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RV1960
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Capítulo
1
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Verso
1
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Joel capitulo 1
La Biblia de las Américas
1
Palabra del SEÑOR que vino a Joel, hijo de Petuel.
2
Oíd esto, ancianos, y prestad oído, habitantes todos de la tierra. ¿Ha acontecido cosa semejante en vuestros días, o en los días de vuestros padres ?
3
Contadlo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la siguiente generación.
4
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
5
Despertad, borrachos, y llorad, y gemid todos los que bebéis vino, a causa del vino dulce que os es quitado de la boca.
6
Porque una nación ha subido contra mi tierra, poderosa e innumerable ; sus dientes son dientes de león, y tiene colmillos de leona.
7
Ha hecho de mi vid una desolación, y astillas de mi higuera. Del todo las ha descortezado y derribado; sus sarmientos se han vuelto blancos.
8
Laméntate como virgen ceñida de cilicio por el esposo de su juventud.
9
Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación de la casa del SEÑOR. Están de duelo los sacerdotes, los ministros del SEÑOR.
10
El campo está asolado, la tierra está de duelo, porque el grano está arruinado, el mosto se seca,
y
el aceite virgen se pierde.
11
Avergonzaos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque la cosecha del campo se ha perdido.
12
La vid se seca, y se marchita la higuera; también el granado, la palmera y el manzano, todos los árboles del campo se secan. Ciertamente se seca la alegría de los hijos de los hombres.
13
Ceñíos
de cilicio
, y lamentaos, sacerdotes; gemid, ministros del altar. Venid, pasad la noche
ceñidos
de cilicio, ministros de mi Dios, porque sin ofrenda de cereal y sin libación ha quedado la casa de vuestro Dios.
14
Promulgad ayuno, convocad asamblea ; congregad a los ancianos
y
a todos los habitantes de la tierra en la casa del SEÑOR vuestro Dios, y clamad al SEÑOR.
15
¡Ay de
ese
día ! Porque está cerca el día del SEÑOR, y vendrá como destrucción del Todopoderoso.
16
¿No ha sido suprimido el alimento de delante de nuestros ojos,
y
la alegría y el regocijo de la casa de nuestro Dios ?
17
Las semillas se han secado bajo los terrones; los almacenes han sido asolados, los graneros derribados porque se secó el grano.
18
¡Cómo muge el ganado! Andan vagando los hatos de vacas porque no hay pasto para ellas ; hasta los rebaños de ovejas sufren.
19
A ti clamo, oh SEÑOR, porque el fuego ha devorado los pastos del desierto, y la llama ha consumido todos los árboles del campo.
20
Aun las bestias del campo braman por ti, porque se han secado los arroyos de agua, y el fuego ha devorado los pastos del desierto.
Nueva Biblia de las Américas
1
Palabra del SEÑOR que vino a Joel, hijo de Petuel.
2
Oigan esto, ancianos, Y presten oído, habitantes todos de la tierra. ¿Ha acontecido cosa semejante en sus días, O en los días de sus padres?
3
Cuéntenselo a los hijos de ustedes, Y sus hijos a los suyos, Y sus hijos a la siguiente generación.
4
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
5
Despierten, borrachos, y lloren, Y giman todos los que beben vino, A causa del vino dulce Que les quitan de la boca.
6
Porque una nación ha subido contra mi tierra, Poderosa e innumerable; Sus dientes son dientes de león, Y tiene colmillos de leona.
7
Ha hecho de mi vid una desolación, Y astillas de mi higuera. Del todo las ha descortezado y derribado; Sus ramas se han vuelto blancas.
8
Laméntate como virgen ceñida de cilicio Por el esposo de su juventud.
9
Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación De la casa del SEÑOR. Están de duelo los sacerdotes, Los ministros del SEÑOR.
10
El campo está asolado, La tierra está de duelo, Porque el grano está arruinado, El vino nuevo se seca,
Y
el aceite virgen se pierde.
11
Avergüéncense, labradores, Giman, viñadores, Por el trigo y la cebada, Porque la cosecha del campo se ha perdido.
12
La vid se seca, Y se marchita la higuera; También el granado, la palmera y el manzano, Todos los árboles del campo se secan. Ciertamente se seca la alegría De los hijos de los hombres.
13
Cíñanse
de cilicio
, Y laméntense, sacerdotes; Giman, ministros del altar. Vengan, pasen la noche
ceñidos
de cilicio, Ministros de mi Dios, Porque sin ofrenda de cereal y sin libación Ha quedado la casa de su Dios.
14
Promulguen ayuno, Convoquen asamblea; Congreguen a los ancianos
Y
a todos los habitantes de la tierra En la casa del SEÑOR su Dios, Y clamen al SEÑOR.
15
¡Ay de
ese
día! Porque está cerca el día del SEÑOR, Y vendrá como destrucción del Todopoderoso (Shaddai).
16
¿No ha sido suprimido el alimento de delante de nuestros ojos,
Y
la alegría y el regocijo de la casa de nuestro Dios?
17
Las semillas se han secado bajo los terrones; Los almacenes han sido asolados, Los graneros derribados Porque se secó el grano.
18
¡Cómo muge el ganado! Andan vagando las manadas de vacas Porque no hay pasto para ellas; Hasta los rebaños de ovejas sufren.
