¿Qué significa Gálatas 1:9?
Este versículo repite las mismas palabras que Pablo ya compartió en el versículo anterior, pero aquí las enfatiza aún más. La repetición en el Nuevo Testamento se usa a menudo para enfatizar ciertas ideas. Aquí, Pablo parece querer asegurarse de que sus lectores entiendan exactamente lo serio que es el tema del que está hablando.Pablo, escribiendo con toda su autoridad de apóstol de Jesucristo, dice una vez más que cualquiera que les predique un evangelio distorsionado o pervertido, un mensaje que sea diferente en cualquier forma del que recibieron de él cuando estuvo con ellos en persona—esa persona sería "maldita". Específicamente, Pablo se refiere a las personas que tratan de añadir la obediencia a las leyes del Antiguo Testamento como uno de los requisitos para alcanzar la salvación. Sin embargo, de manera más general, esto también se le aplica a cualquiera que distorsione el mensaje de salvación de alguna manera.
La maldición que comparte Pablo involucra la condenación eterna, y esto implica que los falsos maestros no podían mostrarles el camino a la salvación porque ellos mismos no lo estaban caminando, sino que en realidad estaban condenados. La carta de Pablo aclarará exactamente la razón por la que es tan importante no creer en nadie que intente alterar el sencillo pero poderoso mensaje del evangelio de Jesús que Pablo ya había compartido con todos ellos.
Gálatas 1:6–10 es un tanto inusual, ya que las cartas de Pablo suelen comenzar con algún tipo de alabanza o acción de gracias que se dirige a sus lectores. Sin embargo, gálatas no es así. Pablo pasa inmediatamente a expresar lo desconcertado que está debido a que las personas que recibieron las buenas nuevas acerca de la salvación por la gracia de Dios y por medio de la fe en Cristo hubieran abandonado a Cristo tan rápidamente. Cualquiera que enseñara otro evangelio diferente del que Pablo les había enseñado, sería condenado eternamente. Pablo hace esta dura declaración como evidencia de que él no estaba tratando de complacer a ningún hombre, sino que estaba sirviendo y viviendo con el único propósito de cumplir la voluntad de Dios en su vida.
Pablo comienza su carta para las iglesias de Galacia de una manera algo abrupta si se compara con otros de sus escritos. Pablo se enteró de que estaban abandonando el evangelio que les predicó y en el que creyeron: las buenas noticias de que Jesús murió para pagar completamente por todos nuestros pecados en la cruz. Los judaizantes estaban enseñando que los gentiles también debían seguir la ley de Moisés para alcanzar la salvación y cuestionaron abiertamente la autoridad de Pablo. Pablo argumenta que Cristo fue quien lo hizo un apóstol, quien se le apareció y le reveló la verdad aparte de a los demás apóstoles.