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Versión de la Biblia
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NVI
RV1960
JBS
Libro
Josué
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Josué
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Apocalipsis
Capítulo
8
1
2
3
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5
6
7
8
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11
12
13
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Verso
1
2
3
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6
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9
10
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12
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15
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Josué capitulo 8
La Biblia de las Américas
1
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: No temas ni te acobardes. Toma contigo a todo el pueblo de guerra y levántate, sube a Hai; mira, he entregado en tu mano al rey de Hai, su pueblo, su ciudad y su tierra.
2
Harás con Hai y con su rey lo mismo que hiciste con Jericó y con su rey; tomaréis para vosotros como botín solamente los despojos y el ganado. Prepara una emboscada a la ciudad detrás de ella.
3
Y Josué se levantó con todo el pueblo de guerra para subir a Hai. Escogió Josué treinta mil hombres, valientes guerreros, los envió de noche,
4
y les
dio
órdenes, diciendo: Mirad, vais a poner emboscada a la ciudad por detrás de ella. No os alejéis mucho de la ciudad, sino estad todos alerta.
5
Y yo y todo el pueblo que me acompaña nos acercaremos a la ciudad. Y sucederá que cuando ellos salgan a nuestro encuentro como la primera vez, nosotros huiremos delante de ellos,
6
y ellos saldrán tras nosotros hasta que los hayamos alejado de la ciudad, porque dirán: “Huyen ante nosotros como la primera vez.” Huiremos, pues, ante ellos.
7
Vosotros saldréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad, porque el SEÑOR vuestro Dios la entregará en vuestras manos.
8
Y será que cuando hayáis tomado la ciudad, le prenderéis fuego.
Lo
haréis conforme a la palabra del SEÑOR. Mirad que yo os lo he mandado.
9
Josué los envió, y fueron al lugar de la emboscada y se quedaron entre Betel y Hai, al occidente de Hai; pero Josué pasó la noche entre el pueblo.
10
Y se levantó Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo y subió con los ancianos de Israel frente al pueblo de Hai.
11
Entonces todos los hombres de guerra que
estaban
con él subieron y se acercaron, y llegaron frente a la ciudad, y acamparon al lado norte de Hai. Y
había
un valle entre él y Hai.
12
Tomó unos cinco mil hombres y los puso en emboscada entre Betel y Hai, al occidente de la ciudad.
13
Y apostaron al pueblo: todo el ejército que
estaba
al norte de la ciudad, y su retaguardia
que estaba
al occidente de la ciudad. Y Josué pasó aquella noche en medio del valle.
14
Y aconteció que al ver
esto
el rey de Hai, los hombres de la ciudad se apresuraron, se levantaron temprano y salieron para enfrentarse a Israel en batalla, él y todo su pueblo, en el lugar señalado frente a la llanura del desierto; pero no sabía que
había
una emboscada contra él por detrás de la ciudad.
15
Y Josué y todo Israel se fingieron vencidos delante de ellos, y huyeron camino del desierto.
16
Y todo el pueblo que estaba en la ciudad fue llamado para perseguirlos, y persiguieron a Josué, y se alejaron de la ciudad.
17
No quedó hombre en Hai o Betel que no saliera tras Israel, y dejaron la ciudad sin protección por perseguir a Israel.
18
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: Extiende la jabalina que está en tu mano hacia Hai, porque la entregaré en tu mano. Y extendió Josué hacia la ciudad la jabalina que estaba en su mano.
19
Y los
que estaban
emboscados se levantaron rápidamente de su lugar, y corrieron cuando él extendió su mano, entraron en la ciudad y se apoderaron de ella, y se apresuraron a prender fuego a la ciudad.
20
Cuando los hombres de Hai se volvieron y miraron, he aquí, el humo de la ciudad subía al cielo, y no tenían lugar adónde huir, ni por un lado ni por otro, porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores.
