay quien me consuele. Todos mis enemigos han oído de mi mal, se regocijan de que tú
lo
hayas hecho. ¡Oh, si tú trajeras el día que has anunciado, para que sean ellos como yo !
22
Venga toda su maldad delante de ti, y trátalos como a mí me has tratado por todas mis transgresiones; porque son muchos mis gemidos, y desfallece mi corazón.
Nueva Biblia de las Américas
1
¡Cómo yace solitaria La ciudad de tanta gente! ¡Se ha vuelto como una viuda La grande entre las naciones! ¡La princesa entre las provincias Se ha convertido en tributaria.
2
Llora amargamente en la noche, Y
le corren
las lágrimas por sus mejillas. No hay quien la consuele Entre todos sus amantes. Todos sus amigos la han traicionado, Se han convertido en sus enemigos.
3
Judá ha ido al destierro bajo aflicción Y bajo dura servidumbre. Ella habita entre las naciones,
Pero
no halla descanso; Todos sus perseguidores la han alcanzado En medio de la angustia.
4
Los caminos de Sion están de luto, Porque nadie viene a las fiestas solemnes. Todas sus puertas están desoladas; Gimen sus sacerdotes, Sus vírgenes están afligidas, Y ella misma está amargada.
5
Sus adversarios se han convertido en sus amos, Sus enemigos prosperan, Porque el SEÑOR la ha afligido Por la multitud de sus transgresiones; Sus niños han ido cautivos Delante del adversario.
6
De la hija de Sion se ha ido Todo su esplendor. Sus príncipes son como ciervos Que no hallan pasto, Y huyen sin fuerzas Delante del perseguidor.
7
Jerusalén recuerda en los días de su aflicción y de su vagar Todos sus tesoros Que existían desde los tiempos antiguos, Cuando su pueblo cayó en mano del adversario Sin que nadie la ayudara. Al verla sus adversarios, Se burlaron de su ruina.
8
En gran manera ha pecado Jerusalén, Por lo cual se ha vuelto cosa inmunda. Todos los que la honraban la desprecian Porque han visto su desnudez, Y ella gime y se vuelve de espaldas.
9
Su inmundicia está en sus faldas; No consideró su futuro, Por tanto ha caído de manera sorprendente; No hay quien la consuele. “Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, Porque se ha engrandecido el enemigo.”
10
El adversario ha extendido su mano A todos sus tesoros; Ciertamente ella ha visto a las naciones entrar en su santuario, A las que Tú ordenaste Que no entraran en Tu congregación.
11
Todo su pueblo gime buscando pan; Han dado sus tesoros a cambio de comida Para restaurar sus vidas. “Mira, oh SEÑOR, y observa Que me están despreciando.”
12
“Ustedes, todos los que pasan por el camino, ¿no les importa esto? Observen y vean si hay dolor como mi dolor, Con el que fui atormentada, Con el que el SEÑOR
me
afligió el día de Su ardiente ira.
13
Desde lo alto El envió fuego Que penetró en mis huesos. Ha tendido una red a mis pies, Me ha hecho volver atrás; Me ha dejado desolada, Desfallecida todo el día.
14
Atado ha sido el yugo de mis transgresiones, Por la mano del SEÑOR han sido entrelazadas, Han caído sobre mi cuello. El ha hecho que me falten las fuerzas; El Señor me ha entregado en manos
Contra las cuales
no puedo resistir.
15
A todos mis valientes ha rechazado el Señor De en medio de mí; Ha convocado contra mí un tiempo determinado Para quebrantar a mis jóvenes; El Señor ha pisoteado,
como en
un lagar, A la virgen hija de Judá.
16
Por estas cosas lloro yo; Mis ojos derraman agua, Porque lejos de mí está el consolador, El que reanima mi alma. Mis hijos están desolados Porque ha prevalecido el enemigo.”
17
Sion extiende sus manos; No hay quien la consuele. El SEÑOR ha ordenado contra Jacob Que los que lo rodean sean sus adversarios; Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos.
18
“El SEÑOR es justo, Pues me he rebelado contra Su mandamiento. Oigan ahora, pueblos todos, Y vean mi dolor: Mis vírgenes y mis jóvenes Han ido al cautiverio.
19
Llamé a mis amantes,
mas
ellos me han engañado. Mis sacerdotes y mis ancianos han perecido en la ciudad, Cuando buscaban alimento para sí a fin de restaurar sus fuerzas.