19
A Ti clamo, oh SEÑOR, Porque el fuego ha devorado los pastos del desierto, Y la llama ha consumido todos los árboles del campo.
20
Aun las bestias del campo braman por Ti, Porque se han secado los arroyos de agua, Y el fuego ha devorado los pastos del desierto.
Nueva Versión Internacional
1
Esta es la palabra del SEÑOR, que vino a Joel hijo de Petuel.
2
¡Oigan esto, ancianos del pueblo! ¡Presten atención, habitantes todos del país! ¿Alguna vez sucedió cosa semejante en sus tiempos o en los de sus antepasados?
3
Cuéntenselo a sus hijos, y que ellos se lo cuenten a los suyos, y estos a la siguiente generación.
4
Lo que dejaron las langostas grandes lo devoraron las langostas pequeñas; lo que dejaron las langostas pequeñas se lo comieron las larvas; y lo que dejaron las larvas se lo comieron las orugas.
5
¡Despierten, borrachos, y lloren! Giman, todos los entregados al vino, porque el vino dulce les fue arrebatado de los labios.
6
Una nación poderosa e innumerable ha invadido mi país: tiene dientes de león, colmillos de leona.
7
Asoló mis vides, desgajó mis higueras. Las peló hasta dejar blancas sus ramas; ¡las derribó por completo!
8
Mi pueblo gime como virgen vestida de luto por la muerte de su prometido.
9
Las ofrendas de cereales y las libaciones no se ofrecen ya en la casa del SEÑOR. Hacen duelo los sacerdotes, los ministros del SEÑOR.
10
Los campos yacen devastados, reseca está la tierra; han sido arrasados los cereales, se ha secado el vino nuevo y agotado el aceite.
11
Séquense también ustedes, labradores; giman, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha de los campos.
12
La vid se marchitó; languideció la higuera; se marchitaron los granados, las palmeras, los manzanos, ¡todos los árboles del campo! ¡Y hasta la alegría de la gente acabó por marchitarse!
13
Vístanse de duelo y giman, sacerdotes; laméntense, ministros del altar. Vengan, ministros de mi Dios, y pasen la noche vestidos de luto, porque las ofrendas de cereales y las libaciones han sido suspendidas en la casa de su Dios.
14
Entréguense al ayuno, convoquen a una asamblea solemne. Reúnan a los ancianos del pueblo en la casa del SEÑOR su Dios; reúnan a todos los habitantes del país, y clamen al SEÑOR.
15
¡Ay de aquel día, el día del SEÑOR, que ya se aproxima! Vendrá como devastación de parte del Todopoderoso.
16
¿No se nos arrebató el alimento ante nuestros propios ojos, y la alegría y el regocijo de la casa de nuestro Dios?
17
La semilla se pudrió a pesar de haber sido cultivada. Los silos están en ruinas y los graneros derribados porque la cosecha se perdió.
18
¡Cómo brama el ganado! Vagan sin rumbo las vacas porque no tienen donde pastar, y sufren también las ovejas.
19
A ti clamo, SEÑOR, porque el fuego ha devorado los pastizales de la estepa; las llamas han consumido todos los árboles silvestres.
20
Aun los animales del campo te buscan con ansias, porque se han secado los arroyos y el fuego ha devorado los pastizales de la estepa.
Reina-Valera 1960
1
Palabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel.
2
Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres?
3
De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación.
4
Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.
5
Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.
6
Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas, muelas de león.
7
Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.
8
Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud.
9
Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo.
10
El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite.
11
Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo.
12
La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres.
13
Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.
14
Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.
15
¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.
16
¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?
17
El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo.
18
¡Cómo gimieron las bestias! ¡cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas.
19
A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.
20
Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto.
Biblia del Jubileo
1
Palabra del SEÑOR que fue a Joel, hijo de Petuel.
2
Oíd esto, viejos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres?
3
De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y su hijos a la otra generación.
4
Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.
5
Despertad, borrachos, y llorad; aullad, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.
6
Porque gente subió a mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león.
7
Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.
8
Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud.
9
Pereció el presente y la libación de la Casa del SEÑOR; los sacerdotes ministros del SEÑOR hicieron luto.
10
El campo fue destruido, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, el aceite pereció.
11
Confundíos, labradores; aullad, viñeros, por el trigo y la cebada; porque se perdió la mies del campo.
12
Se secó la vid, y pereció la higuera; el granado también, la palma, y el manzano; se secaron todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.
13
Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitado es de la Casa de vuestro Dios el presente y la libación.
14
Pregonad ayuno, llamad a congregación; congregad
a
los ancianos y
a
todos los moradores de la tierra en la Casa del SEÑOR vuestro Dios, y clamad al SEÑOR.
15
¡Ay del día! Porque cercano
está
el día del SEÑOR, y vendrá como destrucción
hecha
por
el
Todopoderoso.
16
¿No es quitado el mantenimiento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la Casa de nuestro Dios?
17
La semilla se pudrió debajo de sus terrones, los alfolíes fueron asolados y destruidos; porque se secó el trigo.
18
¡Cuánto gimen las bestias! ¡Cuán turbados anden los bueyes de los hatos, porque no tienen pastos! También son asolados los rebaños de las ovejas.
19
A ti, oh SEÑOR, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.
20
Las bestias del campo bramarán también a ti; porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderías del desierto.
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