21
Al ver Josué y todo Israel que los emboscados habían tomado la ciudad y que el humo de la ciudad subía, se volvieron y mataron a los hombres de Hai.
22
Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro así que
los de Hai
quedaron en medio de Israel, unos por un lado y otros por el otro; y los mataron hasta no quedar de ellos sobreviviente ni fugitivo.
23
Pero tomaron vivo al rey de Hai, y lo trajeron a Josué.
24
Y sucedió que cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Hai en el campo
y
en el desierto, adonde ellos los habían perseguido y todos habían caído a filo de espada hasta ser exterminados, todo Israel volvió a Hai y la hirieron a filo de espada.
25
Y todos los que cayeron aquel día, tanto hombres como mujeres, fueron doce mil; todo el pueblo de Hai.
26
Josué no retiró su mano con la cual tenía extendida la jabalina, hasta que hubo destruido por completo a todos los habitantes de Hai.
27
Sólo el ganado y los despojos de aquella ciudad tomó para sí Israel como botín, conforme a la palabra que el SEÑOR había ordenado a Josué.
28
Y quemó Josué a Hai y la convirtió en un montón
de ruinas
para siempre, en una desolación hasta el día de hoy.
29
Y colgó al rey de Hai en un árbol hasta la tarde; y a la puesta del sol Josué dio orden que bajaran su cadáver del árbol; lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras
que permanece
hasta el día de hoy.
30
Entonces edificó Josué un altar al SEÑOR, Dios de Israel, en el monte Ebal,
31
tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras sin labrar, sobre las cuales nadie había alzado
herramienta
de hierro ; y sobre él ofrecieron holocaustos al SEÑOR, y sacrificaron ofrendas de paz.
32
Y escribió allí, sobre las piedras, una copia de la ley que Moisés había escrito, en presencia de los hijos de Israel.
33
Todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a ambos lados del arca delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, tanto el forastero como el nativo. La mitad de ellos
estaba
frente al monte Gerizim, y la otra mitad frente al monte Ebal, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado la primera vez, para que bendijeran al pueblo de Israel.
34
Después Josué leyó todas las palabras de la ley, la bendición y la maldición, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.
35
No hubo ni una palabra de todo lo que había ordenado Moisés que Josué no leyera delante de toda la asamblea de Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los forasteros que vivían entre ellos.
Nueva Biblia de las Américas
1
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: “No temas ni te acobardes. Toma contigo a todo el pueblo de guerra y levántate, sube a Hai. Mira, he entregado en tu mano al rey de Hai, su pueblo, su ciudad y su tierra.
2
Harás con Hai y con su rey lo mismo que hiciste con Jericó y con su rey. Tomarán para ustedes como botín solamente los despojos y el ganado. Prepara una emboscada a la ciudad detrás de ella.”
3
Josué se levantó con todo el pueblo de guerra para subir a Hai. Y escogió Josué 30,000 hombres, valientes guerreros, y los envió de noche.
4
Josué les
dio
órdenes, diciéndoles: “Miren, ustedes van a poner emboscada a la ciudad por detrás de ella. No se alejen mucho de la ciudad, sino estén todos alerta.
5
Entonces yo y todo el pueblo que me acompaña nos acercaremos a la ciudad. Cuando ellos salgan a nuestro encuentro como la primera vez, nosotros huiremos delante de ellos,
6
y ellos saldrán tras nosotros hasta que los hayamos alejado de la ciudad, porque dirán: ‘Huyen ante nosotros como la primera vez.’ Huiremos, pues, ante ellos.
7
Ustedes saldrán de la emboscada y se apoderarán de la ciudad, porque el SEÑOR su Dios la entregará en sus manos.
8
Cuando hayan tomado la ciudad, le prenderán fuego.
Lo
harán conforme a la palabra del SEÑOR. Miren que yo se lo he mandado.”
9
Josué los envió, y fueron al lugar de la emboscada y se quedaron entre Betel (Casa de Dios) y Hai, al occidente de Hai; pero Josué pasó la noche entre el pueblo.