20
Mira, oh SEÑOR, que estoy angustiada; Hierven mis entrañas, Mi corazón se revuelve dentro de mí, Porque he sido muy rebelde. En la calle la espada
me
deja sin hijos, En la casa es como la muerte.
21
Han oído que gimo, Pero no hay quien me consuele. Todos mis enemigos han oído de mi mal, Se regocijan de que Tú
lo
hayas hecho. ¡Oh, si Tú trajeras el día que has anunciado, Para que sean ellos como yo!
22
Venga toda su maldad delante de Ti, Y trátalos como a mí me has tratado Por todas mis transgresiones; Porque son muchos mis gemidos y desfallece mi corazón.”
Nueva Versión Internacional
1
¡Ay, cuán desolada se encuentra la que fue ciudad populosa! ¡Tiene apariencia de viuda la que fue grande entre las naciones! ¡Hoy es esclava de las provincias la que fue gran señora entre ellas!
2
Amargas lágrimas derrama por las noches; corre el llanto por sus mejillas. No hay entre sus amantes uno solo que la consuele. Todos sus amigos la traicionaron; se volvieron sus enemigos.
3
Humillada, cargada de cadenas, Judá marchó al exilio. Una más entre las naciones, no encuentra reposo. Todos sus perseguidores la acosan, la ponen en aprietos.
4
Los caminos a Sión están de duelo; ya nadie asiste a sus fiestas solemnes. Las puertas de la ciudad se ven desoladas: sollozan sus sacerdotes, se turban sus doncellas, ¡toda ella es amargura!
5
Sus enemigos se volvieron sus amos; ¡tranquilos se ven sus adversarios! El SEÑOR la ha acongojado por causa de sus muchos pecados. Sus hijos marcharon al cautiverio, arrastrados por sus enemigos.
6
La bella Sión ha perdido todo su antiguo esplendor. Sus príncipes parecen venados que vagan en busca de pastos. Exhaustos, se dan a la fuga frente a sus perseguidores.
7
Jerusalén trae a la memoria los tristes días de su peregrinaje; se acuerda de todos los tesoros que en el pasado fueron suyos. Cuando su pueblo cayó en manos enemigas nadie acudió en su ayuda. Sus adversarios vieron su caída y se burlaron de ella.
8
Grave es el pecado de Jerusalén; ¡por eso se ha vuelto impura! Los que antes la honraban ahora la desprecian, pues han visto su desnudez; ella misma se deshace en llanto, y no se atreve a dar la cara.
9
Sus vestidos están llenos de inmundicia; no tomó en cuenta lo que le esperaba. Su caída fue sorprendente; no hubo nadie que la consolara. «¡Mira, SEÑOR, mi aflicción! ¡El enemigo ha triunfado!»
10
El enemigo se adueñó de todos los tesoros de Jerusalén; vio ella penetrar en su santuario a las naciones paganas, a las que tú prohibiste entrar en tu asamblea.
11
Todo su pueblo solloza y anda en busca de pan; para mantenerse con vida cambian por comida sus tesoros. «¡Mira, SEÑOR, date cuenta de cómo me están humillando!»
12
«Fíjense ustedes, los que pasan por el camino: ¿Acaso no les importa? ¿Dónde hay un sufrimiento como el mío, como el que el SEÑOR me ha hecho padecer, como el que el SEÑOR lanzó sobre mí en el día de su furor?
13
»Desde lo alto envió el Señor un fuego que me caló hasta los huesos. A mi paso tendió una trampa y me hizo retroceder. Me abandonó por completo; a todas horas me sentía morir.
14
»Pesan mis pecados como un yugo sobre mí; Dios mismo me los ató con sus manos. Me los ha colgado al cuello, y ha debilitado mis fuerzas. Me ha entregado en manos de gente a la que no puedo ofrecer resistencia.
15
»En mi ciudad el SEÑOR ha rechazado a todos los guerreros; ha reunido un ejército para atacarme, para despedazar a mis jóvenes. El SEÑOR ha aplastado a la virginal hija de Judá como quien pisa uvas para hacer vino.
16
»Todo esto me hace llorar; los ojos se me nublan de llanto. No tengo cerca a nadie que me consuele; no tengo a nadie que me reanime. Mis hijos quedaron abandonados porque el enemigo salió victorioso».