10
Josué se levantó muy de mañana, pasó revista al pueblo y subió con los ancianos de Israel frente al pueblo de Hai.
11
Entonces todos los hombres de guerra que
estaban
con él subieron y se acercaron, y llegaron frente a la ciudad, y acamparon al lado norte de Hai.
Había
un valle entre él y Hai.
12
Josué tomó unos 5,000 hombres y los puso en emboscada entre Betel y Hai, al occidente de la ciudad.
13
Y apostaron al pueblo: todo el ejército que
acampó
al norte de la ciudad, y su retaguardia
que acampó
al occidente de la ciudad. Y Josué pasó aquella noche en medio del valle.
14
Al ver
esto
el rey de Hai, los hombres de la ciudad se apresuraron, se levantaron temprano y salieron para enfrentarse a Israel en batalla, él y todo su pueblo, en el lugar señalado frente a la llanura del desierto, sin saber que
había
una emboscada contra él por detrás de la ciudad.
15
Josué y todo Israel se fingieron vencidos delante de ellos, y huyeron camino del desierto.
16
Y todo el pueblo que estaba en la ciudad fue llamado para perseguirlos, y persiguieron a Josué, y se alejaron de la ciudad.
17
No quedó hombre en Hai o Betel que no saliera tras Israel, y dejaron la ciudad sin protección por perseguir a Israel.
18
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: “Extiende la jabalina que está en tu mano hacia Hai, porque la entregaré en tu mano.” Y Josué extendió hacia la ciudad la jabalina que estaba en su mano.
19
Los
que estaban
emboscados se levantaron rápidamente de su lugar, y corrieron cuando él extendió su mano, entraron en la ciudad y se apoderaron de ella, inmediatamente le prendieron fuego a la ciudad.
20
Cuando los hombres de Hai se volvieron y miraron, vieron que el humo de la ciudad subía al cielo y no tenían lugar adónde huir, ni por un lado ni por el otro, porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores.
21
Al ver Josué y todo Israel que los emboscados habían tomado la ciudad y que el humo de la ciudad subía, se volvieron y comenzaron a matar a los hombres de Hai.
22
Y los de la emboscada salieron de la ciudad a su encuentro, así que
los de Hai
quedaron en medio de Israel, unos por un lado y otros por el otro. Los mataron hasta no quedar de ellos ni sobreviviente ni fugitivo.
23
Pero al rey de Hai lo tomaron vivo, y lo trajeron a Josué.
24
Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Hai en el campo
y
en el desierto, adonde ellos los habían perseguido y todos habían caído a filo de espada hasta ser exterminados, todo Israel volvió a Hai y la hirieron a filo de espada.
25
El total de los que cayeron aquel día, tanto hombres como mujeres, fue de 12,000 todo el pueblo de Hai.
26
Josué no retiró su mano con la cual tenía extendida la jabalina, hasta que hubo exterminado por completo a todos los habitantes de Hai.
27
Sólo el ganado y los despojos de aquella ciudad tomó Israel para sí como botín, conforme a la palabra que el SEÑOR había ordenado a Josué.
28
Josué incendió la ciudad de Hai y la convirtió en un montón
de ruinas
para siempre, en una desolación hasta el día de hoy.
29
También colgó al rey de Hai en un árbol hasta la tarde. A la puesta del sol Josué dio orden que bajaran su cadáver del árbol. Lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras
que permanece
hasta el día de hoy.
30
Entonces Josué edificó un altar al SEÑOR, Dios de Israel, en el Monte Ebal,
31
tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado a los Israelitas, como está escrito en el Libro de la Ley de Moisés, un altar de piedras sin labrar, sobre las cuales nadie había alzado
herramienta
de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos al SEÑOR y sacrificaron ofrendas de paz.
32
Allí, sobre las piedras, Josué escribió una copia de la ley que Moisés había escrito, en presencia de los Israelitas.