17
Sión clama pidiendo ayuda, pero no hay quien la consuele. Por decreto del SEÑOR los vecinos de Jacob son ahora sus enemigos; Jerusalén ha llegado a ser basura e inmundicia.
18
«El SEÑOR es justo, pero yo me rebelé contra sus leyes. Escuchen, ustedes los pueblos; fíjense en mi sufrimiento. Mis jóvenes y mis doncellas han marchado al destierro.
19
»Llamé a mis amantes, pero ellos me traicionaron. Mis sacerdotes y mis ancianos perecieron en la ciudad, mientras buscaban alimentos para mantenerse con vida.
20
»¡Mírame, SEÑOR, que me encuentro angustiada! ¡Siento una profunda agonía! Mi corazón está desconcertado, pues he sido muy rebelde. Allá afuera, la espada me deja sin hijos; aquí adentro, hay un ambiente de muerte.
21
»La gente ha escuchado mi gemir, pero no hay quien me consuele. Todos mis enemigos conocen mi pesar y se alegran de lo que has hecho conmigo. ¡Manda ya tu castigo anunciado, para que sufran lo que he sufrido!
22
»¡Que llegue a tu presencia toda su maldad! ¡Trátalos como me has tratado a mí por causa de todos mis pecados! Son muchos mis gemidos, y mi corazón desfallece».
Reina-Valera 1960
1
¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, La señora de provincias ha sido hecha tributaria.
2
Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas. No tiene quien la consuele de todos sus amantes; Todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos.
3
Judá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre; Ella habitó entre las naciones, y no halló descanso; Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.
4
Las calzadas de Sion tienen luto, porque no hay quien venga a las fiestas solemnes; Todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen, Sus vírgenes están afligidas, y ella tiene amargura.
5
Sus enemigos han sido hechos príncipes, sus aborrecedores fueron prosperados, Porque Jehová la afligió por la multitud de sus rebeliones; Sus hijos fueron en cautividad delante del enemigo.
6
Desapareció de la hija de Sion toda su hermosura; Sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto, Y anduvieron sin fuerzas delante del perseguidor.
7
Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase, Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, Y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos. La miraron los enemigos, y se burlaron de su caída.
8
Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ella ha sido removida; Todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; Y ella suspira, y se vuelve atrás.
9
Su inmundicia está en sus faldas, y no se acordó de su fin; Por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, y no tiene quien la consuele. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
10
Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas; Ella ha visto entrar en su santuario a las naciones De las cuales mandaste que no entrasen en tu congregación.
11
Todo su pueblo buscó su pan suspirando; Dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida. Mira, oh Jehová, y ve que estoy abatida.
12
¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.
13
Desde lo alto envió fuego que consume mis huesos; Ha extendido red a mis pies, me volvió atrás, Me dejó desolada, y con dolor todo el día.
14
El yugo de mis rebeliones ha sido atado por su mano; Ataduras han sido echadas sobre mi cerviz; ha debilitado mis fuerzas; Me ha entregado el Señor en manos contra las cuales no podré levantarme.
15
El Señor ha hollado a todos mis hombres fuertes en medio de mí; Llamó contra mí compañía para quebrantar a mis jóvenes; Como lagar ha hollado el Señor a la virgen hija de Judá.
16
Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas, Porque se alejó de mí el consolador que dé reposo a mi alma; Mis hijos son destruidos, porque el enemigo prevaleció.
17
Sion extendió sus manos; no tiene quien la consuele; Jehová dio mandamiento contra Jacob, que sus vecinos fuesen sus enemigos; Jerusalén fue objeto de abominación entre ellos.
18
Jehová es justo; yo contra su palabra me rebelé. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor; Mis vírgenes y mis jóvenes fueron llevados en cautiverio.
19
Di voces a mis amantes, mas ellos me han engañado; Mis sacerdotes y mis ancianos en la ciudad perecieron, Buscando comida para sí con que entretener su vida.
20
Mira, oh Jehová, estoy atribulada, mis entrañas hierven. Mi corazón se trastorna dentro de mí, porque me rebelé en gran manera. Por fuera hizo estragos la espada; por dentro señoreó la muerte.
21
Oyeron que gemía, mas no hay consolador para mí; Todos mis enemigos han oído mi mal, se alegran de lo que tú hiciste. Harás venir el día que has anunciado, y serán como yo.