33
Todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a ambos lados del arca, delante de los sacerdotes Levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, tanto el extranjero como el nativo. La mitad de ellos
estaba
frente al Monte Gerizim, y la otra mitad frente al Monte Ebal, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado la primera vez, para que bendijeran al pueblo de Israel.
34
Después Josué leyó todas las palabras de la ley, la bendición y la maldición, conforme a todo lo que está escrito en el Libro de la Ley.
35
No hubo ni una palabra de todo lo que había ordenado Moisés que Josué no leyera delante de toda la asamblea de Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos.
Nueva Versión Internacional
1
El SEÑOR exhortó a Josué: «¡No tengas miedo ni te acobardes! Toma contigo a todo el ejército, y ataquen la ciudad de Hai. Yo les daré la victoria sobre su rey y su ejército; se apropiarán de su ciudad y de todo el territorio que la rodea.
2
Tratarás a esta ciudad y a su rey como hiciste con Jericó y con su rey. Sin embargo, podrán quedarse con el botín de guerra y todo el ganado. Prepara una emboscada en la parte posterior de la ciudad».
3
Se levantó Josué junto con su ejército y fueron a pelear contra Hai. Josué escogió treinta mil guerreros y los envió durante la noche
4
con estas órdenes: «Ustedes pondrán una emboscada en la parte posterior de la ciudad. No se alejen mucho de ella, y manténganse en sus posiciones.
5
Yo me acercaré con mi tropa y, cuando los enemigos salgan a pelear contra nosotros, huiremos como la primera vez.
6
Ellos nos perseguirán, pensando que estamos huyendo de nuevo, y así los alejaremos de la ciudad.
7
Entonces ustedes saldrán de su escondite y se apoderarán de Hai. El SEÑOR les dará la victoria.
8
Cuando hayan capturado la ciudad, quémenla tal como nos lo ordenó el SEÑOR. Estas son mis órdenes».
9
Dicho esto, Josué envió a los guerreros a preparar la emboscada, y ellos se apostaron entre Betel y Hai, al oeste de la ciudad mientras él, por su parte, pasaba esa noche con su ejército.
10
Muy de mañana se levantó Josué, pasó revista al ejército y, junto con los jefes de Israel, se puso en marcha hacia Hai.
11
Todos los guerreros que iban con Josué llegaron cerca de Hai y acamparon al norte de la ciudad. Solo había un valle entre ellos y la ciudad.
12
Josué envió a cinco mil guerreros a preparar la emboscada, y ellos se escondieron entre Betel y Hai, al oeste de la ciudad.
13
De esa manera, una tropa acampó al norte de la ciudad y la otra al oeste. Esa noche Josué avanzó hacia el medio del valle.
14
Cuando el rey de Hai se dio cuenta de lo que pasaba, se apresuró a salir con toda su tropa a pelear contra Israel, en la pendiente que está frente al desierto, sin saber que le habían puesto una emboscada en la parte posterior de la ciudad.
15
Josué y su tropa, fingiéndose derrotados, huyeron por el camino que lleva al desierto.
16
Mientras tanto, todos los hombres que estaban en la ciudad recibieron el llamado de perseguir a los israelitas, alejándose así de Hai.
17
No quedó ni un solo hombre en Hai o en Betel que no hubiera salido a perseguir a Israel, de modo que la ciudad de Hai quedó desprotegida.
18
Entonces el SEÑOR le ordenó a Josué: «Apunta hacia Hai con la jabalina que llevas, pues en tus manos entregaré la ciudad». Y así lo hizo Josué.
19
Al ver esto, los que estaban en la emboscada salieron de inmediato de donde estaban y, entrando en la ciudad, la tomaron y la incendiaron.
20
Cuando los hombres de Hai miraron hacia atrás, vieron que subía de la ciudad una nube de humo. Entonces se dieron cuenta de que no podían huir en ninguna dirección, porque la gente de Josué que antes huía hacia el desierto ahora se lanzaba contra sus perseguidores.
21
En efecto, tan pronto como Josué y todos los israelitas vieron que los que tendieron la emboscada habían tomado la ciudad y la habían incendiado, se volvieron y atacaron a los de Hai.
22
Los de la emboscada salieron de la ciudad y persiguieron a los guerreros de Hai, y así estos quedaron atrapados por todos lados. Los israelitas atacaron a sus enemigos hasta no dejar ni fugitivos ni sobrevivientes.
23
Al rey de Hai lo capturaron vivo y se lo entregaron a Josué.
24
Después de que los israelitas terminaron de matar a filo de espada, en el campo y el desierto, a todos los guerreros de Hai que habían salido a perseguirlos, regresaron a la ciudad y del mismo modo mataron a todos los que quedaban.
25
Ese día murieron todos los habitantes de Hai, como doce mil hombres y mujeres.
26
Josué mantuvo extendido el brazo con el que sostenía su jabalina, hasta que el ejército israelita exterminó a todos los habitantes de Hai.
27
Y tal como el SEÑOR había mandado, el pueblo se quedó con el botín de guerra y todo el ganado.
28
Luego Josué incendió la ciudad, reduciéndola a escombros, como permanece hasta el día de hoy.
29
También mandó ahorcar en un árbol al rey de Hai, y ordenó que dejaran su cuerpo colgando hasta la tarde. Al ponerse el sol, Josué mandó que bajaran el cuerpo del rey y lo arrojaran a la entrada de la ciudad. Así mismo, pidió que se amontonaran piedras encima del cadáver. Y ese montón de piedras permanece hasta el día de hoy.
30
Entonces Josué levantó, en el monte Ebal, un altar al SEÑOR, Dios de Israel,
31
tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado a los israelitas. Lo levantó de acuerdo con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, es decir, que no habían sido trabajadas con ninguna herramienta. En él ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión al SEÑOR.
32
Allí, en presencia de los israelitas, Josué escribió en tablas de piedra una copia de la ley que Moisés había escrito.
33
Todos los israelitas, con sus jefes, oficiales y jueces, estaban de pie a ambos lados del arca del pacto, frente a los sacerdotes levitas que la cargaban en hombros. Tanto los israelitas como los inmigrantes tomaron sus posiciones, la mitad de ellos hacia el monte Guerizín y la otra mitad hacia el monte Ebal, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había mandado cuando bendijo por primera vez al pueblo de Israel.
34
Luego Josué leyó todas las palabras de la ley, tanto las bendiciones como las maldiciones, según lo que estaba escrito en el libro de la ley.
35
De esta lectura que hizo Josué ante toda la asamblea de los israelitas, incluyendo a las mujeres, a los niños y a los inmigrantes, no se omitió ninguna palabra de lo ordenado por Moisés.
Reina-Valera 1960
1
Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra.
2
Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey; sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella.
3
Entonces se levantaron Josué y toda la gente de guerra, para subir contra Hai; y escogió Josué treinta mil hombres fuertes, los cuales envió de noche.
4
Y les mandó, diciendo: Atended, pondréis emboscada a la ciudad detrás de ella; no os alejaréis mucho de la ciudad, y estaréis todos dispuestos.
5
Y yo y todo el pueblo que está conmigo nos acercaremos a la ciudad; y cuando salgan ellos contra nosotros, como hicieron antes, huiremos delante de ellos.
6
Y ellos saldrán tras nosotros, hasta que los alejemos de la ciudad; porque dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.
7
Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada y tomaréis la ciudad; pues Jehová vuestro Dios la entregará en vuestras manos.
8
Y cuando la hayáis tomado, le prenderéis fuego. Haréis conforme a la palabra de Jehová; mirad que os lo he mandado.
9
Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y se pusieron entre Bet-el y Hai, al occidente de Hai; y Josué se quedó aquella noche en medio del pueblo.