22
Venga delante de ti toda su maldad, Y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones; Porque muchos son mis suspiros, y mi corazón está adolorido.
Biblia del Jubileo
1
(
Compuestas por el orden alfabético Hebreo
)
Alef
: ¡Cómo está sentada sola la Ciudad
antes
populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, La señora de provincias es hecha tributaria.
2
Bet
: Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas
están
en sus mejillas; no tiene quien la consuele de todos sus amadores; todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos.
3
Guímel
: Se fue Judá
en cautiverio
, a causa de la aflicción y de la grandeza de servidumbre. Ella mora entre los gentiles, y no halla descanso. Todos sus perseguidores la alcanzaron entre estrechuras.
4
Dálet
: Las calzadas de Sion tienen luto, porque no hay quien venga a las solemnidades; todas sus puertas
están
asoladas, sus sacerdotes gimen, sus vírgenes afligidas, y ella tiene amargura.
5
He
: Sus enemigos han sido hechos cabeza, sus aborrecedores fueron prosperados; porque el SEÑOR la afligió por la multitud de sus rebeliones; sus niños fueron en cautividad delante del enemigo.
6
Vau
: Se fue de la hija de Sion toda su hermosura; sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto, y anduvieron sin fortaleza delante del perseguidor.
7
Zain
: Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien le ayudase,
entonces
se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, y de todas sus cosas deseables que tuvo desde los tiempos antiguos; la miraron los enemigos, y escarnecieron de sus sábados.
8
Chet
: Pecado cometió Jerusalén; por lo cual ella ha sido removida; todos los que
antes
la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; y ella también suspira, y es vuelta atrás.
9
Tet
: Sus inmundicias
están
en sus faldas; no se acordó de su postrimería; por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, no tiene consolador. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
10
Yod
: Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas; y
ella
vio a los gentiles entrar en su santuario, de los cuales mandaste que no entrasen en tu congregación.
11
Caf
: Todo su pueblo buscó su pan suspirando; dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida. Mira, oh SEÑOR, y ve que soy
tornada
vil.
12
Lámed
: ¿No os
conmueve
a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; porque el SEÑOR me ha angustiado en el día de la ira de su furor.
13
Mem
: Desde lo alto envió fuego en mis huesos, el cual se enseñoreó; extendió red a mis pies, me tornó atrás, me puso asolada,
y
que siempre tenga dolor.
14
Nun
: El yugo de mis rebeliones está ligado en su mano; entretejidas han subido sobre mi cerviz; ha hecho caer mis fuerzas; me ha entregado el Señor en manos
de donde
no podré levantarme.
15
Sámec
: El Señor ha hollado todos mis fuertes en medio de mí; llamó contra mí compañía para quebrantar mis jóvenes,
como
lagar ha pisado el Señor a la Virgen hija de Judá.
16
Ayin
: Por esta causa yo lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas; porque se alejó de mí
el
consolador que dé reposo a mi alma. Mis hijos son destruidos, porque el enemigo prevaleció.
17
Pe
: Sion extendió sus manos; no tiene consolador; el SEÑOR dio mandamiento contra Jacob, que sus enemigos lo cercasen; Jerusalén fue en abominación entre ellos.
18
Tsade
: El SEÑOR es justo; que
yo
contra su boca me rebelé. Oíd ahora, todos los pueblos, y ved mi dolor; mis vírgenes y mis jóvenes fueron en cautiverio.
19
Cof
: Di voces a mis amadores, mas ellos me han engañado. Mis sacerdotes y mis ancianos en la ciudad perecieron buscando comida para sí con que entretener su vida.
20
Resh
: Mira, oh SEÑOR, que estoy atribulada; mis entrañas rugen, mi corazón está trastornado en medio de mí; porque me rebelé desaforadamente; de fuera
me
desahijó el cuchillo, de dentro aparece la muerte.
21
Sin
: Oyeron que gemía, y no hay consolador para mí. Todos mis enemigos
han
oído mi mal, se alegraron porque tú lo hiciste. Trajiste el día que señalaste, mas serán como yo.
22
Tau
: Entre delante de ti toda su maldad, y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones. Porque muchos
son
mis suspiros, y mi corazón está dolorido.
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¿Qué es el evangelio?
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