10
Levantándose Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.
11
Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió y se acercó, y llegaron delante de la ciudad, y acamparon al norte de Hai; y el valle estaba entre él y Hai.
12
Y tomó como cinco mil hombres, y los puso en emboscada entre Bet-el y Hai, al occidente de la ciudad.
13
Así dispusieron al pueblo: todo el campamento al norte de la ciudad, y su emboscada al occidente de la ciudad, y Josué avanzó aquella noche hasta la mitad del valle.
14
Y aconteció que viéndolo el rey de Hai, él y su pueblo se apresuraron y madrugaron; y al tiempo señalado, los hombres de la ciudad salieron al encuentro de Israel para combatir, frente al Arabá, no sabiendo que estaba puesta emboscada a espaldas de la ciudad.
15
Entonces Josué y todo Israel se fingieron vencidos y huyeron delante de ellos por el camino del desierto.
16
Y todo el pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirles; y siguieron a Josué, siendo así alejados de la ciudad.
17
Y no quedó hombre en Hai ni en Bet-el, que no saliera tras de Israel; y por seguir a Israel dejaron la ciudad abierta.
18
Entonces Jehová dijo a Josué: Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad la lanza que en su mano tenía.
19
Y levantándose prontamente de su lugar los que estaban en la emboscada, corrieron luego que él alzó su mano, y vinieron a la ciudad, y la tomaron, y se apresuraron a prenderle fuego.
20
Y los hombres de Hai volvieron el rostro, y al mirar, he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo, y no pudieron huir ni a una parte ni a otra, porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los que les seguían.
21
Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo de la ciudad subía, se volvieron y atacaron a los de Hai.
22
Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro, y así fueron encerrados en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros por el otro. Y los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapase.
23
Pero tomaron vivo al rey de Hai, y lo trajeron a Josué.
24
Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo y en el desierto a donde los habían perseguido, y todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas volvieron a Hai, y también la hirieron a filo de espada.
25
Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los de Hai.
26
Porque Josué no retiró su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido por completo a todos los moradores de Hai.
27
Pero los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra de Jehová que le había mandado a Josué.
28
Y Josué quemó a Hai y la redujo a un montón de escombros, asolada para siempre hasta hoy.
29
Y al rey de Hai lo colgó de un madero hasta caer la noche; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy.
30
Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte Ebal,
31
como Moisés siervo de Jehová lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, y sacrificaron ofrendas de paz.
32
También escribió allí sobre las piedras una copia de la ley de Moisés, la cual escribió delante de los hijos de Israel.
33
Y todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a uno y otro lado del arca, en presencia de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, así los extranjeros como los naturales. La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim, y la otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado antes, para que bendijesen primeramente al pueblo de Israel.
34
Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.
35
No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos.
Biblia del Jubileo
1
Y el SEÑOR dijo a Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira,
yo
he entregado en tu mano al rey de Hai, y a su pueblo, a su ciudad, y a su tierra.
2
Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey; sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella.
3
Y se levantó Josué, y toda la gente de guerra, para subir contra Hai; y escogió Josué treinta mil hombres fuertes, los cuales envió de noche.
4
Y les mandó, diciendo: Mirad, pondréis emboscada a la ciudad detrás de ella; no os alejaréis mucho de la ciudad, y estaréis todos apercibidos.
5
Y yo, y todo el pueblo que
está
conmigo, nos acercaremos a la ciudad; y cuando saldrán ellos contra nosotros, como hicieron antes, huiremos delante de ellos.
6
Y ellos saldrán tras nosotros, hasta que los arranquemos de la ciudad; porque ellos dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.
7
Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada, y tomaréis la ciudad; pues el SEÑOR vuestro Dios la entregará en vuestras manos.
8
Y cuando la hubiereis tomado, le prenderéis fuego. Haréis conforme a la palabra del SEÑOR. Mirad que os lo he mandado.
9
Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y se pusieron entre Bet-el y Hai, al occidente de Hai; y Josué se quedó aquella noche en medio del pueblo.
10
Y levantándose Josué muy de mañana, contó al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.
11
Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió, y se acercó, y llegaron delante de la ciudad, y asentaron el campamento a la parte del norte de Hai; y el valle
estaba
entre él y Hai.
12
Y tomó como cinco mil hombres, y los puso en emboscada entre Bet-el y Hai, a la parte occidental de la ciudad.
13
Y el pueblo, todo el campamento que
estaba
al lado del norte, se acercó a la ciudad; y su emboscada al occidente de la ciudad. Y Josué fue aquella noche al medio del valle.
14
Lo cual cuando vio el rey de Hai, se levantó prestamente de mañana, y salió con la gente de la ciudad contra Israel para pelear, él y todo su pueblo al tiempo señalado, por el llano, no sabiendo que le estaba puesta emboscada a las espaldas de la ciudad.
15
Entonces Josué y todo Israel,
como
vencidos, huyeron delante de ellos por el camino del desierto.
16
Y todo el pueblo que
estaba
en Hai se juntó para seguirlos; y siguieron a Josué,
siendo así
arrancados de la ciudad.
17
Y no quedó hombre en Hai y Bet-el, que no saliera tras
de
Israel; y por seguir a Israel dejaron la ciudad abierta.
18
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: Levanta la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque
yo
la entregaré en tu mano. Y Josué levantó la lanza que tenía en su mano, hacia la ciudad.
19
Y levantándose prestamente de su lugar los que estaban en la emboscada corrieron, cuando él alzó su mano, y vinieron a la ciudad, y la tomaron, y se apresuraron a prenderle fuego.
20
Y cuando los de la ciudad miraron atrás, observaron, y he aquí el humo de la ciudad que subía al cielo, y no tuvieron poder para huir
ni
a una parte ni a otra; y el pueblo que iba huyendo hacia el desierto, se volvió contra los que le seguían.
21
Entonces Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad; y que el humo de la ciudad subía, tornaron, e hirieron a los de Hai.
22
Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro; y así fueron encerrados en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros por la otra. Y
así
los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapase.
23
Y tomaron vivo al rey de Hai, y lo trajeron a Josué.
24
Y cuando los israelitas acabaron de matar
a
todos los moradores de Hai en el campo, en el desierto, donde ellos los habían perseguido, y que todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas se tornaron a Hai, y también la pusieron a cuchillo.
25
Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue doce mil, todos los varones de Hai.
26
Y Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido a todos los moradores de Hai.
27
Pero los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra del SEÑOR que él había mandado a Josué.
28
Y Josué quemó a Hai y la redujo a
un
montón perpetuo, asolado hasta hoy.
29
Mas al rey de Hai
lo
colgó de un madero hasta la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.
30
Entonces Josué edificó un altar al SEÑOR Dios de Israel en el monte de Ebal,
31
como Moisés, siervo del SEÑOR, lo había mandado a los hijos de Israel, como
está
escrito en el libro de la ley de Moisés;
un
altar de piedras enteras, sobre las cuales nadie alzó hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos al SEÑOR, y sacrificaron
ofrendas
pacíficas.
32
También escribió allí en piedras la repetición de la ley de Moisés, la cual él había escrito delante de los hijos de Israel.
33
Y todo Israel, y sus ancianos, oficiales, y jueces, estaban a uno y otro lado junto al arca, delante de los sacerdotes levitas que llevan el arca del pacto del SEÑOR; así los extranjeros como los naturales, la mitad de ellos estaba hacia el monte de Gerizim, y la otra mitad hacia el monte de Ebal; de la manera que Moisés, siervo del SEÑOR, lo había mandado antes, para que bendijesen al pueblo de Israel.
34
Después de esto, hizo leer todas las palabras de la ley; las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.
35
No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, mujeres y niños, y extranjeros que andaban entre ellos.
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